Juicio a un guardia civil y al n¨²mero dos del clan de Los Morones por robar coca¨ªna

La Audiencia de Pontevedra lleva a juicio a Marino Gim¨¦nez, el n¨²mero dos del clan gitano de Los Morones, y al cabo de la guardia civil, Enrique P¨¦rez Mart¨ªnez, como presuntos cabecillas de una banda que se dedicaba al asalto de vendedores de coca¨ªna que operaban en el sur de la provincia de Pontevedra. El tribunal ha desestimado todos los recursos de los acusados, que intentaron tumbar la investigaci¨®n policial de agentes de la Udyco de Vigo y las intervenciones telef¨®nicas que precedieron a su detenci¨®n junto a otras cinco personas en enero de 2014. Ambos ser¨¢n juzgados por el tribunal de la secci¨®n quinta de Vigo a partir del pr¨®ximo 24 de abril.

Marino Gim¨¦nez, de 29 a?os, est¨¢ implicado junto a su padre Olegario Gim¨¦nez, el autoproclamado rey del mayor clan gitano de Galicia, radicado en Tomi?o, y tres de sus hermanos, en una red de extorsi¨®n en mercadillos por la que ha estado casi un a?o en prisi¨®n.

El fiscal antidroga de Pontevedra considera a Marino Gim¨¦nez como el presunto ide¨®logo de los vuelcos de coca¨ªna a vendedores y le pide 12 a?os de prisi¨®n, mientras que adjudica el supuesto papel de actor principal al cabo Enrique P¨¦rez, Kike, de 47 a?os, que afronta nueve a?os y seis meses, y que en el momento de los hechos estaba destinado en el puesto de la Guardia Civil de Mos.

Seg¨²n la acusaci¨®n, en la tarde del 15 de enero de 2014, cuando los hombres de Marino estaban aparcados en el lugar donde se hab¨ªan citado con dos vendedores para asaltarlos, la llamada del cabo informando que no pod¨ªa disponer de un veh¨ªculo oficial de la Guardia Civil con el que iban a dar el vuelvo, frustr¨® los planes de la banda.

Al d¨ªa siguiente, todos volvieron a sus puestos bajo las ¨®rdenes de Marino y el grupo se despleg¨® de nuevo en Poio para retomar el plan, sostiene la fiscal¨ªa. Gim¨¦nez iba de copiloto en un coche conducido por uno de sus hombres de confianza, Alfredo Iglesias G¨®mez, y su cometido era, sostiene el ministerio p¨²blico, mantener comunicaci¨®n telef¨®nica con el guardia para informarle en tiempo real de los movimientos del veh¨ªculo en el que viajaban los vendedores que iban a ser v¨ªctimas del robo.

Uniformado y dentro del coche patrulla, el acusado Enrique P¨¦rez ten¨ªa que darle el alto a los vendedores en una gasolinera para que fuese posible sustraerles la droga, mientras en otro veh¨ªculo, Alfonso Puch Castro, de 34 a?os, ten¨ªa encomendadas labores de refuerzo y vigilancia, se?ala la acusaci¨®n. Delante de un supermercado de Poio, Marcos Gonz¨¢lez Buj¨¢n se subi¨® al coche de Modesto Dom¨ªnguez y Benito Otero con los que hab¨ªa quedado, fingiendo que iba a comprarles una partida de coca¨ªna valorada en unos 60.000 euros. El fiscal afirma que su funci¨®n consist¨ªa en distraer el alijo cuando fueran parados por el control ficticio del guardia civil.

Seg¨²n el escrito de acusaci¨®n, entre las 8.30 y las 9.20 horas, el coche con la coca¨ªna a bordo se desplaz¨® por la autopista AP-9 desde Poio a O Porri?o para continuar por la carretera N-550 con direcci¨®n a Redondela, escoltado por el jefe de la banda que iba informando desde el coche al guardia civil sobre la posici¨®n del objetivo.

Al llegar los vendedores a la gasolinera de Mos, el cabo les dio el alto exhibiendo su arma reglamentaria. En ese instante todos ellos fueron rodeados por varios agentes de la Udyco. En el momento de su detenci¨®n a Gim¨¦nez se le intervinieron 3.650 euros y los dos m¨®viles desde los que coordin¨® supuestamente la operaci¨®n. En el registro de su chal¨¦ del barrio de A Pedra de Tomi?o se encontr¨® una pistola con el n¨²mero de serie borrado, para la que carec¨ªa de licencia de uso y gu¨ªa de pertenencia. Tambi¨¦n se hall¨® m¨¢s munici¨®n, un rev¨®lver de fogueo, tres navajas y 13 m¨®viles, adem¨¢s de varios gramos de coca¨ªna con un grado de pureza inferior al 30%, dosis de hero¨ªna de muy baja calidad y cannabis.

El fiscal Luis Uriarte tambi¨¦n pide nueve a?os y seis meses de prisi¨®n para Marcos Gonz¨¢lez y para el resto de los detenidos, incluidos las dos v¨ªctimas del asalto, solicita condenas de cuatro a siete a?os. Los siete acusados afrontan una multa de 170.000 euros.