Las agresiones a funcionarios crecen pese a que cae el n¨²mero de presos

Las agresiones a funcionarios se han disparado en las c¨¢rceles catalanas. Hasta julio de este a?o, y seg¨²n datos oficiales, se han registrado 60 incidentes de este tipo entre leves y graves. La cifra supera ya la de todo 2015. Y eso a pesar de que las prisiones se est¨¢n ¡°despoblando¡±: hoy hay un 20% menos de reclusos que en 2010. Los sindicatos lo atribuyen a la ¡°p¨¦rdida de respeto hacia el funcionario¡±, mientras que el Departamento de Justicia defiende que no hay un ¡°aumento significativo¡± y sostiene que ¡°la conflictividad en los centros es muy baja¡±.

El jueves por la tarde, un interno con problemas psiqui¨¢tricos de Lledoners (Bages) dio un portazo al bajar al patio. El jefe de unidad intent¨® tranquilizarle. ¡°Sin mediar palabra, el preso le propin¨® un cabezazo¡±. La testa del jefe ¡°rebot¨® en los cristales del b¨²nker¡±. El resultado: ¡°el labio roto y la nariz desplazada¡±, seg¨²n el sindicato CSIF. El suceso, el ¨²ltimo ocurrido en las c¨¢rceles catalanas, se abordar¨¢ el lunes, en una de las reuniones peri¨®dicas que, desde marzo, mantienen Servicios Penitenciarios y los sindicatos para abordar las agresiones.

La creaci¨®n de esos grupos de trabajo demuestra que el problema preocupa. Justicia ha ofrecido all¨ª datos que incluso superan los oficiales (los que aparecen en la web del departamento). Seg¨²n esos n¨²meros ¡°alternativos¡±, solo hasta junio se habr¨ªan producido 64 agresiones; una tercera parte de ellas (22) son graves (conllevan baja laboral) y el resto, leves (solo precisan atenci¨®n m¨¦dica). Por centros, Brians 1 y Brians 2 son los que acumulan m¨¢s ataques, pero tambi¨¦n son los que acogen m¨¢s reclusos. El centro de Ponent, en Lleida, es el que proporcionalmente acumula un mayor n¨²mero (10 agresiones y apenas 622 internos).

Justicia se remite a su p¨¢gina web y ni confirma ni desmiente que los datos que da a los sindicatos respondan m¨¢s fielmente a la realidad. Al mismo tiempo, sin embargo, admite que ¡°desde este enero, el recuento de las agresiones es m¨¢s riguroso" y eso afecta ¡°tanto a la cantidad de agresiones¡± que reflejan las estad¨ªsticas ¡°como a su clasificaci¨®n¡±. La serie hist¨®rica que figura en la web, y que ofrece datos de 2003, incluye siempre agresiones ¡°graves¡± y ¡°leves¡±, mientras que la nueva categor¨ªa establecida en las reuniones es la de ¡°tentativa¡±.

Sin respeto a la autoridad

Alberto G¨®mez, del sindicato CSIF, es uno de los asistentes. Asegura que la administraci¨®n no solo admite el incremento, sino que le ha buscado una explicaci¨®n: ¡°Dicen que hay un interno m¨¢s visceral, que le tiene muy poco respeto a la autoridad y que en la calle ha tenido un proceso de socializaci¨®n muy d¨¦bil¡±. Justicia descarta confirmar si ha dado esa explicaci¨®n y rechaza, adem¨¢s, cualquier debate sobre los porqu¨¦s de las agresiones.

A falta de respuestas oficiales, los trabajadores analizan lo que observan en su d¨ªa a d¨ªa. G¨®mez, que trabaja en Brians 2, cree que muchos internos han ¡°perdido el respeto hacia el funcionario¡± porque ¡°ven que su comportamiento no tiene una consecuencia proporcional con la agresi¨®n¡±. ¡°El sistema se ha vuelto m¨¢s laxo¡±, repite. Los sindicatos opinan que, si a los funcionarios de prisiones se les considerara ¡°autoridad p¨²blica¡± (como a los profesores o los m¨¦dicos), la situaci¨®n mejorar¨ªa.

Hay un ¡°hecho diferencial¡± que tambi¨¦n explica, aunque solo en parte, la situaci¨®n. ¡°El sistema penitenciario catal¨¢n apuesta m¨¢s por la reinserci¨®n, lo que implica un mayor contacto con los presos. Aqu¨ª se hace mucho patio. Hay que aguantar sus hitorias, calmarles... Es un m¨¦todo que propicia el cuerpo a cuerpo. En el resto de Espa?a permanecen m¨¢s en el b¨²nker¡±, explica G¨®mez. Los recortes tampoco han ayudado. En 2011, la Generalitat prescindi¨® de 500 interinos. Algunos han ido volviendo, pero paralelamente se han creado ¡°bolsas de trabajo¡± con las que se recluta a personas ¡°de la calle, sin formaci¨®n, que apenas superan un psicot¨¦cnico y pasan un cursillo¡±. El Departamento asegura que la plantilla ¡°se ha mantenido¡± estos a?os y agrega que los nuevos centros abiertos cuentan con ¡°la ¨²ltima tecnolog¨ªa en seguridad¡±. Un portavoz oficial subraya que, en cualquier caos, ¡°la conflictividad es extremadamente baja¡±.

Un preso golpea en el t¨®rax a una funcionaria que hac¨ªa el recuento en Brians 2. Otro, de Quatre Camins, se niega a que le practiquen una radiograf¨ªa y pega a un funcionario. En el comedor de Brians 1, un interno altera el orden. Cuando se lo llevan, se revuelve y pega a dos funcionarios. Todos son episodios de 2016. Pese a su variedad, los sindicatos han elaborado un ¡°perfil¡± del agresor: var¨®n, 32 a?os y espa?ol. En muchos casos, adem¨¢s, padece un trastorno psicol¨®gico (a menudo por consumo continuado de drogas). Los sindicatos piden, por esa raz¨®n, que ese tipo de reclusos no est¨¦n en m¨®dulos ordinarios.