C¨®mo amortizar un ¨¦xito ajeno
Cinco estupendas comediantas sirven el remake en musical de 'Homes'
Una vez amortizado el t¨ªtulo, las citas mis¨®ginas del pr¨®logo y el fragmento escrito por Sergi Belbel para el original de 1994, ?qu¨¦ queda en este Homes formateado en musical de aquel ¨¦xito estrenado por T de Teatre? La conclusi¨®n es: poco. Tan magro es el trasvase que ni siquiera se podr¨ªa considerar esta funci¨®n un remake con canciones de la versi¨®n original. Concebida como una r¨¦plica del universo femenino que gravita en los cuentos de Patricia Highsmith, Homes! reclut¨® en su d¨ªa a cuatro dramaturgos (Pereira, Verd¨¦s, Benet i Jornet y el mismo Belbel) para cuestionar con similares armas literarias la masculinidad. Comedia con vitriolo de alta calidad. Una obra que se tomaba muy serio la risa.
Homes
De Sergi Belbel y Carol L¨®pez. Direcci¨®n: Carol L¨®pez. Int¨¦rpretes: Anna Barrachina, Agn¨¨s Busquets, Alba Florejachs, Mireia Portas, Gl¨°ria Sirvent. Teatre Condal, 6 de marzo.
Ahora -espejito, espejito- habr¨ªa que buscar su reflejo dram¨¢tico en la guerra de sexos que se pasea con distintos formatos y t¨ªtulos por los escenarios. Mon¨®logos encadenados en una revisi¨®n comercialmente calculada de la stand-up comedy que encuentran un gui¨®n f¨¢cil en la reiteraci¨®n de todos los t¨®picos de la incomprensi¨®n mutua entre hombres y mujeres. La contienda disfuncional de marcianos y venusianas, para parafrasear a John Gray, aut¨¦ntico gur¨² tapado de este espect¨¢culo. Si nos conformamos con este contexto y nos olvidamos del precedente de calidad de T de Teatre, el espect¨¢culo perge?ado por Carol L¨®pez tiene su p¨²blico y mercado. El mismo que podr¨ªa considerar las interrupciones musicales un extra innecesario para lo que hab¨ªa venido: carcajearse un rato de las cosas de maromos y parientas.
Homes no funciona como musical. Las partituras de Marc Parrot son aproximaciones ligeras e impersonales a diferentes estilos, desde el pop sofisticado de Kyle Minogue al jazz de restaurante con pianista. Un gui?o actual¨ªsimo a La La Land. Tampoco tiene el ritmo ni la frescura del cabaret. En cambio la est¨¦tica ¨Cuno de los aspectos m¨¢s cuidados de esta producci¨®n¨C es de un minimalismo interesante que soslaya el peligro de la vulgaridad inevitable. Est¨¢ muy bien la mezcla entre la er¨®tica industrial del Crazy Horse y la ambig¨¹edad sexual de Bob Fosse aportada Jos¨¦ Novoa.
Otro punto a favor de este espect¨¢culo es el reparto: cinco estupendas comediantas (Anna Barrachina, ?gnes Busquets, Alba Florejachs, Mireia Portas y Gl¨°ria Sirvent) que por talento, tablas y recursos podr¨ªan estar llamadas a misiones teatrales de mayor enjundia y gracia. Si flaquean en su encarnaci¨®n de vedettes c¨®micas tampoco es una tragedia. Se trata m¨¢s de un don natural que de una habilidad adquirida o dirigida. Es algo m¨¢s que marcar territorio sobre unos tacones, defender una canci¨®n o tener soltura con el baile. Es un descaro controlado, una sensualidad inteligente, es tener a Cecilia Rossetto como madre superiora en lo m¨¢s alto de la escalinata de la apoteosis.
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