Explosi¨®n de solidaridad
15.000 personas se movilizan en un gran concierto en el Sant Jordi a favor de la acogida de migrantes y refugiados
Una pac¨ªfica explosi¨®n de solidaridad sacudi¨® el Sant Jordi barcelon¨¦s en la noche de ayer. Al grito de ¡°Casa nostra, casa vostra¡± (Nuestra casa, vuestra casa) y de ¡°Volem acullir¡± (Queremos acoger) el acto de anoche por las personas refugiadas rompi¨® las fronteras del t¨ªpico concierto solidario para convertirse en una efectiva mezcla de m¨²sica alegre, sentidos y duros discursos (a menudo en primera persona) y proclamas contra una situaci¨®n inaguantable que ninguno de los que podr¨ªa hacerlo parece dispuesto a cambiar. Gemma Nierga lo resumi¨® en uno de sus parlamentos dirigi¨¦ndose al p¨²blico: ¡°estamos hablando de cosas muy tristes pero todos ten¨¦is una sonrisa de esperanza¡±. Sin duda la palabra esperanza le gan¨® el pulso ayer noche a toda la dureza de las situaciones expuestas y denunciadas.
El Sant Jordi se llen¨® ofreciendo sus mejores galas para la ocasi¨®n, las quince mil entradas (entre los 15 y los 60 euros) se hab¨ªan agotado con semanas de anticipaci¨®n y en el ambiente se mezclaba la euforia con una cierta rabia nada contenida ante la impasibilidad internacional. Jordi ?vole carg¨® contra el palco de autoridades que ¡°no hacen nada escondidos tras la excusa de las competencias cuando simplemente se trata de incompetencia¡±. El mismo ?vole se alegr¨® de ver a los quince mil asistentes luchando por las personas refugiadas y migrantes: ¡°Esto ha de ser inconstitucional¡±, afirm¨®.
Dos mundos, hombro con hombro
No era la primera vez que Manolo Garc¨ªa cantaba en catal¨¢n ni tampoco la primera en que Llu¨ªs Llach abandonaba su voluntario retiro musical para subir a un escenario. Aparentemente no era nada excepcional pero verles juntos cantar, precisamente, un tema como Venim del nord, venim del sur, una canci¨®n que parec¨ªa especialmente escrita para la ocasi¨®n, se convirti¨® en el ejemplo id¨®neo de entrega total por una causa que en aquel momento no era solo suya sino de todo un mundo m¨ªnimamente concienciado. Fue el primer mazazo de la noche, la primera gran ovaci¨®n, la primera muestra de comuni¨®n entre p¨²blico, escenario e ideas. La foto de dos mundos empujando hombro con hombro.
El concierto estaba previsto para las 22 horas pero, como conocidos son los embotellamientos previos a cualquier evento en la monta?a de Montju?c, el p¨²blico decidi¨® adelantarse y media hora antes el Sant Jordi ya estaba pr¨¢cticamente lleno. Sorpresa, prevey¨¦ndolo (o simplemente por casualidad) la Barcelona Gypsy Balcan Orchestra ocup¨® a esa hora el escenario animando la espera con un abanico de ritmos tremendamente contagiosos que fueron de los bailes gitanos a las canciones de la guerra espa?ola.
Un aperitivo agradable que desemboc¨® a la hora anunciada en punto (exactitud de retransmisi¨®n televisiva) en una performance de la Fura dels Baus (con toques a lo Pink Floyd) evocando campos de refugiados, bombardeos indiscriminados sobre hospitales y migraciones masivas. El camino de la velada estaba ya trazado pero el p¨²blico todav¨ªa se mostraba fr¨ªo y distante. Fue el anuncio de Manolo Garc¨ªa con Llu¨ªs Llach el que despert¨® al personal de su sopor. Con el ambiente ya caldeado el P¨¢jaros de barro de Garc¨ªa, palmeado por todos los presentes, inici¨® un ascenso que ya no se iba a detener en toda la velada.
Paco Ib¨¢?ez, acompa?ado por Marina Rossell, evoc¨® a Alberti y enterr¨® en el mar ¡°a todos los criminales que han provocado esta situaci¨®n¡±. Macaco puso el Sant Jordi en pie y lo hizo botar con la mano levant¨¢ ¡°para que nuestros pol¨ªticos se enteren y hagan los cambios que se necesitan para cambiar esta situaci¨®n¡±.
Las primeras lucecitas agit¨¢ndose acompasadamente (ahora son pantallas de m¨®vil en vez de las t¨ªpicas candelas y mecheros) aparecieron cuando un coro catal¨¢n y otro africano entonaron Que tinguem sort tambi¨¦n de Llach.
Se habl¨® de racismo, de sexismo, de refugiados, de muerte en el Mediterr¨¢neo, de Siria, de tragedias humanitarias... entre rock, flamenco, canci¨®n y gospel. Con media hora de retraso sobre el horario previsto, justo a la media noche, se alcanz¨® el punto ¨¢lgido, musicalmente hablando, de la velada cuando el escenario se inund¨® de voces conocidas para secundar a Joan Manuel Serrat cantando Mediterr¨¢neo. Ismael Serrano, Antonio Orozco, Manolo Garc¨ªa, Marina Rossell y S¨ªlvia Comes, entre otros, secundaron al maestro que se felicit¨® por ver a ¡°tantos implicados en una causa tan humana como es la justicia¡±, porque acoger a los refugiados no es otra cosa que un acto de pura justicia. Serrat pidi¨® que ¡°esa implicaci¨®n no acabara con el concierto y siguiera viva despu¨¦s¡± mientras los castellers levantaban cuatro torres y el p¨²blico en pie coreaba Volem acollir.
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