El humor negro de Juan Pablo Villalobos gana el Herralde de novela
El escritor mexicano obtiene el galard¨®n que convoca Anagrama con 'No voy a pedirle a nadie que me crea'
Quiz¨¢ sea la ¨²nica manera de afrontar estos tiempos tragic¨®micos: con un humor c¨¢ustico, tirando a negro, e impasible el adem¨¢n, como si se contara la cosa m¨¢s normal y seria del mundo por m¨¢s extravagante e hilarante que pueda ser. O que es. Y esa actitud es la que ha ido destilando la obra del escritor mexicano Juan Pablo Villalobos, acrecentada si cabe en No voy a pedirle a nadie que me crea, titulo con el que ha obtenido el 34? premio Herralde de novela que convoca la editorial Anagrama y los 18.000 euros de su dotaci¨®n. A este periplo loco de un estudiante mexicano en Barcelona arrastrado a ¡°un negocio de alto nivel¡± como lo define su embaucador amigo la acompa?¨® en el podio como finalista otra historia tambi¨¦n pespunteada por la f¨¢bula y lo c¨®mico: Amores enanos, del argentino Federico Jeanmaire, sobre una pareja de enanos que construyen un barrio solo para gente como ellos.
T¨ªtulos desconcertantes (Fiesta en la madriguera; Si vivi¨¦ramos en un lugar normal; Te vendo un perro), textos lac¨®nicos de forma y fondo y tramas impregnadas de un humor negro y delirante conforman la marca literaria de Villalobos (M¨¦xico, 1973), de la que en No voy a pedirle a nadie que me crea tampoco quiere desprenderse. En este caso, Villalobos (autor nacido y criado en Anagrama) utiliza como hilo conductor a un joven mexicano (que se llama como el autor) que llega con su novia a Barcelona para estudiar literatura comparada y la obra de Jorge Ybarg¨¹engoitia. Lo har¨¢ todo menos eso, arrastrado a un mundo delirante por un prometedor estafador que le lanza a un negocio al que qui¨¦n se iba a resistir. El resultado es una accidentada traves¨ªa llena de arrecifes en forma de peligrosos mafiosos, la neurosis creciente de una novia que le da entonces por leer Los detectives salvajes de Roberto Bola?o, una ni?a casi de terror que recita versos de Alejandra Pizarnik y, en el fondo del cultismo, una perrita de reminiscencias bu?uelianas apodada Viridiana.
"Es una novela h¨ªbrida de muchas cosas", admite Villalobos, un escritor "semisecreto en Espa?a y que deber¨ªa haber dejado de serlo hace tiempo", le califica Herralde. La mezcolanza viene dada, primero, porque su autor duda si es "una novela mexicana sobre Barcelona o una novela barcelonesa sobre M¨¦xico", asegura quien lleg¨® a la capital catalana en diciembre de 2003 y que, tras casarse, tener hijos y publicar en ella ah¨ª sigue, exceptuando una breve estancia en Brasil entre 2011 y 2014. En ese sentido, el libro es fruto de una crisis existencial y creativa: "Llevaba ya tres novelas sobre M¨¦xico, un friso sobre el que ya no me siento c¨®modo porque hace tiempo que no vivo la realidad mexicana: conozco y me relacion¨® m¨¢s con gente mediterr¨¢nea que mexicana; la salida literaria ha sido este libro".?
Esa hibridaci¨®n admite que tambi¨¦n le ha afectado en lo ling¨¹¨ªstico: "No es ya un tema de decir gilipollas por pendejo, eso ha llegado al uso de tiempos verbales o a la contaminaci¨®n de la sintaxis; el resultado m¨¢s visible es alguna s¨ªntesis ling¨¹¨ªstica que he hecho, como la palabra somiatortillas", cita el escritor jugando con el t¨¦rmino catal¨¢n somiatruites (so?ador, iluso). Las hibridaciones tambi¨¦n alcanzan a la tradici¨®n literaria ("creo que hay rasgos desde Ybarg¨¹engoitia a Pitol, pasando por Pere Calders, Eduardo Mendoza, Monterroso o G¨®mez de la Serna", recita) y a la inevitable autoficci¨®n: el protagonista comparte su nombre y su universitario motivo de llegada a Barcelona; la lectura de Bola?o ("la hice para recordarme que ven¨ªa aqu¨ª a escribir y a ser escritor; reflejaba mi mismo mundo de entonces") lo deriv¨® hacia la novia del personaje.? ? ?
Como ambientaci¨®n catalana pura, una hija de un pol¨ªtico nacionalista corrupto y una mosso d¡¯esquadra, entre otros atrezzos humanos, pueblan la novela. "Existe una conexi¨®n entre ese pol¨ªtico catal¨¢n y el crimen organizado en M¨¦xico; s¨ª, ya s¨¦ que Oriol Pujol ten¨ªa negocios all¨¢, pero no me he inspirado en ¨¦l y su familia", sonr¨ªe Villalobos, escud¨¢ndose en que lo que ha escrito es "una comedia de enredos, de nuevo una hibridaci¨®n entre g¨¦neros: la autoficci¨®n, la novela negra y eso, una comedia bastante absurda e imposible y con diversos narradores y estilos, como el epistolar, y el diario". Barcelona es ah¨ª un escenario con trasunto globalizador: "Estoy afincado en el barrio de Gr¨¤cia y veo c¨®mo para sus vecinos es como un drama si han de saltar a vivir al de Horta expulsados en esa Barcelona del pelotazo urban¨ªstico de hace una d¨¦cada, cuando ambiento la obra; ese cruzar la frontera de la v¨ªa de la Ronda de Dalt los mata... Es chocante con los que hacen lo propio en el Mediterr¨¢neo con una patera o los que llegan a Barajas con pasaporte boliviano esperando que no les hagan demasiadas preguntas... En el encuentro entre esos dos mundos hay mucha literatura".
En realidad, admite el escritor mexicano que toda su obra podr¨ªa resumirse en "una exploraci¨®n de los l¨ªmites del humor: en mis novelas he abordado, por este orden, la violencia del narcotr¨¢fico, la pobreza y el duelo entre la memoria y el olvido aplicado a una realidad mexicana desarbolada por la violencia, un sistema de poder con un control absoluto hoy sobre las vidas de la gente, un aut¨¦ntico narcocapitalismo en la era de la globalizaci¨®n". Pero a¨²n con esa realidad tan peligrosa ha aplicado el humor: "Quiero explotar sus l¨ªmites en literatura hoy, de qu¨¦ vale re¨ªrse y de qu¨¦ no". Admite que lo hace en unos momentos delicados: "Se est¨¢ intentado acotar mucho el humor, se exagera lo pol¨ªticamente correcto; y, en paralelo, tambi¨¦n se opta como nunca por la literalidad: no se ve, ni se quiere ver, la iron¨ªa, la parodia, el doble sentido de nada...", lamenta. El reto, entiende, es "hasta d¨®nde estirar esa frontera; yo no le veo l¨ªmite, a priori; todo depende de qui¨¦n lo cuenta, qui¨¦n dice qu¨¦ y ver si r¨ªes solo o a qui¨¦n haces re¨ªr... Si es un nazi o es Trump, pues... Probablemente, un d¨ªa me equivoque, pero se trata siempre de dislocar perspectivas".?
Un humor no tan c¨¢ustico ha caracterizado tambi¨¦n la trayectoria del argentino Jeanmaire (Baradero, 1957), si bien m¨¢s cargado de elementos reflexivos, como ya demostr¨® en Tacos altos y en Miguel, una biograf¨ªa ficticia de Cervantes, ambos t¨ªtulos publicados ya tambi¨¦n en Anagrama. La supuesta hilaridad viene dada en la novela finalista del Herralde por las vivencias de Milagro y Perico, dos enanos a los que el cierre del circo en el que trabajaban les empuja a instalarse en una zona costera donde se enriquecer¨¢n haciendo de strippers. A partir de ah¨ª, decidir¨¢n construir un barrio solo para personas como ellos, hasta la llegada de una periodista tan bella como alta, plasmaci¨®n de las dificultades de las relaciones humanas, el mensaje ¨²ltimo de la obra.
De entre la notable cantidad de originales presentados este a?o (512), el jurado del galard¨®n ha decidido rescatar tambi¨¦n para su publicaci¨®n C¨®mo dejar de escribir, de Esther Garc¨ªa Llovet.
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