La pel¨ªcula m¨¢s art¨ªstica
CaixaForum expone los intercambios e influencias mutuas entre cine y arte desde los hermanos Lumi¨¨re hasta el digital
En 1929 Luis Bu?uel y Salvador Dal¨ª estrenaron en Par¨ªs Un perro andaluz, una pel¨ªcula financiada con las 25.000 pesetas que le hab¨ªa proporcionado la madre del director de cine que cambiar¨ªa la vida de estos dos artistas. La cinta, nacida de la confluencia de dos sue?os, uno de Dal¨ª en el que una hormigas pululaban sobre sus manos y otro de Bu?uel, en el que con una navaja se seccionaba el ojo de una mujer, se convirti¨® por la forma premeditada en la que destroza las convenciones de la narrativa f¨ªlmica, en la pel¨ªcula m¨¢s destacada del surrealismo y les abri¨® las puertas de ese movimiento y de la gloria art¨ªstica. El filme es una de las relaciones m¨¢s claras que recoge Arte y Cine. 120 a?os de intercambios, la ¨²ltima exposici¨®n del a?o inaugurada en Caixaforum Barcelona en el que se explora c¨®mo esos dos mundos se han observado, mirado e influido mutuamente, ¡°como si fuera un partido de tenis¡±, seg¨²n Jean-Luc Godard, cineasta, amante de la pintura, que est¨¢ presente, y mucho, en la envolvente y sugerente muestra comisariada por el entusiasta Dominique Pa?ni que considera al m¨¢ximo representante de la nouvelle vague como ¡°el picasso de las im¨¢genes en movimiento¡±, una asimilaci¨®n que tiene mucho que ver con la muestra.
Pa?ni ha reunido casi 350 piezas variadas de un centenar de artistas, desde pinturas, grabados, carteles y, sobre todo, fragmentos de pel¨ªculas que transportan al visitante en un viaje, en forma de traveling, desde el siglo XIX hasta el siglo XXI. Desde el cine primitivo de los hermanos Lumi¨¨re hasta las cintas digitales, pasando por Charles Chaplin y Picabia, que muestra parte de las ruedas de los decorados de la pel¨ªcula Tiempos modernos (1936) que luego inspiraron al artista; el mismo Dal¨ª y Alfred Hitchock que crearon la inolvidable escena on¨ªrica del protagonista de Recuerda (1945) y Godard con Andy Warhol y Yves Klein, con coincidencias como la ¨²ltima escena de Pierrot el loco (1965), en la que Ferdinand, interpretado por un joven Jean-Paul Belmondo, se maquilla el rostro de azul, del mismo tono que el ic¨®nico de Klein; entre otras muchas asociaciones. La mayor¨ªa de las piezas pertenecen a la Cin¨¦math¨¨que Fran?aise de Par¨ªs, instituci¨®n de la que fue director Pa?ni durante una d¨¦cada, pero tambi¨¦n de centros como el Reina Sof¨ªa, la Fundaci¨®n Gala-Salvador Dal¨ª, el Macba, el Museo de Orsay, el Pompidou, el Museo Thyssen-Bornemisza y la Fundaci¨®n La Caixa, con las que Pa?ni establece relaciones y asociaciones ¡°de forma subjetiva¡±, que ayudan a modificar el punto de vista de pel¨ªculas y obras de arte.
El cine, como le pas¨® a la fotograf¨ªa, se fij¨® y dependi¨® de la pintura. Lo deja claro el comisario con las dos obras que reciben al visitante. En una, los Lumi¨¨re filmaron en 1896 en Biarritz, Rocher de la Vi¨¨rge, una cinta de 59 segundos en la que capturaron el momento en el que las olas rompen sobre las rocas. Al lado, la obra de Claude Monet, La Costa salvaje, de 1886, en la que se adivina el mismo movimiento e impacto. ¡°Los Lumi¨¨re emplearon un minuto en una obra que le llev¨® d¨ªas a Monet. Eso nos lleva al mundo moderno. En los Lumi¨¨re est¨¢ todo el cine, ellos inventaron el documental, filmando escenas que luego veremos en Scorsese, mientras que Meli¨¨ era un mago que hizo cine antiguo¡±, asegura el comisario que invita a no leer las cartelas en la primera visita a la muestra, sino dejarse llevar por las asociaciones de obras y cine. Ver y dejarse sorprender.
Los cubistas, con artistas como Fernand L¨¦ger, que abandon¨® la pintura para centrarse en el cine; el futurismo y el expresionismo alem¨¢n; los a?os veinte y treinta, donde la Metr¨®polis de Frizt Lang crea ¡°personajes cl¨®nicos que hoy llenan las revistas de moda¡±. Artistas como Dal¨ª siempre se sintieron pr¨®ximos con el s¨¦ptimo arte, trabajando aparte de con Bu?uel y Hitchock, con Walt Disney y los hermanos Marx y como Harpo Marx ¡°porque los dos eran unos obsesos sexuales¡±, seg¨²n Pa?ni.
A comienzos de los a?os cincuenta el cine se independiza, se?ala Pa?ni, con ejemplos como el cine de Godard, al que se le dedica uno de los ¨¢mbitos de la muestra, o con Henri Georges Clouzot. La exposici¨®n muestra como al final es el arte contempor¨¢neo el que acaba apropi¨¢ndose de los c¨®digos del cine, con ejemplos como el de la artista Cindy Sherman cuyas fotograf¨ªas parecen protagonizadas por personajes cinematogr¨¢ficos y sacados de fotogramas de pel¨ªculas. En la ¨²ltima sala de la exposici¨®n, que permanecer¨¢ abierta hasta el 26 de marzo, el cine y su materia se convierten en protagonistas, con obras como la de Paul Sharits con un collage de tiras de pel¨ªculas, o El mar, de Ange Leccia en la que se proyecta la pel¨ªcula con los diferentes soportes por los que se ha conservado. En la ¨²ltima, Condensaci¨®n (2014), un sarc¨®fago blanco creado por Tadzio contiene 80 DVD de pel¨ªculas de la historia del cine que se proyectan en una pantalla, en blanco. Para Pa?ni ¡°todo un s¨ªmbolo del olvido en la que todas caer¨¢n. No hay mejor met¨¢fora¡±.
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