Los maestros de Bohemia har¨¢n retumbar el Euskalduna
El festival Musika M¨²sica ofrece 75 conciertos de la mano de 850 m¨²sicos profesionales hasta el domingo
Quien quiera darse un atrac¨®n de m¨²sica cl¨¢sica solo tiene que dejarse caer este fin de semana por el Palacio Euskalduna de Bilbao. El festival Musika-M¨²sica celebra su decimosexta edici¨®n con un sugerente viaje a la Bohemia del siglo XIX que invita a disfrutar distendidamente de las partituras que dejaron genios de la regi¨®n checa como Mahler, Dvor¨¢k, Smetana y Jan¨¢cek. Este a?o como novedad se ha abierto una ventana a compositores del pa¨ªs y para romper el hielo se ha elegido al navarro Pablo Sarasate.
Desde la organizaci¨®n, la fundaci¨®n Bilbao 700, conf¨ªa en consolidar la cifra de asistentes del a?o pasado, que rond¨® las 35.000 personas. El p¨²blico heterog¨¦neo es una de las se?as de identidad de este festival, quiz¨¢ el m¨¢s popular dedicado a un g¨¦nero que anta?o se vincul¨® a ciertas ¨¦lites. Nada m¨¢s lejos de la realidad. Un simple vistazo a las puertas del recinto basta para ver c¨®mo comparten espera aficionados a la m¨²sica cl¨¢sica, j¨®venes estudiantes o despistados que se ven con el programa en la mano y lo a?aden a la agenda como un plan m¨¢s del fin de semana.
Es una alternativa casi low cost, que compite sin complejos con dos ca?as en una terraza o un ticket para el cine: las entradas oscilan entre los 4 euros la m¨¢s barata y los 12 la m¨¢s cara. Cada vez es m¨¢s com¨²n escuchar hablar franc¨¦s y tampoco faltan a su cita otros turistas musicales, sobre todo madrile?os o de provincias lim¨ªtrofes. El marat¨®n musical arranca el jueves con el concierto inaugural a cargo de la Orquesta Sinf¨®nica de Bilbao (BOS) que, junto a Mar¨ªa Espada y Mar¨ªa Jos¨¦ Montiel, la Sociedad Coral de Bilbao y bajo la direcci¨®n de Yaron Traub interpretar¨¢ la Sinfon¨ªa n?2, Resurrecci¨®n, de Mahler. A partir de ah¨ª, los acordes sonar¨¢n en cada rinc¨®n del Palacio Euskalduna en sesiones de ma?ana, tarde y noche.
El cartel es casi inabarcable. Incluye 75 conciertos de la mano de m¨¢s de 850 m¨²sicos profesionales de las sinf¨®nicas de Bilbao, Pamplona, Galicia o Navarra. La Orquesta de C¨¢mara de Viena, la Aurora Orchestra, Vlach Qartet Prague o la Orquesta de Ostrava van a aportar el tono internacional a un evento que no olvida la cantera y reserva su espacio a alumnos de tres conservatorios. Entre los solistas destacan los pianistas Judith Jauregi, el bar¨ªtono Fernando Latorre o el violonchelista Asier Polo. Una vor¨¢gine en la que va a pasar desapercibido Vicente Cueva.
Stradivarius
Invitado habitual de la BOS, sentado en el primer atril de violines segundos har¨¢ sonar un Stradivarius de 1691. ¡°Va a ser uno m¨¢s, es algo anecd¨®tico¡±, resume, porque no va a haber ning¨²n solo en el que poder apreciar su singular sonido. Sin embargo, el instrumento no ha pasado inadvertido, ¡°?c¨®mo tienes t¨² esto?¡± es la pregunta que m¨¢s veces ha tenido que responder Cueva entre caras de ¡°incredulidad y expectaci¨®n¡±. Esta joya ha llegado a sus manos cedida por el matrimonio propietario del Grupo Canimex, de Quebec, para grabar el primer disco dedicado ¨ªntegramente al Holocausto. Partita Shoah para Viol¨ªn Solo y Templo Sagrado, es una composici¨®n de Jorge Grundman, cuyos abuelos murieron en el gueto de Varsovia.
A partir de abril har¨¢n una gira por todo el mundo y las horas de ensayo desaconsejan que Cueva se despegue del legendario instrumento. ¡°Voy casi tenso por la calle¡±, reconoce. Pero lo ha incorporado a su rutina en el centro Katarina Gurska de Madrid donde imparte clases o ahora en Bilbao, ¡°una ciudad con una humedad estupenda para el viol¨ªn¡±, matiza. El cuidado es minucioso, ¡°dentro del Euskalduna el ambiente es muy seco y le tengo que administrar humedad extra para evitar que la madera se raje¡±. Apenas se conservan 400 violines del luthier de Cremona y pueden llegar a pagarse en subastas ¡°entre 10 y 20 millones de euros¡±.
La an¨¦cdota del Stradivarius es solo una de las muchas que se pueden vivir en este potente festival. Como si fuera un men¨² degustaci¨®n. Conviene pararse, afinar el o¨ªdo y sentir la emoci¨®n de la m¨²sica cl¨¢sica.
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