Cuatro meses sin convergentes

Aunque contin¨²a viva por obligaciones burocr¨¢ticas y judiciales, Converg¨¨ncia Dem¨°cr¨¤tica (CDC) se qued¨® sin actividad pol¨ªtica el pasado 8 de julio. Su heredero, el Partit Dem¨°crata Europeu Catal¨¤ (PDECAT), cerr¨® ayer la elecci¨®n de los miembros de su consejo nacional y culmin¨® el que est¨¢ siendo un farragoso proceso de refundaci¨®n. Seg¨²n dijo la coordinadora general del partido, Marta Pascal, esa elecci¨®n ¡°refuerza su proyecto ideol¨®gico con el objetivo de seguir siendo la primera fuerza del pa¨ªs en las elecciones municipales de 2019¡±.

El periodo de transici¨®n entre la vieja Converg¨¨ncia y el nuevo Partit Dem¨°crata ha llegado en un momento cr¨ªtico. La formaci¨®n ha ca¨ªdo en las elecciones (hasta quedarse sin grupo propio en el Congreso) y lo sigue haciendo en las encuestas. Un exdirigente del partido auguraba hace unos d¨ªas que el descalabro todav¨ªa continuar¨¢. Internamente, la nueva formaci¨®n se ha redimensionado en apoyos (tiene 11.130 asociados cuando CDC cerr¨® con unos 14.000 con la cuota al corriente de pago) y se ha puesto en marcha un plan de despidos para asumir la nueva realidad.

La nueva direcci¨®n espera que una vez escogidos los consejeros nacionales y los responsables de las agrupaciones sectoriales, el discurso empiece a cobrar cuerpo para afrontar unas posibles elecciones, m¨¢s all¨¢ de su alma ¡°independentista¡± en busca de la ¡°rep¨²blica¡± catalana. Pascal lo asum¨ªa cuando asumi¨® la direcci¨®n de la formaci¨®n: ¡°Quiz¨¢s ¨²ltimamente solo hemos hablado de proceso, pero tambi¨¦n queremos explicar el tipo de sociedad que queremos¡±.

Hasta que eso ocurra, un cargo electo del partido se?alaba que, en el caso de tener que acudir ahora a una cita electoral, el partido tendr¨ªa que aferrarse como fuera a los logros del mandato de Carles Puigdemont, m¨¢s all¨¢ del proceso independentista. Pero el objetivo no es f¨¢cil. ¡°Si tardo medio minuto en decirte dos logros es que la cosa no va bien¡±, acab¨® admitiendo tras pensar dos temas y ver que no ven¨ªan a la cabeza.

El problema del Partit Dem¨°crata ahora mismo es que, m¨¢s all¨¢ de la reivindicaci¨®n de que dos de sus miembros (Artur Mas e Irene Rigau) est¨¢n encausados por su participaci¨®n en la consulta del 9-N y otro est¨¢ a las puertas (Francesc Homs), su protagonismo ha quedado diluido entre la figura de Carles Puigdemont en la Generalitat y la coalici¨®n Junts pel S¨ª, en la que Esquerra s¨ª que mejora tanto en elecciones como en las encuestas.

La nueva Converg¨¨ncia ha perdido proyecci¨®n y sus planes han quedado tocados por las dos elecciones necesarias para escoger a un presidente del Gobierno. De la plataforma con la que Artur Mas ten¨ªa que articular un centro amplio del catalanismo independentista vinculado al nuevo PDECAT no se sabe todav¨ªa nada. Y eso que el presidente del partido asegur¨® hace meses que ya ten¨ªa nombre y logo para impulsarla.

La lentitud y la incertidumbre del momento tambi¨¦n ha lastrado a su vicepresidenta en el partido, Neus Munt¨¦. Portavoz del Gobierno de Puigdemont y diputada en el Parlament, se comprometi¨® a dejar el esca?o a principios del curso pol¨ªtico, forzada por un r¨¦gimen de incompatibilidades con el que la Joventut Nacionalista de Catalunya logr¨® vetar algunos nombres para la direcci¨®n del partido. Desde el partido y el Gobierno se responde con mutismo a esa cuesti¨®n. Munt¨¦ tiene hasta enero para cumplir ¡ªten¨ªa medio a?o de plazo¡ª o deber¨¢ conseguir el aval de dos terceras partes del Consejo Nacional para mantener el cargo.