¡°En la guerra civil de las ideas, Trump dispara racismo y misoginia¡±
La escritora Siri Hustvedt recopila sus ensayos sobre feminismo, arte y ciencia en 'La mujer que mira a los hombres que miran a las mujeres'
Hace un tiempo que los neurocient¨ªficos buscan las causas gen¨¦ticas y bioqu¨ªmicas del suicidio. ?Es un avance o un retroceso? La escritora Siri Hustvedt tampoco lo tiene claro. Para dar una conferencia sobre el tema invirti¨® a?o y medio ¡°y me le¨ª absolutamente todo sobre el tema¡±, dice estirando sus brazos tan enjutos como el cuerpo y los ojos cerrados. Y es verdad: s¨®lo hace falta contemplar el resultado en el libro La mujer que mira a los hombres que miran a las mujeres (Seix Barral; Edicions 62, en catal¨¢n), compilaci¨®n de sus ensayos y charlas sobre el tri¨¢ngulo tem¨¢tico feminismo, arte y ciencia. Son m¨¢s de 400 p¨¢ginas donde caben desde las diferencias art¨ªsticas sobre sexo entre Mapplethorpe y Almod¨®var a Kierkegaard y las verdades de la ficci¨®n, pasando por la representaci¨®n de la mujer en De Kooning, Beckmann o Picasso, este ¨²ltimo entre Enrique VIII y Jack el Destripador en su plasmaci¨®n de las f¨¦minas.
¡°Es curioso que se busquen las ra¨ªces gen¨¦ticas sobre un hecho del que se sabe que al final elige el ser humano, se olvidan la epistemolog¨ªa¡ Es como cuando en el XIX med¨ªan los cerebros para explicarse las diferencias raciales o sexuales; lo que te lleva a ser como eres es una combinaci¨®n de la carga gen¨¦tica y la historia personal y la de la humanidad¡±, resume Hustvedt (Minnesota, 1955).
Entre las proteicas lecturas del libro, la esposa del escritor Paul Auster (etiqueta no muy de su agrado) intenta ser puente entre los que creen indiscriminadamente en la tecnolog¨ªa y los que est¨¢n encerrados con el arte. ¡°En los estudios de neurociencia afloran presupuestos filos¨®ficos a¨²n no cerrados, se hace la pregunta 357 cuando las 356 anteriores no se han resuelto, todos se suben a una escalera que tiembla¡±, dice. Por eso, defiende, la Inteligencia Artificial est¨¢ en punto muerto: ¡°Se toma la mente s¨®lo como un ordenador y el problema de cuerpo y mente nos remite a Pit¨¢goras y a Plat¨®n¡±.
Pertrechada de nombres y puntos de vista, Hustvedt encarna lo que defiende: ¡°La ¨²nica diferencia entre una intelectual mujer y un intelectual hombre es que aquella ha de estar preparada para ser atacada y castigada; lo que en el hombre es sensibilidad y brillantez, en la mujer es emotividad y pretenciosidad¡±, ilustra. ¡°La clave est¨¢ en alejarse y examinar los prejuicios que todos tenemos¡±.
Con esa voluntad as¨¦ptica llega a la conclusi¨®n, en el ¨¢mbito de la construcci¨®n del conocimiento, de que existe una especie de plaga en el mundo intelectual: ¡°Es el consenso cultural, que en lo literario se traduce en ese dominio de la novela realista con familias disfuncionales y un uso gramatical y de l¨¦xico no demasiado alejado del periodismo¡ La literatura y el arte siempre han sido resultado de la necesidad de confirmar la visi¨®n del mundo de uno; lo que ha ocurrido es que la explosi¨®n tecnol¨®gica ha generado una masa de informaci¨®n brutal que, ir¨®nicamente, ha consolidado una extra?a mediocridad e uniformidad¡±. Y en esa l¨ªnea, el thriller y el best-seller fagocitan la alta literatura: ya nadie, dice, puede apreciar el suspense en Henry James. Hustvedt tiene explicaci¨®n cient¨ªfico-art¨ªstica, claro: ¡°El ser humano integra c¨®digos y convenciones y con la lectura generamos nuestra capacidad de entender y para eso se necesita tiempo y llevamos ya bastante con un determinado marco conceptual literario que al final no nos va a dejar comprender otros modelos; la literatura de best-seller est¨¢ asfixiando otras formas de explicar, narrar el mundo¡±.
Iconoclasta, la autora de Todo lo que am¨¦ esquiva alguna respuesta del feminismo, como la petici¨®n de cuotas o ciertos estudios culturales. ¡°Me interesa menos buscar paridades en empresas que las razones subyacentes en la discriminaci¨®n¡±. Y lo ejemplifica con lo que ha bautizado como ¡°la negaci¨®n del origen¡±: ¡°En toda la filosof¨ªa y el arte occidental est¨¢ la muerte, pero se suprime el nacimiento, aquello que distingue al hombre de la mujer; ?por qu¨¦?: es el miedo humano a la dependencia del nacido y eso lleva a suprimirlo¡ Pero eso tiene ramificaciones pol¨ªticas: el hombre aut¨®nomo, racional, soltero, self-made man, que no nace, que no depende de nadie¡ Eso es una fantas¨ªa total, pero eso es Donald Trump¡±.
En 2008, Auster asegur¨® a este diario que EEUU viv¨ªa una guerra civil de las ideas; ?acert¨®? ¡°Paul suele expresarse con hip¨¦rboles, pero ten¨ªa raz¨®n: hay una guerra de ideas en EEUU con dos grandes principios disparados por Trump: el racismo y la misoginia; tiene una explicaci¨®n demogr¨¢fica: los blancos han perdido su estatus por ser blancos, y esa verg¨¹enza, humillaci¨®n y miedo por perder su hegemon¨ªa, azuzado por la brecha entre el mundo rural y el urbano, les ha llevado a votar a un Trump cuyos comentarios sobre las mujeres, en vez de desacreditarlo, le ayudaron; pero eso es el mismo discurso del populismo de derechas que ahora se ve en Europa y es lo que hay tras el Brexit¡±. Hustvedt lo tiene claro: ¡°Hillary Clinton no habr¨ªa podido ganar nunca, izquierda y derecha tuvieron un trato mezquino con ella, acus¨¢ndola de demasiado fr¨ªa, cerebral, intelectual; pag¨® la misoginia del pa¨ªs de los cowboys y las pistolas¡±.
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