La universidad que se parece a La Paz
La Laboral de Alcal¨¢ fue inaugurada hace 50 a?os con la est¨¦tica interior del hospital madrile?o porque Franco qued¨® fascinado por el complejo
Las paredes del Antonio Machado est¨¢n impregnadas de historia. ¡°Caminante no hay camino, se hace camino al andar¡±. La frase del poeta sevillano, sobre un fondo naranja, ilumina uno de sus recovecos. Antes de convertirse en instituto en 1993, el centro fue la sede de la desaparecida Universidad Laboral de Alcal¨¢ de Henares (ULAH). El edificio se inaugur¨® en marzo de 1967, hace 50 a?os. Miles de j¨®venes corretearon por sus extensos pasillos durante d¨¦cadas. ¡°Siempre dijimos que parec¨ªa un hospital¡±, rememora Evaristo Olcina, antiguo alumno. No iban desencaminados.
El 18 de julio de 1964, cuando el general Franco fue a inaugurar el Hospital de La Paz, qued¨® fascinado por su est¨¦tica. Le acompa?aba el ministro de Trabajo, Jes¨²s Romeo, que para agradarle le anunci¨® que el arquitecto, Mart¨ªn Jos¨¦ Marcide, era el mismo que iba a levantar la ULAH. Marcide, autor de gran parte de los hospitales construidos en Espa?a a mediados del siglo XX, recibi¨® el encargo a dedo. El centro educativo iba a instalarse en Carabanchel, pero no fue posible por problemas burocr¨¢ticos. ¡°La arquitectura de las universidades laborales fue muy notable para la ¨¦poca. La ¨²nica que carece de ese inter¨¦s es la de Alcal¨¢¡±, remarca Carlos Mazar¨ªo, profesor de Historia en el reconvertido instituto, uno de los m¨¢s grandes de Espa?a con sus 2.700 alumnos y 200 profesores. De ellos, 20 son exalumnos de la ULAH, como Manuel L¨®pez, que lleg¨® en 1969 desde Ordizia (Guip¨²zcoa) y se qued¨® para siempre.
¡°Estos centros se constru¨ªan en las afueras, en una extensi¨®n de 25 hect¨¢reas, pero en Alcal¨¢ solo se cont¨® con 11, de ah¨ª su verticalidad¡± cuenta Mazar¨ªo en el libro que acaba de publicar sobre la instituci¨®n. No lo ha tenido f¨¢cil, ya que se encontr¨® con fuentes muy dispares: hab¨ªa ¨¦pocas muy documentadas y otras de las que apenas hab¨ªa informaci¨®n. ¡°La historia local sirve para conocer mejor el sitio en el que vives, pero tambi¨¦n para reflejar la evoluci¨®n de Espa?a", a?ade. La ULAH, por ejemplo, fue el primer centro acad¨¦mico del pa¨ªs que puso a disposici¨®n de sus alumnos un ordenador, un microscopio electr¨®nico y otros elementos t¨¦cnicos que ahora se pueden visitar gratuitamente en la exposici¨®n instalada en el s¨®tano del centro.
Vanguardia t¨¦cnica
La vanguardia cient¨ªfica y t¨¦cnica, sin embargo, no iba acompa?ada de una igualdad efectiva. En la ULAH solo estudiaban varones. Las primeras alumnas se incorporaron en 1972. ¡°Al principio, los chicos nos hac¨ªan el pase¨ªllo hasta el aula¡±, rememoran ?ngela y Puri, ingenieras de Telecomunicaciones. Realizaron sus estudios en este edificio, donde hasta finales de los ochenta se cursaban los tres a?os de la carrera. Luego pas¨® a la Universidad de Alcal¨¢ de Henares. ¡°De los 400 alumnos de Telecomunicaciones, solo 14 ¨¦ramos chicas. Dorm¨ªamos en el pabell¨®n de los empleados. Prepar¨¢bamos desayunos, cocin¨¢bamos o trabaj¨¢bamos en la lavander¨ªa, algo que no ten¨ªan que hacer los chicos¡±, cuentan.
¡°De estas aulas ha salido gente muy influyente¡±, subraya Lorena Ortega, decana de la facultad de Ciencias Geol¨®gicas de la Universidad Complutense. Ella conoci¨® a su marido en la ULAH y narra c¨®mo se relacionaban muchas parejas en una ¨¦poca en la que no exist¨ªan ni m¨®viles ni Internet. ¡°Los estudiantes de Geolog¨ªa montaban emisoras de radio, algo muy rudimentario, pero de esa manera se comunicaban con sus novias. Para hablar, muchas ven¨ªan a mi casa, que estaba cerca del edificio¡±. ¡°Lo que yo recuerdo es que el personal de cafeter¨ªa hac¨ªa la vista gorda cuando ¨ªbamos a pagar. Sab¨ªan lo caninos que est¨¢bamos¡±, se sincera Rodrigo Villa, alumno de la promoci¨®n del 79.
Becados por las mutuas
Las universidades laborales, por cuyas aulas pasaron medio mill¨®n de alumnos, fueron una instituci¨®n educativa que dependi¨® del Ministerio de Trabajo hasta 1979, cuando pasaron a Educaci¨®n. Estaban orientadas a favorecer la formaci¨®n de hijos de obreros, que acud¨ªan a alguno de sus 26 centros en r¨¦gimen de interinidad becados por las mutuas laborales. ¡°En el franquismo hab¨ªa, sin embargo, ricas y pobres. El jefe de residencia de Alcal¨¢ demostr¨®, por ejemplo, que en las laborales no hab¨ªa hijos de jornaleros andaluces¡±, explica Enrique Gonz¨¢lez, un profesor jubilado. Y a?ade: ¡°Aqu¨ª coincid¨ª con cinco capellanes que inculcaron a los alumnos la defensa de sus derechos¡±.
Eran los setenta, el franquismo languidec¨ªa y en estos centros germinaba el movimiento estudiantil. Se hizo patente cuando el dictador visit¨® la ULAH por segunda vez: ya solo aplaudieron los profesores. En una ¨¦poca privada de libertad, las universidades laborales abanderaron la lucha por recuperarla. El auge de los movimientos vecinales encontr¨® colaboraci¨®n en sus aulas, que favorecieron el cultivo de la conciencia de clase a trav¨¦s de la promoci¨®n de la cultura. ¡°Hoy no parece importante, pero en 1970 aqu¨ª fuimos capaces de hacer un homenaje a Machado y al Che Guevara¡±, recuerda Gonz¨¢lez. En 1978, reci¨¦n regresado del exilio, fue el poeta Rafael Alberti el que tuvo la oportunidad de dibujar su legendaria paloma en el libro de visitas del centro. La poes¨ªa, paradigma de la libertad, entraba por fin en sus aulas.
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