Confesiones ¨ªntimas de una actriz argentina
Mercedes Mor¨¢n se estrena en los escenarios de Madrid con ¡®Ay, amor divino' con Claudio Tolcachir dirigiendo
Mercedes Mor¨¢n s¨ª se imaginaba la empat¨ªa que sus confesiones iban a crear entre las mujeres, pero le ha sorprendido el grado de conmoci¨®n que despierta tambi¨¦n en los hombres. Tras muchos meses sobre los escenarios en Argentina con Ay, amor divino, un mon¨®logo ir¨®nico y divertido, sincero y apabullante sobre sus propias vivencias personales, la actriz argentina cree que el v¨ªnculo con la figura del padre o cuando habla de sus tres hijas es lo que establece esa comuni¨®n con el universo masculino. Ay, amor divino, dirigido por Claudio Tolcachir y que se representa en los Teatros del Canal hasta el pr¨®ximo 8 de enero, supone el estreno en los escenarios en Madrid de esta prestigiosa int¨¦rprete.
Cuando empez¨® a pensar en este espect¨¢culo, animada por amigos y conocidos que sab¨ªan bien de la fuerza de la actriz a la hora de contar en voz alta cuentos y aspectos de su vida muy personales, lo hizo en t¨¦rminos pr¨¢cticos, pensando en un proyecto peque?o e ¨ªntimo que pudiera representar sin tener que contar con grandes elencos o fechas determinadas. ¡°Pero el teatro siempre sorprende y lo que uno se imaginaba como pr¨¢ctico y funcional, se convirti¨® en un viaje muy profundo y movilizador y reparador de un mont¨®n de cosas que ni siquiera yo esperaba¡±, asegura Mor¨¢n, actriz de grandes montajes teatrales en su pa¨ªs o protagonista de pel¨ªculas como La ci¨¦naga, Diarios de motocicleta o la m¨¢s reciente Neruda, de Pablo Larra¨ªn.
El sexo, el paso del tiempo, la relaci¨®n con su madre, el choque con sus hijas adolescentes, la pol¨ªtica, sus amores, la menopausia o la muerte. Todo cabe en Ay amor divino, un montaje de dramaturgia perfecta y narrativa literaria po¨¦tica en la que Mor¨¢n se dirige directamente a los espectadores y les abre la puerta de sus secretos y reflexiones. ¡°Hemos huido de convertir este espect¨¢culo personal en un muestrario de habilidades art¨ªsticas, de la solemnidad y la grandilocuencia, quer¨ªamos hacer algo sensible y delicado para convertir esta historia personal en algo universal y que el espectador se identificara con ella. Intuyo que todo nace de una necesidad de establecer con el p¨²blico un v¨ªnculo diferente¡±. Es una confesi¨®n a tumba abierta, en la que, por primera vez, Mercedes Mor¨¢n no construye un personaje, no se protege bajo su manto y es ella misma la que sale a escena a hablar en primera persona.
¡°Es, sin duda, mi actuaci¨®n m¨¢s complicada. Es un punto de inflexi¨®n en mi carrera. Me convert¨ª en actriz para curarme de una timidez casi patol¨®gica y siempre he sentido que todo lo que me atrev¨ªa a hacer como actriz era porque yo era otra. Esta funci¨®n me ha servido para comprobar que pod¨ªa trascender esa sombra y ese complejo que todav¨ªa me maneja. De alguna manera, profundizo el conflicto. Mi vida escrita por m¨ª y convertida en hecho teatral. Noche a noche, me modifica, opera en m¨ª como persona y cuando eso pasa en una experiencia teatral es algo ¨²nico. Este viaje que yo emprendo con mi vida es un detonante para que cada uno de los espectadores haga su propio viaje y vaya a sus propios recuerdos, a su infancia, sus amores o sus pensamientos inconfesables¡±.
Le divierte poder ejercer la incorrecci¨®n pol¨ªtica y femenina, derribar las dependencias y mitos a las que est¨¢n sometidas las mujeres, decir la edad sin problemas, por mucho que lo desaconsejen. ¡°Cumplimos a?os y tenemos que seguir estando supersexys y espectaculares. ?Para qu¨¦ y para qui¨¦n?¡±.
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