Un drag¨®n se apodera de Sant Pau
Un enorme saurio explica la figura de Llu¨ªs Dom¨¨nech i Montaner en el rehabilitado pabell¨®n de Sant Salvador
Joaquim de C¨¢rcer, sexto marqu¨¦s de Castellbell, no dar¨ªa cr¨¦dito en qu¨¦ se ha convertido el pabell¨®n de Sant Salvador del hospital de Sant Pau, el primero de todos que entr¨® en funcionamiento en 1916. El marqu¨¦s cedi¨® parte de su fenomenal herencia al hospital, entonces en construcci¨®n para sustituir al edificio hist¨®rico del Raval. Lo hizo con una condici¨®n, que esa sala se destinara a la atenci¨®n de ¡°malalts barons pobres¡±, los pobres vergonzantes. En otras palabras, ricos venidos muy a menos. Su busto presidi¨® el pabell¨®n en el que las camas de los enfermos se alinearon junto a las paredes durante d¨¦cadas. Ahora, ha vuelto a su ¡°casa¡± reconvertida en el espacio museogr¨¢fico de Sant Pau que explica la historia del hospital y, sobre todo, la figura de su arquitecto, Llu¨ªs Dom¨¨nech i Montaner, que ha cobrado vida de una forma singular: es un drag¨®n.
Una intervenci¨®n que, como las anteriores en otros pabellones, persigue recuperar al m¨¢ximo el estado original de los edificios y el esplendor modernista. Se han eliminado todos los cuerpos a?adidos, que en su ¨²ltima etapa fue la unidad de cuidados intensivos de politraumatismos, y, sobre todo, se ha recuperado su fisonom¨ªa inicial en todos los sentidos: desde la espacial a todos los materiales de cer¨¢mica que compon¨ªan su estructura, de la cubierta al s¨®tano. Una rehabilitaci¨®n que empez¨® hace seis a?os, ha costado cerca de cinco millones de euros y ha sido llevada a cabo por 2BMFG Arquitectes que ganaron los dos concursos convocados. Y en la que, adem¨¢s, se descubrieron restos de la villa romana Mas Casanovas.
Los n¨²meros de Sant Pau
Desde 2009, cuando se inici¨® la recuperaci¨®n de los pabellones del recinto hist¨®rico de Sant Pau ¨Cdeclarado patrimonio de la Unesco- se han rehabilitado 9 y en cuatro todav¨ªa no se ha intervenido. La Fundaci¨®n del hospital que dirige los trabajos ha invertido por ahora 79 millones de euros. Parte de los edificios est¨¢n ocupados por organismos de Naciones Unidas aunque menos de los que inicialmente estaban previstos. Las visitas al recinto ¨Cahora se ha ampliado el recorrido con m¨¢s t¨²neles y el pabell¨®n de Sant Salvador- se han convertido en una fuente de ingresos y el a?o pasado recaudaron 1.700.000 euros de 260.000 visitantes que pasaron por taquilla.
El resultado es espectacular porque el de Sant Salvador es uno de los pabellones m¨¢s ricos en cromatismo. Se ha convertido en el principal espacio de recinto abierto a las visitas que acceden por los t¨²neles. En la planta subterr¨¢nea, adem¨¢s de una proyecci¨®n que explica la historia del hospital, se hace un recorrido cronol¨®gico, desde el primer centro unificado en el Raval hasta el Sant Pau del siglo XXI. En esa zona est¨¢ el busto del marqu¨¦s de Castellbell, obra del escultor Miquel Blay, que reluce junto con otras joyas del fondo del hospital, como un palomar de cer¨¢mica, un pin¨¢culo o un escudo de armas de la Casa de la Convalescencia ¨Cel origen de Sant Pau en Ciutat Vella- de 1678. Tambi¨¦n se pueden ver bulas papales de privilegios para la Fundaci¨®n que siempre ha regido el hospital o un ejemplar de El Noticiero Universal del 15 de enero de 1902, cuando se puso la primera piedra. O las grandes maquetas de los recintos del Raval y el del Guinard¨® o el instrumental m¨¦dico de otras ¨¦pocas. Si esa parte del espacio responde a una musealizaci¨®n m¨¢s tradicional, lo que es realmente singular es la primera planta en la que un drag¨®n ocupa toda la longitud de la sala.
¡°Es una invitaci¨®n a viajar por la figura de Dom¨¨nech i Montaner y todo lo que represent¨® como arquitecto e intelectual¡± explicaba el dise?ador de ese espacio, el escen¨®grafo Ignasi Cristi¨¤. Puntualiza que se le ocurri¨® esa peculiar forma de hacerlo por la importancia de la figura del drag¨®n en toda la simbolog¨ªa del modernismo, incluida la del propio Dom¨¨nech i Montaner. Una estructura tubular, a modo de esqueleto del saurio, sustenta las planchas de decenas de fotograf¨ªas de elementos modernistas de distintas obras del arquitecto de Barcelona y Catalu?a, como la c¨²pula del Palau de la M¨²sica y cientos de detalles de la cer¨¢mica de los pabellones rehabilitados en Sant Pau. La luz que entra a raudales por los ventanales del pabell¨®n adem¨¢s del sistema de iluminaci¨®n incorporado al esqueleto provoca un estallido de color del drag¨®n al que hay que a?adir el de las paredes y el techo restaurados. Un sistema audiovisual de televisiones explica la obra del arquitecto. Tras ese espect¨¢culo, el visitante sale a los jardines del recinto.
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