Cl¨¢sico en vida

En un pa¨ªs que ama y respeta su cultura, lo normal ser¨ªa ver a las primeras autoridades en el estreno de la ¨²ltima obra de su compositor m¨¢s relevante. Pero no acudi¨® ninguna el viernes al estreno, en el Palau de la M¨²sica, de Fiat Lux, deslumbrante poema sinf¨®nico del octogenario compositor catal¨¢n Joan Guinjoan (Riudoms, 1931), figura esencial en la creaci¨®n musical espa?ola. Tampoco asistieron los dirigentes del Gran Teatro del Liceo, y eso que el estreno corri¨® a cargo de la orquesta del coliseo barcelon¨¦s bajo la inspirada direcci¨®n de su titular, Josep Pons.

A pesar de su delicado estado de salud, que le obliga a desplazarse en silla de ruedas, Joan Guinjoan salud¨® al p¨²blico, desde un palco de platea pr¨®ximo al escenario, en respuesta a los entusiastas aplausos y ante la insistencia de Pons, a quien est¨¢ dedicada la nueva obra.

Sorprendi¨®, y no gratamente -las caras de Mariona Carulla, presidenta del Palau, y Joan Oller, director general, eran un poema- la ausencia en el palco central de los m¨¢ximos dirigentes de la Generalitat, la Diputaci¨®n y el Ayuntamiento de Barcelona; a los respectivos responsables de Cultura, tampoco se les vio el pelo. A¨²n m¨¢s inexplicable result¨® la ausencia de los responsables del Liceo en la ¨²nica actuaci¨®n de su orquesta en la temporada estrella del Palau.

Inspirada en poemas de Antoni Clap¨¦s que glosan las luces y colores del paisaje de su Riudoms natal, Guinjoan se muestra en Fiat Lux con la personalidad de un cl¨¢sico en vida que domina el arte de expresar sus emociones con los m¨¢s refinados recursos orquestales. La escritura, rica en matices, refleja su admiraci¨®n por la moderna escuela francesa, con exuberantes colores y una cautivadora energ¨ªa r¨ªtmica.

Dedicada a Pons,la partitura es muy exigente, en la l¨ªnea del Trencad¨ªs, de la ¨®pera Gaud¨ª, y las otras dos obras que completan su trilog¨ªa sinf¨®nica dedicada a la ciencia. Pero, al margen de sus dificultades t¨¦cnicas, lo mejor de su nueva obra es la riqueza de ideas, y la alegr¨ªa vital que transmite en su desbordante expresividad. Fueron apenas veinte minutos, pero es m¨²sica tan bien escrita que pasaron volando

La orquesta del Liceo, orgullosa ante el reto de tocar en el Palau, son¨® con empaque: brillaron los metales y se apreciaron renovadas energ¨ªas en maderas, cuerdas y percusi¨®n. El proyecto musical de Pons est¨¢ dando muy buenos frutos, y qued¨® bien patente en la generosa raci¨®n de Wagner que abri¨® y cerr¨® el programa; Preludio y muerte de amor, de Trist¨¢n e Isolda y una selecci¨®n de fragmentos de El ocaso de los dioses que sonaron con intensidad dramatica.

Quiz¨¢s falt¨® tiempo de ensayos para limar algunas asperezas en la dificil obra que complet¨® la velada, el Concierto para trompa n¨²m, 2, de Richard Strauss, obra de cegador virtuosismo que Martin Owen, trompa solista de la Sinf¨®nica de la BBC de Londres, bord¨® con perfecci¨®n t¨¦cnica, control del fiato y musicalidad a raudales.