Mon¨®logos de m¨²sica cl¨¢sica
Un divertido y elocuente Cuarteto Quiroga interpreta a Haydn, Schubert y Halffter
Madrid no ha presentado hoy su mejor d¨ªa. En las inmediaciones del Teatro Lara se abr¨ªan hueco los paraguas. Pero dentro, en su escenario, el cielo era claro y la lluvia no consegu¨ªa acallar el gorjeo de los pajarillos. Los responsables, el Cuarteto Quiroga, que dibujaron con notas un buc¨®lico paisaje en la imaginaci¨®n de los asistentes al primer concierto de m¨²sica cl¨¢sica del ciclo Los Matinales de EL PA?S, organizados por Planet Events, Les Nits de l¡¯art y EL PA?S.
El Cuarteto Quiroga rompi¨® esta ma?ana todos los moldes. El primero de ellos, el de ofrecer un concierto de m¨²sica cl¨¢sica a plena luz del d¨ªa. El segundo lo destrozaron nada m¨¢s salir al escenario, que parec¨ªa por momentos acoger un mon¨®logo y no un concierto. Cibr¨¢n Sierra y Helena Poggio, violinista y violonchelista, respectivamente, rompieron esa primera barrera con el p¨²blico dirigi¨¦ndose a ellos antes de empezar a tocar. No es habitual que una agrupaci¨®n de cl¨¢sica de explicaciones, pero al Cuarteto Quiroga le gusta poner en contexto a la audiencia antes de su interpretaci¨®n. El p¨²blico agradeci¨® el gesto y respondi¨® riendo las gracias de los m¨²sicos. Poggio arranc¨® la primera carcajada: ¡°Os agradecemos que hay¨¢is venido a vernos esta ma?ana en vez de disfrutar con un paseo del d¨ªa tan bonito que hace¡±.
En las calles de la capital no brillar¨ªa el sol, pero el conjunto se encarg¨®, en su primera obra, de traer el buen tiempo al teatro con el cuarteto op. 33, n? 3 en Do Mayor de Haydn. Una obra que tambi¨¦n se conoce como El p¨¢jaro por las florituras de los violines que tratan de imitar el canto de un ave. La violonchelista ejecut¨® durante la obra un perfecto reclamo para ayudar a la imaginaci¨®n de los oyentes.
Despu¨¦s de remontarse con Haydn a los or¨ªgenes del cuarteto, el conjunto se ocup¨® de la tradici¨®n espa?ola con los ocho tientos del compositor Rodolfo Halffter y una promesa muy suculenta anunciada por Sierra. ¡°Son obras breves. En la quinta, a Aitor Hevia (viol¨ªn) le va a dar una especie de ataque y se convertir¨¢ en el diablo personificado¡±. Y efectivamente, en el quinto tiento a Hevia le entr¨® una breve risa maligna. No era necesaria la sutileza. Los espasmos del violinista, la velocidad fren¨¦tica de la m¨²sica y la perturbadora partitura de Halffter bastaban por s¨ª solos para anunciar que el demonio hab¨ªa entrado en escena.
El conjunto eligi¨® para cerrar el repaso por el repertorio para cuarteto de cuerda La muerte y la doncella de Schubert. Obra cumbre de la m¨²sica para cuarteto que relata c¨®mo la muerte acecha a una bella muchacha para llev¨¢rsela al inframundo. Con un inicio casi esquizofr¨¦nico y un final apote¨®sico precedido de una demoniaca tarantela. Obra con la que quisieron homenajear al music¨®logo y voz de los conciertos de a?o nuevo Jos¨¦ Luis P¨¦rez de Arteaga, reci¨¦n fallecido. ¡°Se la queremos dedicar porque crecimos con ¨¦l haciendo m¨²sica¡±, sentenci¨® Sierra.
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