La verdad y el periodismo
Trump ha neutralizado a los medios que le criticaban porque ha sabido aprovecharse de una desconfianza previa ampliamente compartida
El triunfo de Donald Trump puede considerarse un fracaso del periodismo. Los medios no han sabido o no han podido hacer frente al alud de noticias falsas, muchas veces instadas por el propio equipo de Trump, que han inundado la red y dominado la ¡°conversaci¨®n¡± p¨²blica durante la campa?a electoral. Esta evidencia, amargamente resaltada el viernes en el VI Congreso de Periodistas de Catalu?a por el norteamericano Dan Guillmor ¡ªbloguero, escritor y uno de los impulsores del llamado periodismo ciudadano¡ª nos sit¨²a ante un escenario nuevo de inquietantes consecuencias.
Algunos analistas han definido este escenario como el de la ¡°posverdad¡±, en el que lo que importa en el discurso p¨²blico no es la fidelidad a los hechos o a los datos, sino ofrecer una versi¨®n veros¨ªmil ¡ªpor supuesto interesada¡ª aunque no se ajuste a la realidad. Ese escenario da lugar a una mezcla enmara?ada de tergiversaciones y falsedades que se abren camino con facilidad en medio de un gran ruido medi¨¢tico que no permite distinguir la verdad de la mentira. Ya ocurri¨® en la campa?a del Brexit y ahora se ha repetido en las elecciones presidenciales norteamericanas, con consecuencias devastadoras en ambos casos.
Trump ha sabido beneficiarse, como se?al¨® Guillmor, de los muchos puntos d¨¦biles del periodismo. Pero no solo ha hecho eso. Ha conseguido neutralizar los intentos de desenmascarar sus embustes atacando a los medios y caracteriz¨¢ndolos como parte del establishment que dec¨ªa combatir. Y ahora, despu¨¦s de ganar, contin¨²a su estrategia culp¨¢ndoles de las protestas que su elecci¨®n est¨¢ provocado en muchas ciudades. La cuesti¨®n, sin embargo, no es por qu¨¦ Trump miente, sino por qu¨¦ sus mentiras han llegado a calar y tanta gente le ha cre¨ªdo. La respuesta es que Trump ha podido neutralizar a los medios que le critican porque ha sabido aprovecharse de una desconfianza previa ampliamente compartida. Mucha gente ve a los medios como parte del establishment y no les otorga credibilidad.
Una sociedad compleja como la nuestra, necesita mucha y muy buena informaci¨®n para poder tomar decisiones acertadas. Una mala informaci¨®n conduce a una democracia de peor calidad.
A ese descr¨¦dito han contribuido los propios medios con pr¨¢cticas profesionales como el periodismo de trinchera ¡ªya sea pol¨ªtica, ideol¨®gica o medi¨¢tica¡ª; la mezcla de informaci¨®n y opini¨®n; la tendencia a difuminar la frontera entre periodismo y entretenimiento o la subordinaci¨®n a las estrategias de comunicaci¨®n corporativas de empresas o instituciones. Y tambi¨¦n hace mucho da?o el periodismo de versiones que, en aras a una falsa neutralidad, se limita a exponer las diferentes posiciones de un conflicto sin preocuparse por buscar la verdad. Durante mucho tiempo se ha instalado en la cultura period¨ªstica la falacia de que la verdad no existe, que hay tantas verdades como puntos de vista y versiones de la realidad. Pero eso no es cierto. En periodismo existe la verdad factual, la verdad de los hechos y datos comprobables. Y una sociedad compleja como la nuestra, necesita mucha y muy buena informaci¨®n para poder tomar decisiones acertadas. Una mala informaci¨®n conduce a una democracia de peor calidad.
Por eso es tan importante que en la nueva versi¨®n del C¨®digo Deontol¨®gico que se ha presentado en el congreso figure como primer punto la obligaci¨®n de buscar la verdad. Por fin figura de forma expl¨ªcita en la norma deontol¨®gica que deben seguir los periodistas catalanes el ¡°compromiso con la b¨²squeda de la verdad¡± y ¡°la obligaci¨®n de acercarse a la realidad de los hechos con la m¨¢xima fidelidad posible¡±.
El problema de los c¨®digos de autorregulaci¨®n es que se cumplan. Y hasta ahora, no se puede decir que hayamos sido ejemplares. Ni siquiera somos capaces de cumplir con la vieja norma de rectificar con diligencia cuando nos equivocamos. Las perspectivas no son buenas. A las pr¨¢cticas que han minado la credibilidad del periodismo se suman ahora las consecuencias de la crisis econ¨®mica y de modelo industrial que sufren las empresas period¨ªsticas. Como consecuencia de la ca¨ªda de ventas e ingresos por publicidad, la precariedad laboral se est¨¢ generalizando y con ella, el miedo entre los periodistas. Las redacciones se han debilitado y la atomizaci¨®n profesional impide articular mecanismos de participaci¨®n y defensa colectiva. J¨®venes periodistas advirtieron en el congreso sobre las consecuencias que esta situaci¨®n de precariedad puede tener sobre la calidad de la informaci¨®n. Si los periodistas no somos capaces de autorregulamos y garantizar una informaci¨®n de calidad, rigurosa y fiable, nuestro prestigio seguir¨¢ cayendo y seremos presa f¨¢cil de campa?as como las de Trump. Pronto surgir¨¢n propuestas para regularnos desde el poder pol¨ªtico. Y eso ya sabemos qu¨¦ tipo de peligro representa para la libertad de expresi¨®n y el derecho a la informaci¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.