Inseguridades del aventurismo
Catalu?a no est¨¢ en una fase de pol¨ªtica adulta. No es improbable que aumente la ¡®desconexi¨®n¡¯ con el secesionismo
Incluso para quien suponga que no habr¨¢ refer¨¦ndum unilateral ni secesi¨®n, las recientes vicisitudes del bloque independentista son alarmantes, como cada vez que una sociedad estable se presta a las condiciones del aventurismo. Algunas secuencias se pueden rebobinar f¨¢cilmente. Por ejemplo: Artur Mas tiene que ir al Parlamento auton¨®mico en helic¨®ptero por las manifestaciones contra los recortes sociales y al llegar el 11 de setiembre atiende a quienes le aconsejan que se encarame en la cresta del descontento y lo convierta en un acto masivo de independentismo. De ah¨ª viene la falacia de que la inmensa mayor¨ªa de los catalanes desean una Catalu?a escindida de Espa?a.
En aquel momento, la crisis econ¨®mica fechada en 2008 dio al nacionalismo catal¨¢n la percepci¨®n de que Espa?a estaba d¨¦bil y que, como ha ocurrido con otros nacionalismos y generalmente de forma infructuosa, hab¨ªa llegado el momento de cortar amarras e iniciar un viaje a lo desconocido. De entonces proviene el mantra de las estructuras de Estado. Comienzas por dise?ar estructuras de Estado y acabas por ser un Estado independiente. En esta urdimbre han medrado personajes de catadura tan peculiar como el juez Santiago Vidal, llevado en hombros por la ANC y su entorno medi¨¢tico.
Al mismo tiempo, quedan otras secuencias por rebobinar y van en sentido contrario. Por ejemplo: el apoyo a la independencia no es masivo, separarse de Espa?a significa quedarse fuera de la Uni¨®n Europea y sin respeto a la ley no hay democracia que resista. Dar pasos a ciegas, seg¨²n planes ocultos y mediopensionistas, es de una inseguridad acuciante, como estar frente a la tempestad y sin rompeolas. Al final, ?qu¨¦ queda? Con la elecci¨®n de Donald Trump, el Brexit, los populismos y Putin, el mundo de repente se ha hecho m¨¢s raro que antes. Si con la crisis de 2008 se salv¨® el euro y entramos en la postcrisis, ahora tanto Trump como Marine Le Pen propugnan su anulaci¨®n. En el tablero de la Europa comunitaria se mueven muchas piezas y no siempre con tino.
La Uni¨®n Europea de los veintisiete est¨¢ en posici¨®n dif¨ªcil. Para el ciudadano ¡ªsienta o no la catalanidad¡ª la cuesti¨®n a considerar es si es mejor quedar en Espa?a ¡ªy por tanto en la Uni¨®n Europea¡ª y afrontar tantas dificultades de forma articulada o si a la sociedad catalana le conviene m¨¢s quedarse al margen de Espa?a y de la Uni¨®n Europea, sin un Estado de Derecho, con riesgo probable de inseguridad jur¨ªdica adem¨¢s de una honda divisi¨®n social. ?Seguridad compartida o fractura identitaria en solitario? Con el peligro jihadista en todo Levante, ?con qu¨¦ informaci¨®n contar¨ªan los Mossos d'Esquadra en una Catalu?a desconectada de la red de seguridad espa?ola y de la interacci¨®n de los servicios de inteligencia de toda Europa? Lo mismo ocurre con la inversi¨®n extranjera, con el turismo o con la pol¨ªtica agr¨ªcola. Hoy por hoy, tiene sentido evitar las mudanzas.
As¨ª como est¨¢n las cosas, a estas alturas, en el secesionismo no se perciben lideratos significativos ni s¨®lidas argumentaciones. El confusionismo y la incapacidad pol¨ªtica aumentan de modo exponencial y la fatiga de amplios sectores sociales con la causa independentista es m¨¢s que constatable. La confusi¨®n no aumenta de d¨ªa en d¨ªa, sino por horas. El amateurismo del actual presidente de la Generalitat pudiera ser conllevado en situaciones de estabilidad garantizada pero no en situaciones tan tempestuosas como la actual. No sabemos si quiere negociar o no, independencia o interdependencia, si habr¨¢ o no refer¨¦ndum, hasta que punto depende de la CUP o en qu¨¦ contexto queda lo que quede de Converg¨¨ncia.
Catalu?a no est¨¢ en una fase de pol¨ªtica adulta. Por el contrario, el aventurismo avanza. El centro-derecha se ha evaporado. Las tramas de corrupci¨®n provienen de viejas vinculaciones pol¨ªticas y el hecho de que el ex juez Vidal ocupase un esca?o en el Senado y a la vez predicase d¨ªa s¨ª d¨ªa no la constituci¨®n en marcha de un Estado independiente son dos hechos contumaces que la pol¨ªtica nacionalista aborda sin asomo de transparencia. No es improbable que ahora mismo nuevos flujos de opini¨®n real vayan configur¨¢ndose en torno a la desconexi¨®n con el secesionismo y el retorno a la bandera cuatri-barrada en lugar de seguir seducidos por la desconexi¨®n con Espa?a y el aventurismo de la bandera estelada.
Valent¨ª Puig es escritor.
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