El energ¨²meno y los Juegos del Mediterr¨¢neo
Invito a Ballesteros a que diga la verdad a sus ciudadanos, no acuda al socorrido echar la culpa a Madrid, y cuente la raz¨®n que le lleva a incumplir su promesa
En septiembre de 2012 anunci¨¦ p¨²blicamente que la dur¨ªsima crisis econ¨®mica a la que nos enfrent¨¢bamos hac¨ªa improbable que el Gobierno pudiera ayudar a los numerosos grandes acontecimientos deportivos que acoger¨ªa Espa?a, y que sus responsables deb¨ªan calcular si se sent¨ªan capaces de afrontarlos. Si la subvenci¨®n de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) al Consejo Superior de Deportes (CSD) hab¨ªa sido de 170 millones de euros apenas unos a?os antes, en 2013 ser¨ªa de 56, con lo que eso comporta para un Organismo Aut¨®nomo, que debe hacer frente a sus salarios, gastos corrientes de sus instalaciones, etc.
Los Juegos Mediterr¨¢neos (JJ MM) ten¨ªan la ventaja de ser varios a?os m¨¢s tarde que los Mundiales de Nataci¨®n, Baloncesto, Balonmano, Ciclismo, Vela, Tiro Ol¨ªmpico y la Universiada de invierno de Granada, pero la desventaja de que entre los numerosos convenios firmados por Albert Soler (PSC) justo antes de la convocatoria de las elecciones generales de 2011, no incluy¨® a Tarragona. El alcalde Ballesteros decidi¨® no unirse a alg¨²n alcalde del PP que reclamaba con contundencia las ayudas firmadas por Soler.
En estos a?os, las cifras han sido tan parecidas como para que en los PGE de 2013 a 2016 el ¨²nico de esos eventos que haya recibido dinero del CSD haya sido, precisamente, los JJ MM. Pod¨ªa acabar aqu¨ª mi explicaci¨®n, adorn¨¢ndola con la cari?osa carta que Ballesteros me remiti¨® en septiembre de 2015, agradeci¨¦ndome esa partida: es obvio que no soy el culpable del fiasco de Ballesteros y Blanco.
Ballesteros entendi¨® perfectamente que los recursos del Estado, si llegaban, no vendr¨ªan de un organismo que trataba de paliar el golpe m¨¢s duro de su historia salvando el nivel del deporte espa?ol, y acudi¨® a muchas otras instancias dentro del Gobierno central, como me iba contando. Un hito relevante fue que el CSD no acept¨® entrar en una Fundaci¨®n creada sin nuestro conocimiento, pero a la que en todo caso nos vet¨® la Abogac¨ªa del Estado la entrada dado que Ballesteros no quiso aceptar las modificaciones de los Estatutos que ese informe preceptivo y vinculante exig¨ªa. Esa actuaci¨®n unilateral de Ballesteros no fue la ¨²nica, y la unir¨ªa a su reiterada vindicaci¨®n de un compromiso de 15 millones de euros que, obviamente, era imposible documentar por inexistente.
Ballesteros acept¨® nuestra ayuda. Hemos firmado varios Convenios, p¨²blicamente y en Tarragona, especialmente durante los a?os que ahora dice que he boicoteado los Juegos. Me he reunido con las subsedes. Aconsejo ver las hemerotecas, pero tengo intenci¨®n de poner a disposici¨®n de los ciudadanos de Tarragona los documentos que lo avalan, porque en un art¨ªculo es imposible resumir casi cinco a?os. Conseguimos ampliar el plazo de exenciones, le hemos enviado patrocinadores (como Sacyr), y consignamos una cantidad en los Presupuestos de 2016, pues con imaginaci¨®n creamos una partida que val¨ªa para reformar el estadio.
Paralelamente, Ballesteros segu¨ªa con sus diversas gestiones en Madrid, y tantas veces como hablamos recordaba que si no ven¨ªa m¨¢s al CSD es porque ya sab¨ªa que no era la puerta. Entiendo que seg¨²n se acercaba la fecha de los Juegos, su angustia fuera mayor, porque los c¨¢lculos de ingresos de sus sucesivos planes directores se hab¨ªan basado en previsiones que se demostraban nada realistas, y debe producir un gran v¨¦rtigo reconocer que durante a?os se ha vendido como seguridad lo que era una huida hacia adelante que acababa en el precipicio de la suspensi¨®n del evento.
Me quedar¨¦ con la imagen de persona afable y educada que he visto estos cinco a?os, y no con la del Ballesteros que me califica en la portada de un peri¨®dico de Tarragona como energ¨²meno. Pero le invito a que diga la verdad a sus ciudadanos, que no acuda al socorrido echar la culpa a Madrid, y que les cuente la raz¨®n que le lleva a incumplir su reiterada promesa, porque el bochorno al que ha llevado a Tarragona se debe principalmente a la temeridad e incompetencia con la que Ballesteros se sumi¨®, desde 2012, en esa huida hacia adelante.
Miguel Cardenal es presidente del CSD y Secretario de Estado para el Deporte
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