El optimismo irracional y la iron¨ªa fr¨ªvola de Yasmina Reza
La escritora resume sus obsesiones en la novela ¡®Babilonia¡¯
Nos movemos por la vida a golpes de momentos (¡°arrebatos¡±) de optimismo, pero que en el fondo no nos llevan a nada o, a lo sumo, a peque?as y falsas planicies desde las que nos lamentamos por la vida. ¡°Si no fuera por este optimismo irracional no sobrevivir¨ªamos¡±, redobla la escritora y dramaturga francesa Yasmina Reza (Par¨ªs, 1959) la atm¨®sfera que respira su ¨²ltima novela, Babilonia (Anagrama, en catal¨¢n y castellano), desde hace apenas cinco meses premio Renaudot. es una de las novedades de este Sant Jordi del que la autora de las celebradas Arte y Felices los felices hizo ayer el preg¨®n en el Sal¨® de Cent del Ayuntamiento de Barcelona, en charla con el director del Teatre Nacional de Catalunya, Xavier Albert¨ª.
Con un regusto a lo Mrs. Dalloway de Virgina Woolf, Elisabeth, la protagonista de la novela de la reservad¨ªsima Reza (nada de fotos, pu?o izquierdo agarrando con fuerza la chaqueta; manos entretenidas con el bol¨ªgrafo), mira compulsivamente a su alrededor mientras ultima los detalles de una caprichosa y en parte sinsentido fiesta de bienvenida de la primavera en su casa (uno de esos absurdos arrebatos de felicidad), noche vacua tras cuyo final el vecino del quinto, Jean-Lino, confesar¨¢ algo que marcar¨¢ la madrugada.
¡°Aqu¨ª est¨¢ toda su po¨¦tica, con esa melancol¨ªa no destructiva y esa iron¨ªa entre un punto c¨¢ustica y un punto fr¨ªvola¡±, resume la editora Silvia Ses¨¦. ¡°Mi escritura siempre ha sido tragic¨®mica, quiz¨¢ por mi cultura familiar jud¨ªa no religiosa: en casa nos re¨ªamos de todo, empezando por nosotros mismos y de todo veo esas dos vertientes¡±. Y as¨ª salen de malparadas las relaciones de pareja, otro cl¨¢sico rezaniano, que tiene un c¨¢ustico reflejo en la descripci¨®n que la protagonista hace de su marido: ¡°Le reprocho su amor incondicional. No me pone en peligro. No me magnifica. Le gusto incluso fea, lo cual no resulta nada tranquilizador¡±, escribe. ¡°La pareja es una artificialidad, equivale a crear una peque?a sociedad mercantil, no nacemos para eso y es la madre de todas las locuras¡ En cualquier caso, nadie me ha dicho nunca que fuera falso lo que he escrito sobre ella¡±, suelta Reza. Confiesa que suele acudir tres veces al a?o a juicios. ¡°Si escuchas, nadie parece culpable... No se puede juzgar a partir de los sentimientos¡±, lanza como contexto por haber introducido rasgos policiacos en la obra, g¨¦nero del que es lectora asidua.
Esa disecci¨®n sociol¨®gica que rezuma su discurso es fruto de su deporte preferido, el de observar todos los detalles, como hac¨ªa ayer: desde leer un sobrecito del t¨¦ a contemplar los techos del Sal¨® de Cent. ¡°S¨ª, soy una observadora de las peque?as cosas dom¨¦sticas porque la vida cotidiana es el 80% de nuestra existencia; mir¨¢ndose al espejo mientras te cepillas los dientes puedes hacer una reflexi¨®n metaf¨ªsica, no al rev¨¦s¡±.
Al hilo de su voluntad de entom¨®loga, se desarrolla el otro gran eje de Babilonia, t¨ªtulo que ya da pistas. ¡°Es el s¨ªmbolo del exilio jud¨ªo, de un mundo al que no se pertenece... Las personas nacen y mueren sin que nadie se percate de su presencia y sin lograr grandes ¨¦xitos; cruzamos la existencia sin ruido, sin haber sido felices¡±.
Y ah¨ª cobra vida el libro del fot¨®grafo Robert Frank, Los americanos, retrato de los Estados Unidos de los 50, citado en su novela. ¡°Es triste, cada foto es un himno a la soledad, es gente sola ante el futuro¡ Mi Jean-Lino es as¨ª¡±. Ha dejado, dice, un t¨¢cito homenaje a los fot¨®grafos de calle, como Cartier-Bresson hizo a su vez con Par¨ªs. ¡°Recogen un mundo extraordinario que nos ha precedido y del que no sabemos nada, esa gente son testigos de un mundo desaparecido, nadie sabe si est¨¢n muertos o no, ya han pasado¡.¡±. Es otro leit-motiv de Reza, el paso inexorable del tiempo: ¡°De golpe se llega a los 60 a?os, como Elisabeth; me preocupa esa llamada permanente a la edad, esa fijaci¨®n social; s¨®lo puedo decir que por edad no soy m¨¢s sabia¡±.
Aferrada a eso, mantiene que los autores de ficci¨®n no deben ser considerados intelectuales ni, por ello, posicionarse: ¡°No somos sabios; adem¨¢s, el compromiso nos priva de captar la complejidad de la vida¡±. Y ah¨ª se parapeta para no hablar en demas¨ªa de su pa¨ªs: ¡°Francia hoy es indefinible, pero no es cierto que el 50% de los franceses sean extremistas; muchos de los que les votan lo hacen porque se sienten abandonados por la pol¨ªtica; no creo que gane Le Pen, pero tampoco parec¨ªa que iba a pasar lo de Trump, el Brexit, Turqu¨ªa¡¡±. Lo irreversible est¨¢ en lo nimio, como sabe bien Reza.
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