M¨²sica con sordina

El Ayuntamiento publicita en la web La meva Barcelona el Bar Musical L¡¯Astrolabi, de Gr¨¤cia. El bar programa m¨²sica en directo desde hace 15 a?os pero, con la normativa municipal en la mano, no es un bar musical. Tiene una licencia C1, que es la de bar. Y uno de los socios que lo regenta, Ignacio Cantavella, explica que no ha ¡°notificado¡± formalmente al Ayuntamiento que hace m¨²sica en directo porque entiende que la circular que regula esa posibilidad desde la pasada primavera no define las cosas de una forma clara. El bar ya est¨¢ insonorizado desde hace cinco a?os y tambi¨¦n instalaron el limitador del volumen de la m¨²sica por lo que sigue programando conciertos como ya lo hac¨ªa antes. Aunque no cumpla otros de los requisitos, como la doble puerta. ¡°Es que no la podemos poner, de todas formas siempre hemos tenido un buen entendimiento con los vecinos, especialmente con los que viven en la misma finca¡±, aclara. Porque una de las claves para que un bar pueda programar m¨²sica sin problemas es que no moleste.

La circular en cuesti¨®n condiciona la m¨²sica en directo en bares, restaurantes, o salones con un m¨¢ximo de 95 a 105 decibelios y exige el cumplimiento de varios requisitos: como la distancia m¨ªnima de fachada, tener doble puerta y cierre herm¨¦tico, demostrar que se ha instalado un limitador, garantizar un aislamiento para una emisi¨®n de m¨²sica de 95 decibelios y realizar mediciones, entre otros aspectos. Los bares que cumplen esos requisitos deben comunicar que van a programar actuaciones a las oficinas de los distritos, sin necesidad de una autorizaci¨®n expresa. Una normativa que, en realidad, ya preve¨ªa la ley de Espect¨¢culos y Actividades recreativas de la Generalitat de 2009: ¡°La cuesti¨®n es que en el sector de ese tipo de locales y bares hay mucha desconfianza y la gente est¨¢ muy escarmentada por las continuas inspecciones, actas y expedientes¡±, apunta Carmen Zapata de la Asociaci¨®n de Salas de Conciertos de Catalu?a (ASACC).

El ICUB abri¨® una l¨ªnea de subvenciones en agosto pasado para adecuar los espacios que quisieran programar m¨²sica con una dotaci¨®n de 400.000 euros de los que se han concedido 368.000. Las ayudas son, especialmente, a la insonorizaci¨®n, la colocaci¨®n de limitadores, la instalaci¨®n de doble puerta o la realizaci¨®n de un estudio sonom¨¦trico. El tope de las ayudas concedidas en esta convocatoria ha sido de 50.000 euros por local, seg¨²n una nota del Ayuntamiento. Y a ellas se han acogido 10 bares que tienen que acondicionar sus infraestructuras para empezar a programar m¨²sica y otros 8 que ya lo hac¨ªan.

Acondicionar un bar para hacer m¨²sica en vivo cuesta lo suyo. Helio, propietario del bar musical Gr¨¤cia Latina que programa desde hace 20 a?os, cuenta que la insonorizaci¨®n de paredes y techo del local, de unos 100 metros cuadrados, le cost¨® 50.000 euros y el ¨²ltimo limitador que ha instalado 4.000 ¡°porque me apunt¨¦ al plan renove y me sali¨® algo m¨¢s barato¡±. Tambi¨¦n tiene doble puerta y los fines de semana portero para evitar que la gente se quede en la calle. Pese a que lo tiene todo en regla ¡ªincluidos unos micros en el techo que registran constantemente el volumen y lo env¨ªan a t¨¦cnicos municipales¡ª hace unas semanas recibi¨® una notificaci¨®n del departamento de Control y Reducci¨®n de la Contaminaci¨®n Ac¨²stica del Ayuntamiento que le insta a concretar qu¨¦ tipo de m¨²sica hace. ¡°Pero si lo saben todo¡±, exclama.

El ICUB quiere priorizar la adecuaci¨®n de los locales de proximidad porque suelen ser los que est¨¢n muy arraigados en los barrios. ¡°Cuantos m¨¢s se apunten mejor porque ese tipo de salas son las ideales para el circuito de m¨²sicos emergentes¡±, afirma Zapata. Precisamente por esa dispersi¨®n en el territorio, es complicado hacer un mapa de bares y otros locales ¡ªla mayor¨ªa de ellos concentrados en Eixample, Ciutat Vella, Gr¨¤cia y Sants-Montju?c¡ª que como mucho publicitan su actividad por las redes sociales. ¡°Ser¨ªa interesante aunque tambi¨¦n es cierto que hay cierta resistencia y desconfianza ante eventuales inspecciones o mayor control de la administraci¨®n¡±, concluye Zapata.