Un ¡®rothko¡¯ en las tapias de Carabanchel

Javier Campano sale a pasear por la ciudad y, gracias a su entrenada mirada, se encuentra con cuadros de los grandes maestros del arte del siglo XX. Por ejemplo, con las texturas metaf¨ªsicas de Rothko, las figuras de Mondrian, la abstracci¨®n de geom¨¦trica de Mal¨¦vich. Los extrae con su c¨¢mara de ah¨ª donde se juntan las fachadas, de las aceras, de las tapias... la pena es que no puede llevarlos a subasta. Le ayuda el haberse dedicado profesionalmente durante treinta a?os a ser fot¨®grafo de obras de arte para museos, galer¨ªas y otras instituciones (en 1993 fotografi¨® cent¨ªmetro a cent¨ªmetro el Guernica). "Y hay barrios mejores que otros, curiosamente encuentro m¨¢s de estas obras en Carabanchel, Tetu¨¢n o Embajadores que en el barrio de Salamanca", dice, "aunque ya casi las veo por todas partes: es divertid¨ªsimo irte pegando sorpresas".

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Javier Campano vuelve a Madrid

Javier Campano fotograf¨ªa el azar de los interiores y de las ciudades

Campano (Madrid, 1950), incansable paseante de esos que cogen el metro al azar y se dejan guiar por los azares del destino, a la saz¨®n fot¨®grafo de ciudades, expone esta serie (Pinturas de paso) entre otras dentro de la muestra Campano en color, que se puede ver en la sala Canal de Isabel II de la Comunidad de Madrid (Santa Isabel, 125) hasta el 16 de abril, bajo el comisariado de Horacio Fern¨¢ndez. Si Campano tiene una larga y reconocida trayectoria en el blanco y negro, ahora se muestra su vertiente m¨¢s colorida en la que, adem¨¢s, el color cobra gran intensidad y alcanza notable protagonismo. La transici¨®n entre lo uno y lo otro se consum¨® en 2010 y est¨¢ relacionada con la llegada de la fotograf¨ªa digital. "Antes al revelar en color te hac¨ªan grandes destrozos y las fotograf¨ªas lo perd¨ªan en poco tiempo, muchos prefer¨ªamos revelar en blanco y negro en nuestro estudio", explica el artista, "ahora ya es muy dif¨ªcil encontrar los materiales para hacerlo, la industria nos ha dejado como abandonados, adem¨¢s de que lo digital tiene muchas ventajas".

Pero el escenario sigue siendo la ciudad, las ciudades, lo que, cuando empez¨® en la Transici¨®n, le cog¨ªa m¨¢s a mano: "Campano recolecta sus tesoros en muros y aceras, en veladores de los bares de ca?as y en espejos de los escaparates mientras pasea pendiente de la vida fugitiva de la calle", escribe el comisario. As¨ª en las fotos de Campano se compone con botes k¨¦tchup y mostaza, los conos naranjas del tr¨¢fico se convierten en personajes, se recortan esquinas de las luces de ne¨®n de los cines del centro o se capta una reuni¨®n de chicas comiendo bocadillos de calamares en El Brillante (aunque las figuras humanas no abundan en sus mundos). As¨ª, adem¨¢s de cultivar la abstracci¨®n hay veces que Campano se da media vuelta y apunta hacia lo pop.

"A m¨ª me gustan m¨¢s los d¨ªas laborables que los festivos, lo cotidiano que lo monumental, lo ordinario que lo extraordinario", dice el fot¨®grafo, "aunque el juego es precisamente sacar algo de donde aparentemente no hay nada". En su af¨¢n de coleccionista, Campano tambi¨¦n muestra aqu¨ª sus polaroids de los a?os 90 o las letras y los n¨²meros, en diferentes tipograf¨ªas, que se va topando por las calles de diferentes ciudades, otro de sus juegos favoritos. Porque a Campano le gusta jugar y como escribe Horacio Fern¨¢ndez, "hay cosas que tienen la suerte de convertirse en fotograf¨ªas de Javier Campano".