Los hombres y las mujeres, condenados a no entenderse
Sergi Belbel, Carol L¨®pez y Marc Parrot estrenan en el Teatre Condal una comedia musical sobre los roles de g¨¦nero
El 40% de las mujeres considerar¨ªa dejar a su pareja si a sus amigas no les cayese bien. Un hombre se da cuenta de que est¨¢ enamorado despu¨¦s de la tercera cita. En cambio, una mujer decide que est¨¢ enamorada much¨ªsimo tiempo m¨¢s tarde, en concreto en el encuentro n¨²mero 14. Adem¨¢s, el 68% de los hombres comprometidos nunca enga?ar¨ªa a su pareja. Son cifras recopiladas por el Teatre Condal para poner de relieve una realidad: Los roles de g¨¦nero est¨¢n cambiando. As¨ª se aborda en Homes, la com¨¨dia musical. El montaje se representa a partir del martes y est¨¢ escrito por Sergi Belbel y Carol L¨®pez. Tambi¨¦n cuenta con m¨²sica de Marc Parrot. La obra recurre al cabar¨¦ para sacar los colores a todos los espectadores, tanto hombres como mujeres.
Las actrices Anna Barrachina, Agn¨¨s Busquets, Mireia Portas, Alba Florejachs y Gl¨°ria Sirvent interpretan el texto, que se inspira en Homes!, un ¨¦xito de la compa?¨ªa T de Teatre. En 1994 permaneci¨® en cartel en Barcelona durante seis meses. Era el segundo espect¨¢culo de T de Teatre, que hab¨ªa debutado con el rompedor Petits contes mis¨°gins. Entonces, Belbel trabaj¨® con la compa?¨ªa para radiografiar a los hombres y el machismo de la sociedad.
Pero m¨¢s de dos d¨¦cadas m¨¢s tarde cuando Focus, que produce la obra junto a Mis¨°gines, llam¨® a Belbel y a L¨®pez para retomar el proyecto al margen de T de Teatre, se dieron cuenta de que muchas escenas ya no eran tan efectivas.
¡°La obra hablaba de todas las etapas del hombre, desde la infancia hasta la vejez. Pero lo que antes era innovador, ya no lo es. Pens¨¦ en reinventarnos y plantearnos una pregunta: ?Qu¨¦ significa ser hombre en el siglo XXI? Hay una crisis de roles. ?Por qu¨¦ un hombre no puede llorar y a una mujer importarle un r¨¢bano la moda? Por eso prefiero hablar de feminidad masculina o de masculinidad femenina. El hombre ideal del siglo XXI ser¨ªa una mujer¡±, explic¨® ayer durante una pausa de los ensayos L¨®pez, que tambi¨¦n dirige el espect¨¢culo.
¡°En la obra de T de Teatre hablaban de que cuando un hombre te llevaba a casa por c¨®mo aparcaba el coche pod¨ªas saber si ten¨ªas o no alguna posibilidad con ¨¦l. Todo esto ha saltado por los aires con aplicaciones m¨®viles como Tinder. Enviar un mensaje y proponer sexo es muy f¨¢cil. El romanticismo est¨¢ en desuso¡±, a?adi¨® L¨®pez.
Las actrices visten traje y tacones e interpelan al espectador con mon¨®logos ¨¢cidos, melod¨ªas protesta y bailes. Las cinco, m¨¢s que personajes, reproducen un collage de situaciones cotidianas llevadas al extremo. Los di¨¢logos, en catal¨¢n y castellano, ponen de relieve la falta de decisi¨®n de las mujeres y su imagen de hombre perfecto, tambi¨¦n conversaciones de bar entre ¡°machos ib¨¦ricos¡±, afirma la directora, o una sucesi¨®n de citas y los choques de pensamientos que se producen en ellas.
En Homes, la com¨¨dia musical se escuchan frases de Napole¨®n Bonaparte o de Donald Trump, porque si alguna cosa tiene claro el equipo de la obra es que el machismo pervive, y mucho, en la sociedad. Por este motivo han mantenido un personaje, Ram¨®n, respecto a la obra de 1994. ¡°Los vicios, defectos y otras imperfecciones de los machos contin¨²an, por desgracia, tan vivos y actuales como los de antes¡±, escribe Belbel, mientras que L¨®pez recuerda que la violencia de g¨¦nero sigue estando a la orden del d¨ªa. ¡°Retroceder es muy dif¨ªcil pero hay corrientes contrarias flotando en la sociedad¡±, argumenta Portas, que form¨® parte de la obra sobre la educaci¨®n franquista Florido Pensil y cita letras de canciones de reggaeton.
Belbel hace doblete en la cartelera barcelonesa; ayer estren¨® en el Teatre Nacional de Catalunya (TNC) La senyora Florentina i el seu amor Homer, de Merc¨¨ Rodoreda. El dramaturgo fue profesor de L¨®pez en el Institut del Teatre. Ambos han propuesto an¨¦cdotas e improvisado con las actrices, desgran¨® la directora.
Un pavimento negro y brillante recorre el suelo del escenario del Teatre Condal, en el que se colocar¨¢n cinco sillas y unas escaleras luminosas. La m¨²sica transita por estilos como el tango, el cabar¨¦, el pop, el rock o la electr¨®nica.
En la obra las escenas buscan la complicidad con el espectador. ¡°De cada vez m¨¢s padres van a buscar a los ni?os al colegio, por ejemplo, pero queda mucho camino por recorrer en cuanto a igualdad. Encaramos las cosas de manera diferente. Las mujeres tenemos un sentimiento de comunidad: Con las actrices llevamos dos meses de ensayos y ya nos hemos explicado toda la vida. Sabemos los problemas de los hijos, si tenemos sexo...¡±, reflexion¨® L¨®pez. La obra lanza preguntas, pero el espectador no encontrar¨¢ respuestas definitivas. Lo que s¨ª queda claro, seg¨²n L¨®pez, es que aunque no hay entendimiento total posible entre hombres y mujeres ambos g¨¦neros necesitan, m¨¢s que nunca, encontrar parcelas comunes de realidad.
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