La ensaladilla rusa y el Nobel de F¨ªsica

Cela vio por separado estas dos ciudades a las que les funciona el reojo. Y a su hijo Camilo (Camil¨ªn) le dio apuro juntar los dos libros, Madrid y Barcelona. La Fundaci¨®n Bancaria ¡°La Caixa¡± lo anim¨®. Camil¨ªn celebr¨® anoche el hallazgo con cuatro periodistas, con un ministro y con el t¨ªo Jorge Cela Trulock, el m¨¢s chico de los Cela Trulock. Escritor tambi¨¦n, estricto gram¨¢tico que mejor¨® la sintaxis de Televisi¨®n Espa?ola, donde estaba cuando a su hermano le dieron el Nobel. Jorge se quit¨® la C de Cela para no presumir de la sombra del mayor de la familia. Hubo que sacarlo de esa sombra para que abrazara a su hermano, mientras ¨¦ste entonaba su historia en el programa de Jes¨²s Hermida el mediod¨ªa en que supo que era Nobel.

Antes de que se abrazaran, en aquel entonces, hubo una multitudinaria rueda de prensa que evoc¨® el ministro ??igo M¨¦ndez de Vigo: un periodista le pregunt¨® a Cela si le hab¨ªa sorprendido el Nobel de Literatura. ¡°S¨ª, porque me esperaba el de F¨ªsica¡±. M¨¦ndez de Vigo clausur¨® el acto de Madrid, en CaixaForum. Cree el ministro que juntar estos dos libros es una de esas cosas formidables que hace la cultura para entender mejor cu¨¢n cercanos estamos. Fue Jorge el que ley¨® los primeros cap¨ªtulos de Barcelona. En Barcelona hoy se leer¨¢n cap¨ªtulos de Madrid. Sonaba como la evocaci¨®n de un espa?ol de todas partes le¨ªda con la paciencia que tienen los gallegos para la m¨²sica. Al final le pidi¨® perd¨®n al hermano Nobel (¡°all¨¢ donde est¨¦¡±) por los errores que hubiera cometido.

El hermano de Cela ley¨® los primeros cap¨ªtulos de ¡®Barcelona¡¯. En Barcelona hoy se leer¨¢n de ¡®Madrid¡¯

Los periodistas rodearon al hijo, muy felicitado porque este centenario ha sido ¡°el gran homenaje a un padre¡±. Esa atm¨®sfera familiar contagi¨® a los periodistas. Enric Juliana, constructor de met¨¢foras Madrid-Barcelona, su colega Sergio Vila San Juan, que rastre¨® a Cela en Barcelona a trav¨¦s del antiguo archivo de su peri¨®dico, La Vanguardia, y Antonio Lucas, madrile?o como Camil¨ªn, leyeron este libro doble como un s¨ªmbolo por el que da gusto caminar.

Cab¨ªa hablar de un fest¨ªn de palabras de Cela. ?A qu¨¦ le supo este maridaje Madrid-Barcelona que ahora presentan ambos libros?, se le pregunt¨® al joven Cela. ¡°Teniendo en cuenta los sabores actuales y el modo de mezclarlos que ten¨ªa mi padre creo que el plato que puede hacerse con los dos libros sabe a ensaladilla rusa¡±. De la de antes, le dijo alguien.