Las cicatrices de la fotoreportera
Woody Allen se encuentra con David Hare en 'La treva' de Julio Manrique
Brooklyn en avanzado proceso de gentrificaci¨®n. El ojo del espectador entra en la vivienda de dos profesionales liberales ¨Cvotantes de Bernie Sanders en potencia¨C transformada por las circunstancias en centro de convalecencia: ella, fotorreportera, regresa de la guerra para recuperarse de las graves heridas sufridas por una bomba. Asume el rol de sensible cuidador su compa?ero, tambi¨¦n periodista. Adem¨¢s de las heridas visibles hay otras invisibles en un proceso paralelo de cicatrizaci¨®n. Hasta aqu¨ª una comedia dram¨¢tica con veleidades ¨¦ticas que podr¨ªa estar firmada por David Hare.
La treva
De Donald Margulies. Direcci¨®n: Julio Manrique. Int¨¦rpretes: Ramon Madaula, Mima Riera, Clara Segura y David Selvas. Traducci¨®n: Cristina Genebat. La Villarroel, 28 de octubre.
Pero La treva (Time Stands Still) de Donald Margulies es una obra con cuatro personajes. Falta que entre en escena una segunda pareja: el editor ¨Camigo, confidente y mentor de la fot¨®grafa interpretado por Ramon Madaula con el aire de Alan Alda¨C acompa?ado por una joven mujer con muchos puntos para afianzar su relaci¨®n con el hombre maduro. Irrumpen dos criaturas de un guion de Woody Allen y se produce un interesante intercambio de contaminaci¨®n dram¨¢tica con los dos personajes femeninos como polos antag¨®nicos.
Mandy ¨CMima Riera aportando humanidad y franqueza a un ser que podr¨ªa caer en el sacrificio de la caricatura¨C es el cuerpo extra?o en una comunidad de amigos y amantes con ideas, opiniones, incluso con capacidad y voluntad de acci¨®n y reacci¨®n ante las injusticias del mundo. El prototipo de las segundas oportunidades sentimentales de las pel¨ªculas de Allen, intelectualmente menos formada, ingenuamente convencional, instintivamente conservadora. Un proyecto de matrona del Manhattan chic y benefactor con un dep¨®sito a¨²n lleno de admiraci¨®n por el triunfo del hombre de su vida. Sarah ¨Cotro ¨¦xito natural de Clara Segura¨C es la profesional independiente, enganchada a la adrenalina del peligro que ha visto paralizada su vida n¨®mada por un ¡°accidente de trabajo¡±. El primer tiempo muerto ¨Co tregua¨C en su huida de la convencionalidad. Un forzoso par¨¦ntesis que su compa?ero intentar¨¢ aprovechar ¨Cbuen trabajo de David Selvas en un papel complejo por todas las cartas escondidas que usar¨¢ para alcanzar su objetivo¨Cpara arrastrar a Sarah a su propia visi¨®n del mundo, aunque sea a cambio de romper la imagen idealizada que se han construido de su relaci¨®n abierta y su compromiso con las injusticias universales.
Julio Manrique maneja este pulso entre Sarah y los otros con la mano firme de quien tiene una especial sensibilidad por la dramaturgia anglosajona, especialmente la norteamericana, con interpretaciones que fluyen por su naturalidad y un ritmo sin altibajos que surfea admirablemente por los diferentes registros y tonos de esta comedia con la consciencia de las buenas causas hecha a?icos por el ego¨ªsmo ¨Cconsciente o inconsciente¨C que todo lo domina.
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