El ¡®conseller¡¯ Santi Vila asegura que la cultura catalana es ¡°espa?ol¨ªsima¡±
El responsable de Cultura de la Generalitat no imagina un escenario en Catalu?a con ¡°un posicionamiento monocolor en relaci¨®n con la lengua y la historia¡±
Todav¨ªa suenan aplausos fuera cuando entra el consejero de Cultura de la Generalitat, Santi Vila. La sensaci¨®n es que sale de alguna representaci¨®n art¨ªstica. Pero los aplausos los ha provocado el discurso del presidente Carles Puigdemont en la c¨¢mara, durante el debate de pol¨ªtica general. La entrevista con Vila tiene lugar en el despacho n¨²mero 9 del Parlament, durante en un descanso de la sesi¨®n. El consejero, estiloso con un toque moderno (corbata corta, americana estrecha: c¨®mo han cambiado los consejeros desde los tiempos de Max Cahner y Joan Rigol), aparece muy distendido, cordial y hablador.
Desde el principio busca la complicidad ¡ªincluso con el halago¡ª y se obstina en mostrar un talante abierto, moderado y dialogante, recre¨¢ndose en su imagen de rara avis del Gobierno soberanista de Puigdemont. En diferentes momentos de la entrevista sus afirmaciones pueden sorprender ¡ªa quienes no le conocen¡ª y significan una singular excepci¨®n en un momento pol¨ªtico caracterizado por la tensi¨®n y la radicalizaci¨®n. Declara Vila haber llegado al soberanismo ¡°arrastrando los pies¡±, y ante la consideraci¨®n de que no hab¨ªa otra salida. El refer¨¦ndum le parece ¡°una ¨²ltima y ag¨®nica expresi¨®n de dignidad¡±.
¡°Construir una cultura propia ser¨ªa un error¡±, sostendr¨¢ en un momento a prop¨®sito de por donde se tendr¨ªa que separar la cultura catalana de la espa?ola en un escenario de independencia. ¡°La cultura catalana siempre ser¨¢ espa?ol¨ªsima¡±. ¡°Defiendo el proceso soberanista por razones pol¨ªticas, de reparto de poder, y no culturales¡±, explicar¨¢. Vila pone en el centro de su pol¨ªtica la cuesti¨®n de la transmisi¨®n de la cultura, mientras que la apuesta por las ¡°grandes estructuras culturales del Estado¡±, como el MNAC, el TNC o el Liceo y el ¨¦nfasis de que la pol¨ªtica cultural tambi¨¦n es social son algunas de las prioridades de su actuaci¨®n.
Pregunta. ?Usted encarna una manera diferente de hacer pol¨ªtica? Usted, dicen, se moja.
Respuesta. Soy un perfil de transici¨®n. Tengo 43 a?os, me he criado en esta democracia, pero soy consciente de que hay una serie de estructuras e instituciones obsoletas; las primeras, los partidos pol¨ªticos convencionales, que ya no est¨¢n a la altura de lo que la ciudadan¨ªa reclama. Somos pol¨ªticos con fecha de caducidad. Somos servidores unos a?os y ya est¨¢. Tenemos que regenerar o poner al d¨ªa esta democracia que hemos heredado, pero esto a veces provoca reacciones en contra. Es, sin embargo, una de mis obligaciones.
P. ?En qu¨¦ momento est¨¢ la cultura?
R. Sufrimos momentos tensos e inquietos, porque alimentamos un debate visceral, que es el de la transmisi¨®n que hacemos de la cultura. Nuestra sociedad, y esto tiene consecuencias pol¨ªticas, debe posicionarse ante esta cuesti¨®n, la transmisi¨®n de conocimiento y de la herencia, el bagaje, como pasa con los planes de archivos, de museos o con la cultura popular. Sin embargo, la misi¨®n del Departamento de Cultura tendr¨ªa que estar encaminada a dar herramientas al ciudadano para que sea libre, para educar una sensibilidad y tener criterio propio. Esto no tiene nada que ver con la herencia, y s¨ª con un compromiso de ciudadan¨ªa, con un patriotismo constitucional, que es el marco desde el cual los ciudadanos acceden a la cultura. Esto, a veces, es dif¨ªcil de explicar. Yo he planteado que ahora que nos preocupa la identidad colectiva de Catalu?a nos tendr¨ªamos que comprometer m¨¢s que nunca con las libertades personales de nuestros conciudadanos. Y la cultura es el principal instrumento para tener ciudadanos libres. El tal¨®n de Aquiles es que en Catalu?a, digan lo que digan, nos parecemos mucho al resto del Estado espa?ol, y tampoco se considera aqu¨ª que la cultura forme parte de las pol¨ªticas sociales. Y cuando el Gobierno de Catalu?a y el Parlament deciden que esta es una legislatura con una marcada agenda social, lo m¨¢s parad¨®jico para el consejero de Cultura es ver que la cultura no forma parte de esta agenda, a pesar de que cualquier ciudadano tiene que tener acceso a toda una cartera de servicios culturales, porque lo contrario lesiona la posibilidad de ascenso social.
P. ?Por d¨®nde har¨ªamos el corte entre la cultura catalana y la espa?ola en una posible independencia? Llu¨ªs Pasqual, por ejemplo, es un gran experto en Lorca...
R. Ser¨ªa un error construir una cultura propia. Defiendo el proceso soberanista s¨®lo por razones pol¨ªticas, de reparto y de organizaci¨®n de poder. Hay una atrofia de organizaci¨®n y reparto de poder del Estado que ha provocado que Catalu?a se sienta inc¨®moda. Hay un reparto econ¨®mico injusto y pol¨ªtico distorsionado que disloca. Es evidente que la cultura catalana siempre ser¨¢ espa?ol¨ªsima, y espero ¡ªy esto es un deseo pol¨ªtico¡ª que cada vez sea m¨¢s mestiza, abierta y plural. No imagino ning¨²n escenario pol¨ªtico con un posicionamiento monocolor en relaci¨®n a la lengua, la historia, las tradiciones.
P. Qu¨¦ le pareci¨® el preg¨®n de Javier P¨¦rez And¨²jar en la Merc¨¨?
R. Un punto nost¨¢lgico, pero delicioso desde el punto de vista literario. Las alusiones al c¨®mic me recordaron a mi padre. Culturalmente impecable. Encontr¨¦ muy indelicada la contraprogramaci¨®n. Es respetable que se hiciera, pero que se justifique porque el pregonero no est¨¢ a favor del proceso es de esc¨¢ndalo. S¨®lo faltar¨ªa que no pudi¨¦ramos invitar a personas que no piensan como nosotros.
P. ?Algunos debates identitarios han quedado viejos?
R. Absolutamente obsoletos. A prop¨®sito de la lengua, estamos presenciando los ¨²ltimos espasmos y expresiones de una ¨¦poca que se acaba. El Govern tiene que continuar favoreciendo los derechos ling¨¹¨ªsticos personales de una lengua como la catalana. Si no los protegemos se pondr¨¢n en riesgo, pero la sociedad sabe que no necesita la justificaci¨®n ling¨¹¨ªstica para afirmarse, y lo ¨²nico que los justifica es el proyecto pol¨ªtico de presente y futuro.
P. ?Y el debate sobre los toros?
R. Es un debate que tiene que ver con un tiempo que no es el nuestro. Algunos, desde el sector m¨¢s apasionado del nacionalismo espa?ol y catal¨¢n, lo consideran un tema identitario, pero yo creo que no lo es. Hoy en d¨ªa se impone una nueva espiritualidad que tiene que ver con la vida en general y que es respetuosa con los animales, que se siente inc¨®moda con cualquier espect¨¢culo que use la violencia contra los animales.
P. ?Y si el Tribunal Constitucional tumba la decisi¨®n de prohibirlos?
R. Estaremos atentos con los argumentos del Constitucional, si es cultural, porque se trata de la fiesta nacional y prevalece este criterio sobre cualquier otro, o porque se trata de un tema de competencias y el Parlament se extralimit¨®. Yo, m¨¢s que protaurino, siempre he sido contrario a la prohibici¨®n, que no es el mismo. Es un tema que tiene que morir de muerte natural. Para nuestros abuelos, y en los ¨¢mbitos rurales, los animales ten¨ªan un componente utilitario. La espiritualidad es otra, y la sensibilidad en el conjunto de Espa?a tambi¨¦n es otra. Es una oportunidad magn¨ªfica de plantearnos qu¨¦ hacemos con la Monumental. Y lo haremos hablando con la propiedad. Es injusto que s¨®lo tengan licencia para los toros y que no los demos alternativas. Con la propiedad nos tendr¨ªamos que conjurar para que la plaza sea un gran equipamiento en el cual pasen grandes cosas. Desde conciertos de formato mediano para 10.000 personas hasta un centro de interpretaci¨®n o memorial que recuerde que los toros son una gran expresi¨®n mediterr¨¢nea, espa?ola y tambi¨¦n catalana.
P. Ha sido muy bien recibido por el mundo cultural a pesar de no ser del gremio. ?No debe de ser porque empez¨® prometiendo abrir mucho el grifo econ¨®mico? ?Est¨¢ a la mitad de su mandato?
P. Fui muy bien recibido, y tengo la percepci¨®n de que tengo una gran complicidad con el tejido empresarial y con los creadores. La cultura tiene un componente muy institucionalizado, hay que crear condiciones para que la creaci¨®n y la innovaci¨®n florezcan con garant¨ªas. Pero no toda tiene que ser af¨ªn a la Administraci¨®n, al contrario. Un indicador de la salud de un pa¨ªs es que la cultura tenga un cierto punto de conflictividad. Lo asumo como una virtud. Empecemos comprometi¨¦ndonos con una inflexi¨®n: se ha acabado la etapa de los ajustes y empieza la de la regeneraci¨®n presupuestaria con el objetivo del 1% para esta legislatura, pero con el horizonte del 2% en 2025, que tiene que ser la estaci¨®n terminus de un pa¨ªs avanzado de verdad. La agenda pol¨ªtica hizo tropezar este prop¨®sito y hemos perdido 2016. Ahora tenemos el ¨²ltimo trimestre del a?o para consolidar la posici¨®n. Otro de los proyectos es que en 2017, cuando los nuevos presupuestos est¨¦n aprobados, lanzaremos un nuevo plan de bibliotecas s¨ª o s¨ª: tenemos que conseguir partidas para regenerar las adquisiciones, renovar los stocks y recuperar la fidelidad de los usuarios.
P. ?Que se ha hecho mal en el tema de los bienes de Sijena para que sea m¨¢s complicado que hace diez meses?
R. No s¨¦ si las cosas est¨¢n peor, porque estaban judicializadas y la situaci¨®n era terrible, con dos gobiernos que hablaban en el juzgado. Dicho esto, y con un punto de ingenuidad, el Gobierno de Arag¨®n y nosotros empezamos un marco de relaciones institucionales positivo y correcto que no se ha roto, a pesar de que tiene un punto de conflicto judicializado. El tema es que hay una compraventa que el Gobierno de Arag¨®n considera que es nula, pero nosotros pensamos que, al final, nos dar¨¢n la raz¨®n. Y cuando todos nos serenemos, como que es un patrimonio compartido, lo podremos gestionar de manera conjunta. Hemos cumplido parcialmente la ejecuci¨®n de la sentencia, y conf¨ªo en que la Audiencia y el Supremo acabar¨¢n d¨¢ndonos la raz¨®n. Por eso escrib¨ª a la juez, argumentando de forma razonada y pidiendo un principio de prudencia, que no estamos violentando nada con planteamientos bizantinos del tipo ¡°no pasar¨¢n¡± ni nada de esto. Quiz¨¢s me tendr¨¦ que comer mis palabras, pero me gustar¨ªa pensar que estamos entrando en el camino de la moderaci¨®n y la prudencia.
P. ?Y las pinturas murales?
R. Aqu¨ª hemos sido m¨¢s intransigentes, porque estamos convencidos de que moverlas seria lesionarlas de una forma irreparable. Hemos contactado con grandes instituciones culturales del mundo para que digan qu¨¦ piensan y ayuden a formar una opini¨®n pol¨ªtica. No s¨®lo con el Ministerio de Cultura, que lo tiene claro, aunque el ministro no lo haya dicho expl¨ªcitamente. Tenemos que conseguir que las autoridades de Arag¨®n lo vean as¨ª.
P. ?Cultura descentralizada?
R. Hay unas instituciones que son de cabecera. El MNAC tiene la responsabilidad de dinamizar toda la red de museos que dependen de ¨¦l. La colecci¨®n no es suya, es de todos, y tiene que poder estar a disposici¨®n de todos. Por ejemplo, en el A?o Casas, la exposici¨®n de referencia se har¨¢ en Sitges y no en el MNAC, con piezas diversas de museos y colecciones privadas, pero con una gran aportaci¨®n del MNAC. Tenemos que conseguir que los diferentes museos vean el MNAC como su primer aliado. Con relaci¨®n al TNC, lo primero no es saber c¨®mo va de p¨²blico, sino si est¨¢ en condiciones de revisitar los cl¨¢sicos, de crear programaciones de riesgo. Y un indicador de evaluaci¨®n ser¨¢ si realiza producciones de ¨¢mbito internacional, no s¨®lo local. Las instituciones de cabecera tienen una funci¨®n fundamental. La descentralizaci¨®n es evidente. Aunque suene a eslogan: que el c¨®digo postal no condicione m¨¢s que el gen¨¦tico. A alguien que viva fuera se le tiene que garantizar el mismo acceso que a alguien que viva en Barcelona.
P. ?Cu¨¢l tiene que ser el papel del Liceo en el ecosistema cultural catal¨¢n? Hay, incluso, ciertos recelos con el Teatro Real de Madrid¡
R. El Real vuelve a ir bien, como un rayo, con una direcci¨®n empoderada y apoyo pol¨ªtico y de mecenazgo muy fuerte. El Liceo est¨¢ saliendo de una situaci¨®n cr¨ªtica, de un grave d¨¦ficit acumulado, provocado en parte por la retirada econ¨®mica del Estado, y esto tiene un impacto. Por eso no tenemos un entorno suficientemente motivador para el mecenazgo. Tambi¨¦n le hemos dicho a la direcci¨®n que tiene que jugar un papel de instituci¨®n cultural de cabecera, y aqu¨ª las administraciones participar¨¢n, estimularemos el patrocinio privado, pero tenemos que pedir una programaci¨®n de ¨®pera y danza. En defensa del Liceo hay que decir que, en la Scala de Mil¨¢n, entre los primeros grandes patrocinadores hay la autoridad del aeropuerto de la ciudad. ?Han visto alguna vez que Aena haga esto? Cuando estrenas en Madrid, esa noche est¨¢ el Ibex-35 al completo.
P. ?Pero la sociedad civil catalana hace lo que tiene que hacer?
R. Es que tambi¨¦n es un tema de reparto del poder: claramente, es m¨¢s competitiva una inauguraci¨®n del Real, con ministros y grandes empresas; aqu¨ª todo es mucho m¨¢s contenido.
P. ?Habr¨ªa que cambiar el perfil del equipo directivo del Liceo para conseguir m¨¢s patrocinio?
R. Me parece bastante calificado, s¨®lo le hace falta estabilidad. En relaci¨®n con la presidencia, hay unos condicionantes personales, delicados, que podr¨ªan propiciar un relevo en breve. Estamos a la expectativa de c¨®mo evoluciona el estado de salud de Joaquim Molins. El cuerpo no lo acompa?a. La presidencia del Liceo es muy importante para este trabajo de mecenazgo, hace falta que sea muy activa para tejer complicidades. Estamos calibr¨¢ndolo todo. Pero, en ¨²ltima instancia, el ciudadano tiene que percibir que el Liceo es una instituci¨®n de cabecera y que est¨¢ al alcance de todo el mundo, no s¨®lo de ricos y expertos.
P. ?Que el ministro diga que quiere venir a la inauguraci¨®n es una buena se?al de algo?
R. Nosotros tenemos una relaci¨®n fluida con el Ministerio , que a¨²n as¨ª no se ha traducido en compromisos econ¨®micos importantes. Ellos niegan que hayan sido restricciones por cuestiones ideol¨®gicas y afirman que se comprometer¨¢n de nuevo con el MNAC o el Liceo superada la crisis¡ Ya lo veremos.
P. ?C¨®mo ha visto el debate sobre la estatua de Col¨®n?
R. Es un tema de transmisi¨®n, una vez m¨¢s. Estamos instalados en un momento de exceso de ocurrencias. Esto de Col¨®n forma parte de la memoria colectiva: hay cosas tan singulares, especiales y caracter¨ªsticas que ponerlas en crisis nos llevar¨ªa a una sociedad tan as¨¦ptica y asexuada que a m¨ª me dar¨ªa terror. Es un acto de anacronismo juzgar tan severamente la figura de Col¨®n, como es una ocurrencia y una excentricidad hablar tan despectivamente de la Sagrada Familia, total, para re¨ªr un rato con sectores muy determinados.
P. ?Por eso ha escogido usted hacerse la foto de portada all¨¢?
R. Es que soy un fan del modernismo.
P. ?La Sagrada Familia de hoy es modernismo? ?Es Gaud¨ª?
R. Esto es la evoluci¨®n de la herencia y la gesti¨®n de lo que hemos heredado. Si somos honestos y distinguimos cada etapa, desde el punto de vista intelectual es leg¨ªtimo. ?A alguien se le ocurre ir a la catedral de Mallorca y no visitar el espacio que ha hecho ahora Barcel¨® o el ¨¢mbito de Jujol? No veo ning¨²n conflicto: la vida se abre camino. Barcelona, internacionalmente, es Gaud¨ª, pero tambi¨¦n la ciudad creativa, abierta, la cer¨¢mica, el mosaico quebradizo¡ La gracia es el mosaico, que ejemplifica la pluralidad y la diversidad¡ En cualquier caso, lo que me gustar¨ªa es conseguir sintonizar m¨¢s el objeto fundacional del templo y la gesti¨®n y la explotaci¨®n de la Sagrada Familia con los objetivos pol¨ªticos del Departamento y de la ciudad. Y aqu¨ª hay trabajo a hacer desde el punto de vista cultural, que disfruten m¨¢s los vecinos, su plan director¡ Desde esta vertiente se entiende la turbulencia generada.
P. ?Su fotograf¨ªa no tiene, pues, carga pol¨ªtica?
R. La opini¨®n pol¨ªtica siempre es libre.
P. Si no hubiera esta atrofia del Estado que usted denuncia, ?ser¨ªa hoy independentista?
R. Siempre he confesado que yo llegu¨¦ al independentismo arrastrando los pies. Con frustraci¨®n, incluso: de nuevo, Espa?a es incapaz de hacer de la diversidad un valor, la convierte en un problema. No encaja la pluralidad cultural, ling¨¹¨ªstica y tambi¨¦n nacional. Sorprende como no es capaz de repartir el poder pol¨ªtico, de organizar el poder econ¨®mico, de situar las infraestructuras y las inversiones al servicio de la econom¨ªa y no s¨®lo de la cohesi¨®n y lo reequilibre territorialmente al margen de resultados. Lo que m¨¢s me gusta del proceso es la apelaci¨®n al compromiso c¨ªvico y pol¨ªtico de los ciudadanos, a invitarlos a ser mejores, a ilusionarse con un proyecto que s¨®lo se justifica por el compromiso de hacer una sociedad mejor; esto es impecable. Lo que es inaudito es que esto, que motiva m¨¢s de dos millones de ciudadanos, tenga por respuesta la m¨¢s absoluta indiferencia del Estado. Un amigo ingeniero italiano, cuando la consulta del 9-N, me envi¨® un tuit que reenvi¨¦ a un ministro y que dec¨ªa: ¡°?Tanto les cuesta decir ¡®por qu¨¦ no os qued¨¢is¡¯ y, en cambio, s¨®lo saben decir ¡®no os pod¨¦is ir?¡¯¡±.
P. ?C¨®mo se llega a un refer¨¦ndum vinculante y pactado?
R. Apelando continuamente a la radicalidad democr¨¢tica. En un pa¨ªs normal, con una democracia de calidad, un conflicto de organizaci¨®n del reparto del poder se tendr¨ªa que resolver votando. Me encantar¨ªa que vi¨¦ramos una campa?a bien razonada, en la que unos defiendan que juntos nos ir¨ªa mejor y otros, leg¨ªtimamente, puedan aspirar a constituir un Estado propio y reorganizar el reparto de poder en el conjunto de pueblos de la pen¨ªnsula Ib¨¦rica. Esto ha sido posible en contextos como el brit¨¢nico y el canadiense, pero, quiz¨¢s por poca tradici¨®n democr¨¢tica en Espa?a, aqu¨ª parece imposible. Es terrible. Y esto desemboca en una situaci¨®n maniquea, de buenos y malos, de ¡ªpara usar t¨¦rminos taurinos¡ª sol y sombra, el gran desastre espa?ol.
P. ?Es realista hablar de refer¨¦ndum unilateral en el contexto de Europa?
R. Es una ¨²ltima y ag¨®nica manifestaci¨®n de dignidad y tambi¨¦n una expresi¨®n y apelaci¨®n al esp¨ªritu democr¨¢tico de los ciudadanos de Espa?a. Espa?a es mucho m¨¢s moderna desde el punto social y econ¨®mico que institucional. Tengo el convencimiento de que los ciudadanos espa?oles son en general modernos, progresistas, viajados y le¨ªdos, y que sus pol¨ªticos no est¨¢n a la altura; el microclima del Congreso es un microclima ochocentista y obsoleto, que no est¨¢ a la altura de las circunstancias. Y as¨ª nos va.
P. Hizo un pol¨¦mico tuit el d¨ªa de las elecciones gallegas en que se congratulaba del resultado porque lo atribuy¨® a un posible cambio de tendencia y a un voto m¨¢s centrado, y se alegraba de ello. ?Alberto N¨²?ez Feij¨®o es el centro?
R. Respondo con otra pregunta: ?Es posible que un pol¨ªtico obtenga una mayor¨ªa absoluta si no lo votan los centristas? Si solo lo votara el militante del PP, el p¨²blico n¨ªtidamente conservador, no creo que hubiera conseguido estos resultados. Quiz¨¢s la gente se autorrepresenta m¨¢s centrista de lo que es, pero no lo creo.
P. De su predecesor han quedado algunas carpetas abiertas. Por ejemplo, ?c¨®mo est¨¢ el Plan Nacional de Fotograf¨ªa?
R. Se han hecho varias reuniones con gente del sector, hay una gran complicidad, se han adquirido muchas obras y, adem¨¢s, tenemos que acabar de decidir a finales de a?o si queremos y nos hace falta un equipamiento o no.
P. ?El Museu Nacional d'Arquitectura se har¨¢?
R. Sea como sea, antes de acabar el a?o encargaremos el proyecto museogr¨¢fico. Tenemos la absoluta determinaci¨®n y disposici¨®n a contar, como m¨ªnimo, con un relato preciso que explique la historia de la arquitectura en este pa¨ªs y por qu¨¦ es tan importante en nuestra sociedad. Y, la verdad, conf¨ªo que lo haremos con la ciudad de Barcelona. Con esto somos muy respetuosos: la decisi¨®n sobre su ubicaci¨®n f¨ªsica la tiene que tomar la ciudad, pero es absolutamente necesario que lo tengamos.
P. ?C¨®mo est¨¢n los papeles de Salamanca?
R. Est¨¢ todo igual; ahora mismo es un tema bastante secundario en mi agenda.
P. Hoy, EL PA?S Catalu?a y Elpais.cat cumplen a?os. ?C¨®mo ve el panorama de la prensa en catal¨¢n?
R. Los medios de comunicaci¨®n, pero tambi¨¦n los pol¨ªticos, pasan por un momento muy cr¨ªtico y que tiene consecuencias en la credibilidad y la solvencia. Los recortes sufridos hacen que el ciudadano la perciba como menos eficaz. Los recortes de los medios han hecho que cada vez existan menos medios con memoria y que sean profesionalmente solventes. La precarizaci¨®n de la pol¨ªtica y el periodismo ha sido tal que cuesta poder hacer cosas con solvencia.
P. ?Y sobre la lengua?
R. El catal¨¢n necesita nuestra protecci¨®n, pero esto no quiere decir que las pol¨ªticas culturales del Gobierno sean monoling¨¹istas, nuestro pa¨ªs es biling¨¹e, y es evidente que el papel de la lengua catalana mejora, pero seguimos teniendo una posici¨®n fr¨¢gil de garant¨ªa de acceso al catal¨¢n en la informaci¨®n y la cultura. En el cine, especialmente, tenemos muchos problemas. Aqu¨ª hay que favorecer la subtitulaci¨®n y optar por dejar cada vez m¨¢s la versi¨®n original: ya no tiene sentido aquel debate de la traducci¨®n al catal¨¢n, aquello de Dallas y JR. Esto es el siglo XX¡ Pero deberemos continuar favoreciendo la garant¨ªa a este acceso, fruto de los derechos ling¨¹¨ªsticos.
P. Tendr¨ªa que volver al ¨¢mbito del Departamento de Cultura la cartera de los Medios de Comunicaci¨®n, ahora bajo la ¨¦gida de Presidencia?
R. Hay mucha cosa alterada en la organizaci¨®n competencial del Departament. ?Alguien entiende que no haya pol¨ªticas de los espacios de memoria? Yo no lo entiendo. Y a¨²n m¨¢s en equipamientos que cada vez tendr¨¢n que ser m¨¢s promiscuos funcionalmente. Si tienes un centro en Corbera d'Ebre (Tarragona) ¡ªy lo tenemos¡ª, tienen que pasar muchas cosas para que pueda seguir adelante: exposiciones, pinturas, presentaciones de libros, club de lectura¡ Si no, acaban como estamos hoy: la llave la tiene un vecino y si quieres ver el centro te abre ¨¦l. Viva la memoria hist¨®rica¡
P. Esto es fruto de que somos un pa¨ªs an¨®malo?
R. M¨¢s que an¨®malo, es fruto de que tenemos una organizaci¨®n de gobierno demasiado distorsionada, acumulada de este periodo tan convulso y extraordinario que vivimos.
P. Usted es consejero de Cultura por convicci¨®n o porque forma parte de su cursus honorum para conseguir mayores logros?
R. De las acusaciones m¨¢s injustas, una es esta: siento un gran honor de ser el consejero de Cultura, me gustar¨ªa serlo muchos a?os. Lo que m¨¢s me incomoda de la especulaci¨®n sobre si podr¨ªa optar a la alcald¨ªa de Barcelona o a otros cargos es que presupone que mi paso por Cultura es un cursus honorum. Intent¨¦ hacer de alcalde en Figueres dando lo m¨¢ximo de m¨ª mismo y me relevaron; y de consejero de Territorio me relevaron, tambi¨¦n, en un momento muy dulce, porque de aquel periodo han salido tres leyes de las que presumiremos en esta legislatura: el impuesto sobre las viviendas vac¨ªas, la ley de la arquitectura y la ley del cambio clim¨¢tico. En todos los casos lo intent¨¦ hacer con pasi¨®n y el m¨¢ximo de a?os¡
P. ?Es frustrante que este mandato tenga solo 18 meses?
R. Es un mal menor a favor de un bien superior. Tengo ideas propias, me gusta mucho la cultura, pero una legislatura as¨ª¡ La pol¨ªtica, como la vida, tambi¨¦n es ensayo y error y hace falta un m¨ªnimo de tiempo. Por ejemplo, el Plan de Danza. ?Tenemos que hacer una compa?¨ªa nacional o no? Yo creo que s¨ª, pero hay gente del sector que te dice que no. As¨ª que he propuesto que hagamos ensayo y error: yo asigno presupuestos para hacer una producci¨®n y garantizamos que todos los teatros que tengan m¨¢s de 500 plazas de aforo disfruten de una producci¨®n realizada desde el Mercat de les Flors. Creo que tiene que haber una compa?¨ªa nacional, o digamos catalana, de danza. Esto pide que haya, es evidente, una figura, pero tambi¨¦n tiempo para que el sector lo vea, que no interprete que hay dirigismo¡
P. Y tambi¨¦n hace falta dinero.
R. S¨ª, unos 2,5 millones de euros, que hab¨ªamos estudiado financiar a tercios: taquilla y venta de producciones, mecenazgo y administraciones. Con el dinero que a veces se echa a perder con disparates¡
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