Tino Casal, exceso en el Museo del Traje
Una muestra homenajea a uno de los artistas m¨¢s provocadores de los a?os ochenta
Para muchos debe resultar f¨¢cil responder a la sencilla pregunta de ?a qu¨¦ te dedicas? Para otros esa inc¨®moda casilla no es m¨¢s que un motor de construcci¨®n permanente. Lo sabr¨¦ cuando me muera, podr¨ªa haber contestado Tino Casal. Segundo en el Festival de la Canci¨®n de Benidorm en 1977, productor musical de los primeros Ob¨²s y dise?ador de vestuario, pintor temprano, compositor, escen¨®grafo y generoso; muy generoso. El Museo del Traje inauguraba esta semana una gran exposici¨®n dedicada al personaje fundamental que se esconde detr¨¢s de Tino Casal, el arte por exceso, una muestra que el propio Casal fue construyendo en vida al tiempo que investigaba c¨®mo ser cuando se nace Tino Casal.
Era septiembre de 1991 y a la altura del puente de los Franceses un Opel corsa sufr¨ªa un terrible accidente, Tino Casal viajaba como copiloto y perd¨ªa la vida. Veinticinco a?os despu¨¦s de su desaparici¨®n llega esta exposici¨®n en clave de homenaje que no solo se centra en el excesivo atuendo que le diagnostic¨® como uno de los m¨¢s provocadores artistas de los ochenta, la exposici¨®n abre una puerta de par en par a a su faceta como dise?ador gr¨¢fico, pintor, productor musical o director de arte. ¡°Nos parece un homenaje m¨¢s que debido, era muy necesario rescatar esta figura y darle toda la profundidad que tiene. M¨¢s all¨¢ del estereotipo que suele tener la gente de ¨¦l, fue un creador con una carrera espectacular, muy coherente, bien pensada y dirigida. Ejemplar y pionero en la manera de entender el producto cultural como un todo. La idea de imagen de marca como extensi¨®n de la figura art¨ªstica a todos los planos Tino Casal la manejaba mucho antes de que llegara al mundo de la industria musical¡±, cuenta Juan Guti¨¦rrez que ha comisariado la exposici¨®n.
Con los Archiduques arranca el idilio con la m¨²sica, su primer grupo que monta a los 13 a?os. A partir de ah¨ª empieza una vor¨¢gine de experimentaci¨®n est¨¦tica que le lleva a viajar al Londres de finales de los setenta compulsivamente conociendo de primera mano el new romanticism con Boy George como alto representante. A su regreso a Espa?a entra en contacto con lo que m¨¢s tarde se conoce como la movida madrile?a y graba en los estudios Scorpio por d¨®nde hab¨ªan paseado Alaska, Tequila o Mecano. Ya en plenos ochenta publica sus cinco discos construidos sobre el personaje de est¨¦tica desorbitada y fastuosa que ha terminado por trascender en el imaginario colectivo. Un personaje que parec¨ªa sufrir de gigantismo por todas las capas que le ocultaban y que en Tino Casal, el arte por exceso caen ante el espectador para llegar al final de esa pregunta, ?qui¨¦n fue Tino Casal?
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