Malkovich muta en Capote, Einstein y Marilyn
La T¨¦rmica de M¨¢laga exhibe el homenaje del fot¨®grafo Sandro Miller con el actor a las im¨¢genes m¨¢s ic¨®nicas del siglo XX
John Malkovich se convierte en uno de los retratos en Florence Owens, la madre migrante que inmortaliz¨® Dorothea Lange en 1936. En otra, parece que quien persigue con la mirada es el Pablo Picasso con sombrero de Irving Penn, pero vuelve a ser Malkovich. El actor tambi¨¦n se mete en la piel de Albert Einstein sacando la lengua a la c¨¢mara de Arthur Sasse y en la de una semidesnuda o crucificada Marilyn Monroe ante el objetivo de Bert Stern. Y muta en Muhammad Al¨ª, Truman Capote, Meryl Streep y las gemelas id¨¦nticas de Diane Arbus.
Este juego de transformismo es el homenaje que el fot¨®grafo norteamericano Sandro Miller rinde a las im¨¢genes m¨¢s ic¨®nicas del siglo XX, que La T¨¦rmica de M¨¢laga, centro cultural de la Diputaci¨®n Provincial, exhibe por primera vez en Espa?a. Son 41 instant¨¢neas en las que el cineasta, como si se tratara de uno m¨¢s de sus intensos papeles, se funde y arrebata el protagonismo a los personajes perpetuados por los grandes de la t¨¦cnica. Malkovich, Malkovich, Malkovich: homenaje a los maestros de la fotograf¨ªa se puede visitar desde ma?ana s¨¢bado hasta el pr¨®ximo 29 de enero.
El proyecto funde a la perfecci¨®n el talento interpretativo del camale¨®nico actor y la creatividad de Miller, profesional autodidacta considerado uno de los mejores fot¨®grafos publicitarios a nivel mundial. La pareja se conoci¨® en la d¨¦cada de los 90 del siglo pasado, mientras ambos colaboraban con la compa?¨ªa de teatro Steppenwolf, en Chicago, y el contacto personal y profesional no se ha roto desde entonces. Cuando a Miller se le ocurri¨® honrar a los grandes del objetivo que hab¨ªan contribuido a esculpir su propia carrera, no dud¨® en pedir la colaboraci¨®n de Malkovich.
¡°Hay una relaci¨®n maravillosa desde hace 20 a?os (¡) Trabajar con ¨¦l es como tener un lienzo en blanco. John me dice: Sandro, haz lo que quieras¡±, ha explicado Miller este viernes durante la presentaci¨®n de la exposici¨®n en La T¨¦rmica. El resultado de este proyecto tan personal lo ha descrito de manera muy gr¨¢fica: ¡°Imaginad que vamos a nuestra cocina, cogemos una batidora y metemos a Dal¨ª, a Einstein¡ Lo batimos y el resultado es John Malkovich¡±.
El proceso de preparaci¨®n de cada foto fue largo y riguroso. Para cada instant¨¢nea, se necesitaban al menos tres horas de maquillaje y pruebas de vestuario. Una vez que Malkovich estaba caracterizado, el actor colocaba el retrato original sobre una silla y estudiaba las expresiones y las posturas. En el estudio de Miller, momentos antes de la instant¨¢nea, ¡°era incre¨ªble ver c¨®mo Malkovich dejaba de ser Malkovich y se convert¨ªa en los otros personajes¡±.
En el montaje que se muestra en M¨¢laga, producido por diChroma photography, todo es reconocible. El cineasta aparece como el Che Guevara o como Jean Paul Gaultier en sus poses m¨¢s c¨¦lebres. O como John Lenon abrazando a Yoko Ono en la famosa instant¨¢nea que Annie Leibovitz tom¨® a la pareja en 1980, portada de la revista Rolling Stone. El actor tambi¨¦n ha sido en este proyecto Bette Davis, Mick Jagger, Hemingway y hasta Jesucristo.
Miller ha contado que ide¨® esta muestra cuando estaba enfermo de c¨¢ncer. ¡°Si era lo ¨²ltimo que iba a hacer, pens¨¦ que ten¨ªa que ser un homenaje a los fot¨®grafos que tanto me han ense?ado¡±, ha dicho. Ni imaginaba el ¨¦xito internacional que iba a recoger. Est¨¢ satisfecho. Para ¨¦l se trata de obras de arte de la fotograf¨ªa y solo tuvo que cerrar los ojos y pensar un poco para decidir cu¨¢les eran las elegidas.
En la exposici¨®n de La T¨¦rmica de M¨¢laga est¨¢n 41 de las 43 que le vinieron a la cabeza en ese momento. Nunca pudo hacer una de Richard Avedon ni otra de Mary Ellen Mark en las que aparecen elefantes por las restricciones que existen en Estados Unidos con estos animales, ha explicado. ¡°Todas son ic¨®nicas¡±, ha subrayado. Y Malkovich no tuvo ning¨²n problema en transformarse en todos sus protagonistas.
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