En tiempos de posverdad
El Grupo de Periodistas Pi y Margall, formado por profesionales catalanes asqueados de tanta mentira, realiza una gran labor deontol¨®gica al denunciar las mentiras del 'proc¨¦s'
No son buenos tiempos para el periodismo. Cualquiera puede decir algo que es falso y, sin comprobar su veracidad, la afirmaci¨®n se va repitiendo hasta calar en la opini¨®n p¨²blica como un verdad inatacable. Recuerden que estamos en tiempos de posverdad, ese palabro indigno, un simple disfraz de la mentira. Las llamadas redes sociales son el medio id¨®neo para contribuir a esta confusi¨®n. La mala fe todav¨ªa m¨¢s. La ignorancia general hace el resto. El periodismo de investigaci¨®n ya no consiste s¨®lo en buscar afanosamente la verdad sino que tiene como objetivo primordial desmentir la posverdad, es decir, averiguar las falsedades que se van instalando en la mentalidad de la gente como verdades establecidas.
?Recuerdan la famosa discriminaci¨®n de Catalu?a debido a un c¨¢lculo sesgado de las balanzas fiscales? Era una posverdad que se transform¨®, para tocar la fibra emocional, en el famoso ¡°Espa?a nos roba¡±. Esta falsedad fue admitida hasta que un equipo de economistas competentes y honestos, dirigidos por ?ngel de la Fuente, demostraron matem¨¢ticamente, de manera incontrovertible, que las cifras constantemente repetidas en Catalu?a, incluso por el Gobierno catal¨¢n, eran falsas, eran una posverdad.
Despu¨¦s, un riguroso y did¨¢ctico libro de Josep Borrell y Joan Llorach, Las cuentas y los cuentos de la independencia, explic¨® para un p¨²blico amplio las trampas que escond¨ªan las cifras oficiales catalanas con el resultado que la discriminaci¨®n era imaginaria. Ahora ya nadie habla de ello. Quienes se inventaron aquel bulo, para su verg¨¹enza acad¨¦mica, no han rectificado p¨²blicamente.
Pero, como sabemos, toda crisis es una ocasi¨®n. El Grupo de Periodistas Pi y Margall, formado por profesionales catalanes asqueados de tanta mentira, llevan a cabo una gran labor deontol¨®gica y ¨¦tica al denunciar las mentiras del proc¨¦s. Esta semana, sin ir m¨¢s lejos, han difundido que la veterana presentadora S¨ªlvia C¨®ppulo inform¨® en Catalunya R¨¤dio de que Artur Mas estaba siendo juzgado por ser el 129 presidente de la Generalitat y por preguntar a la gente qu¨¦ quer¨ªa que fuese pol¨ªticamente Catalu?a, ocultando, con notoria mala fe, el verdadero motivo del juicio: la desobediencia a un mandato del Tribunal Constitucional.
Obviamente no es un caso aislado. Antes de que se pusiera de moda el t¨¦rmino ling¨¹¨ªstico posverdad, much¨ªsimos a?os antes, la televisi¨®n p¨²blica catalana era un modelo de esas malas pr¨¢cticas, de esa desinformaci¨®n sistem¨¢tica, de ese adoctrinamiento constante. TV-3 y Catalunya R¨¤dio han sido durante estas d¨¦cadas de autonom¨ªa unas sutiles, pero incesantes, m¨¢quinas de propaganda pol¨ªtica en manos siempre de una misma ideolog¨ªa. No se puede explicar la mentalidad dominante hoy en Catalu?a sin tener en cuenta este important¨ªsimo factor.
Pero las posverdades alcanzan tambi¨¦n a los pol¨ªticos. En estos d¨ªas, con motivo del juicio oral al que se ha sometido, podemos observar como vuelve a levantar cabeza la figura de Artur Mas, aspirando por lo visto a dirigir el nuevo PDECat, la antigua Converg¨¨ncia. Pues bien, en una entrevista, naturalmente en TV-3, Mas se ha comparado con la admirable Rosa Parks, gran luchadora por la igualdad racial en el EEUU de los a?os cincuenta del siglo pasado. En una t¨¢cita inculpaci¨®n, Mas dijo que la se?ora Parks desobedeci¨® una norma que le imped¨ªa sentarse en la parte del autob¨²s reservada a los blancos y a partir de ah¨ª cambiaron las cosas en aquel pa¨ªs en cuanto a igualdad racial se refiere.
Ello, en parte, es cierto. Lo expliqu¨¦ con un cierto detalle, hace a?os, en una art¨ªculo dedicado al historiador Gabriel Jackson (La Vanguardia, 13-XI-2008). Sin embargo, en la parte que no es cierta encontramos lo que le interesa a Mas para basar la comparaci¨®n: la desobediencia a una norma. Rosa Parks incumpli¨® una norma que estaba en desacuerdo con la Constituci¨®n, tal como hab¨ªa sido interpretada un a?o antes por el Tribunal Supremo de EE UU en la famosa sentencia Brown contra Board of Education de 1954, y reclam¨® ante un juez que le dio la raz¨®n. Parks no practic¨® la desobediencia civil, sino que reclam¨® sus derechos conforme a la ley en la interpretaci¨®n constitucional que hab¨ªan declarado los jueces.
A Mas se le juzga, precisamente, por lo contrario: por desobedecer una resoluci¨®n del Tribunal Constitucional. Est¨¢ sometido a un proceso con todas las garant¨ªas y ya veremos cu¨¢l ser¨¢ el veredicto del tribunal catal¨¢n. Es fatigoso, amigos del Grupo de Periodistas Pi Margall, pero vuestra labor es hoy imprescindible. La veracidad de la informaci¨®n es una de las principales garant¨ªas de la democracia.
Francesc de Carreras es profesor de Derecho Constitucional.
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