El tema del mandato
Es el resultado de resolver un problema a la brava, desde una perspectiva m¨¢s conceptual que pr¨¢ctica, lo que lleva siempre a la radicalidad
Confieso que esperaba ver pasar un ciervo por Almog¨¤vers, como en el cartel de aquella pel¨ªcula dist¨®pica de los hermanos Pastor. Tal era la soledad, el desorden, que hab¨ªa en la supermanzana una tarde de d¨ªa laborable. Es cierto que a todo espacio inaugurado, como a los ¨¢rboles, hay que darle tiempo de crecer. Pero aqu¨ª hay poca gente ya de entrada y no existe ning¨²n atractivo especial para venir, al contrario: la est¨¦tica es fea y confusa. Los veh¨ªculos forman una especie de caravana de dromedarios bordeando obedientes la manzana y la gente (tanta o tan poca como fuera del reducto pacificado) camina rutinariamente por la acera, dejando en el centro calles ampl¨ªsimas y vacantes. Eso produce desconcierto porque es ah¨ª donde han improvisado mobiliario y supuesta actividad, que no funcionan: la gente no se sienta porque haya sillas sino porque entiende que ese es un buen sitio para reposar. Y aqu¨ª pasa demasiado aire, no hay nada que sea acogedor. Para peor, esta pacificaci¨®n ha convertido las bicis en el principal depredador, porque ellas s¨ª que van sueltas por todas partes y se te vienen encima sin que lo esperes. En definitiva, aqu¨ª falta orden y ciudad. Es desolador.
Es el resultado de resolver un problema a la brava, desde una perspectiva m¨¢s conceptual que pr¨¢ctica, lo que lleva siempre a la radicalidad. La improvisaci¨®n ya es una caracter¨ªstica propia de este mandato: primero hacer y despu¨¦s repensar. Pero no est¨¢n inventando nada. Barcelona tiene un Plan de Movilidad escrito hace cuatro a?os y que se extiende hasta el 2018. Aqu¨ª est¨¢n dibujadas todas las supermanzanas. Y m¨¢s cosas. Como todos los planes te¨®ricos, juega con elementos que no existen y que no existir¨¢n en un futuro pr¨®ximo. Para entendernos, cuenta que Rodalies habr¨¢ hecho el desdoblamiento de la v¨ªa de Vic, un cl¨¢sico en todas las planificaciones de este siglo, que todav¨ªa no tiene la primera piedra. ?Y la l¨ªnea ferroviaria orbital! Quiero decir que es un estudio serio de todas las variantes, incluyendo el tr¨¢nsito metropolitano, crucial, y la famosa DUM (furgonetas de reparto), que la supermanzana del Poblenou se olvid¨® de considerar.
Ahora bien, el estudio es ideol¨®gico. ¡°La p¨¦rdida de espacio del peat¨®n ha erosionado el concepto de ciudad¡±, dice. Va en la misma l¨ªnea que la palabra ¡°recuperaci¨®n¡± aplicada al espacio p¨²blico. La ciudad es, sin embargo, una mixtura de usos que comparten el espacio, porque es sobre todo una combinaci¨®n de intereses y actividades, de niveles: la ciudad dom¨¦stica, la ciudad de jugar en la calle en la puerta de casa (ahora tambi¨¦n los adultos infantilizados), es una ciudad que ya no existe. Tampoco existe la ciudad que arrasaba ramblas para poner coches. Hay que tender a un equilibrio mejor, partiendo de la base que la movilidad de Barcelona es sostenible y la metropolitana, no. Lo dijo muy bien dicho el RACC esta misma semana, y con soluciones concretas. Y hay que tener en cuenta dos cosas que nadie dice: que los autobuses son los principales contaminantes (ruido y gases) y las motos, el segundo. El Plan de Movilidad quiere potenciar ambos. Despu¨¦s est¨¢ que estos estudios tienen un punto de obsolescencia, porque la relaci¨®n con el coche est¨¢ cambiando en los j¨®venes, que tienden a compartirlo. Y que un a?o u otro Europa prohibir¨¢ los coches de gasolina, como antes prohibi¨® la gasolina con plomo.
Estamos poniendo la ciudad patas arriba para solucionar un problema que se equilibrar¨¢ por si mismo en pocos a?os. Eso s¨ª, dado que la pol¨ªtica social tiene una visibilidad nula y que los resultados en turismo son poco tangibles, me temo que la cruzada contra el coche ser¨¢ el tema emblem¨¢tico de este mandato. Veremos acciones temerarias. Si hasta ahora las supermanzanas se han hecho con ¨¦xito en sitios adecuados, romper la din¨¢mica del Eixample ¡ªen nombre del pobre Cerd¨¤, que estaba obsesionado con la movilidad¡ª es un desprop¨®sito, habiendo recursos m¨¢s tenues, como las zonas 30. No hay cosa peor para gobernar una ciudad que el fanatismo, el llegar para cambiarlo todo, el escuchar poco y el tomar los conceptos como mandamientos. Pero si as¨ª se cosechan aplausos, tambi¨¦n se sufren desplantes.
Por cierto, la consulta de Salt estaba mal planteada. La pregunta pertinente no era si val¨ªa la pena un IKEA en su proyecto de futuro, sino ¨¦sta: ?quiere usted que Salt siga siendo el patio de atr¨¢s de Girona?
Patricia Gabancho es escritora.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.