Una vez m¨¢s, el caso Zapata
Los autores defienden que el concejal de Ahora Madrid debe ser absuelto de los delitos de los que es acusado
Hay una idea que sobrevuela todo este ciclo pol¨ªtico desde las elecciones municipales del 24 de mayo que muchos compa?eros y compa?eras hemos vivido de diferentes formas. Es la forma en la que cada cual se relaciona individual y tambi¨¦n colectivamente con la instituci¨®n y con los lugares que la forman.
Durante mucho tiempo esos lugares han estado llenos de unos grupos muy concretos de personas mientras el poder se heredaba a trav¨¦s de algunos partidos, en una cadena imparable a la que la mayor¨ªa de la sociedad nunca iba a tener acceso.
Que gente normal haya llegado a las instituciones no s¨®lo debiera ser un motivo de salud democr¨¢tica para todos y todas sino que debiera ser algo a promover: que la ciudadan¨ªa tenga la capacidad de estar en lugares que durante mucho tiempo en nuestro pa¨ªs han sido coto de unos pocos. Desde ese 24 de mayo, esa idea de "no pertenec¨¦is aqu¨ª", "este no es vuestro sitio", "sois una an¨¦cdota" se ha materializado de muchas maneras. Desde la forma en la que algunas personas se relacionan dentro de estos plenos, congresos, etc., d¨®nde pareciera que pueden expresarse como si estuvieran en su casa y sin ning¨²n tipo de respeto por quien tienen al lado, hasta una judicializaci¨®n de la pol¨ªtica en la que se busca ganar fuera de esas urnas a las que nos pidieron que nos present¨¢ramos lo que perdieron en ellas. Ese es el caso de nuestro compa?ero Guillermo Zapata, que hoy se enfrenta a un juicio de hasta 3 a?os de c¨¢rcel y 8 de inhabilitaci¨®n por unos tuits donde entrecomillaba unos chistes sobre los l¨ªmites del humor muchos a?os antes de que por nuestras cabezas hubiera sobrevolado la idea de presentarnos a unas elecciones.
Esto no es casual, ese delito que tanta gente est¨¢ convencida que Guillermo no ha cometido ha estado enterrado durante m¨¢s de 4 a?os hasta el d¨ªa 1 en que se convirti¨® en un cargo p¨²blico. Y no nos enga?emos, aunque en este caso sea a nuestro compa?ero Guillermo, que puede pagar personalmente el peso y el precio de un mont¨®n de gente que quiere otra clase de pa¨ªs, ese ataque no es contra ¨¦l, es contra un proyecto de cambio, m¨¢s amplio incluso que cualquiera de las organizaciones en las que hoy muchas participamos. Es un ataque contra la posibilidad de que alguien, quien sea, donde sea, pueda demostrar que las cosas se pueden hacer de otra manera.
Mientras tanto, mientras nuestro compa?ero Guille se enfrenta a estos cargos enormes por, recordemos, unos tuits entrecomillados sobre los l¨ªmites del humor y sacados fuera de contexto m¨¢s de 4 a?os despu¨¦s, hay un mont¨®n de gente part¨ªcipes de la P¨²nica, la G¨¹rtel y una ristra enorme de casos que en el mejor de los casos se han empezado a investigar hace no tanto.
Conocemos a Guille lo suficiente como para decir que jam¨¢s ofender¨ªa y faltar¨ªa al respeto a nadie pero es impensable que pueda hacerlo con los m¨¢s d¨¦biles o con los que sufren. Ese no es Guille y eso debe quedar claro.
No s¨®lo creemos que Guillermo debe ser absuelto por ser nuestro compa?ero y porque creamos que es profundamente inocente de lo que se le acusa sino que, de seguir este camino donde se arregla a base de denuncias lo que no se ha ganado en las urnas, generamos cada vez m¨¢s, como sociedad, un precedente inadmisible y una sentencia mucho peor que a la que se enfrenta Guillermo: que era cierto que esas instituciones eran el coto de unos pocos y nunca lo fueron de la gente. Y eso, como sociedad, no nos lo podemos permitir.
Rita Maestre y Carlos S¨¢nchez Mato son concejales de Ahora Madrid en el Ayuntamiento de Madrid.
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