Arte y Cine, un travel¨ªn de amor eterno
Caixaforum Madrid dedica una monumental exposici¨®n a la fruct¨ªfera relaci¨®n de ambas disciplinas
Cuando Henri Langlois decidi¨® fundar la Cinemateca francesa en 1936 lo primero que pens¨® fue en contar con un edificio que hiciera las veces de museo. El hist¨®rico cin¨¦filo consideraba, como Marcel Duchamp, que para que algo se convirtiera en Arte, bastaba con exponerlo en un museo. Por aquellas fechas, la Cinemateca no dispon¨ªa de demasiado material. Eso vendr¨ªa despu¨¦s y en cantidades ingentes tal como se puede comprobar en la monumental exposici¨®n Arte y cine. 120 a?os de intercambios que hasta el 20 de agosto se puede ver en CaixaForum Madrid. Concebida como un largu¨ªsimo travelling, por sus fotogramas desfilan m¨¢s de 350 piezas con las que quiere certificar una relaci¨®n que arranca con el Impresionismo y la que la era digital ha dado aportaciones descomunales.
La exposici¨®n intenta ser tan did¨¢ctica como apabullante. Organizada de manera cronol¨®gica, en las sucesivas salas se mezclan nada menos que 56 pel¨ªculas, 203 pinturas, 10 videoinstalaciones, 52 carteles hist¨®ricos. Los autores son nombres tan conocidos como Luis Bu?uel, Marc Chagall, Charles Chaplin, Jean Cocteau, Salvador Dal¨ª, Marcel Duchamp, Sergu¨¦i M. Eisenstein, Max Ernst, Henri Foucault, Jean-Luc Godard, Alfred Hitchcock, Yves Klein, Fritz Lang, Fernand L¨¦ger, Roy Lichtenstein, Auguste y Louis Lumi¨¨re, David Lynch, Claude Monet, Eadweard Muybridge, Francis Picabia, Pablo Picasso, Aleksandr R¨®dchenko, Jos¨¦ Val del Omar o Andy Warhol, entre otros muchos.
El comisario de la exposici¨®n es Dominique Pa?ni, exdirector de la Cinemateca, coleccionista de Arte y admirador confeso de la obra de Eduardo Arroyo ¡°por sus soberbios estudios sobre la obra de Alfred Hitchcock¡±. Reconoce que hablar de la relaci¨®n entre arte y cine no es ninguna novedad absoluta porque es algo obvio desde hace mucho tiempo. Su concepto expositivo es una certificaci¨®n personal de que ese v¨ªnculo se crea a partir del inter¨¦s com¨²n de capturar el tiempo. Y as¨ª lo demuestra desde el mismo arranque de la exposici¨®n mostrando juntos el ¨®leo de Monet Las rocas de Belle-?le, (1886) y las im¨¢genes obtenidas en el mismo lugar de la Breta?a francesa diez a?os despu¨¦s por los hermanos Lumi¨¨re con el mismo mar golpeando las rocas de los mismos acantilados.
Despu¨¦s de mostrar los intereses comunes m¨¢s primitivos de la historia de amor entre el arte y el cine, la exposici¨®n se va abriendo por d¨¦cadas y por los movimientos art¨ªsticos m¨¢s significativos del siglo XX hasta llegar a la etapa actual. ¡°No se me ha permitido, aunque me hubiera gustado¡±, bromea el comisario, ¡°que no hubiera habido compartimientos estancos. Hubiera preferido que las proyecciones se cruzaran sin control sobre las pinturas, que de techos y paredes brotaran todos los materiales expuestos. Con sentido com¨²n, no me lo han permitido, porque el visitante podr¨ªa enloquecer en medio de un bosque de im¨¢genes y sonidos. Pero ese ser¨ªa el aut¨¦ntico sentido de la exposici¨®n¡±.
Frustrado el plan irrealizable del comisario, la exposici¨®n est¨¢ perfectamente ordenada en nueve secciones en las quede permite realizar un recorrido por d¨¦cadas, desde el cine primitivo hasta el cine digital y la imagen construida. Los hermanos Lumi¨¨re aparecen junto a los maestros del impresionismo, Chaplin con los artistas de vanguardia, Dal¨ª con Hitchcock, Jean-Luc Godard con Andy Warhol e Yves Klein, hasta llegar a la ¨¦poca de las instalaciones y del videoarte.
Las pel¨ªculas seleccionadas, completas o fragmentos son aut¨¦nticas joyas. Junto a secuencias y t¨ªtulos muy conocidos, de repente surgen obras menos populares como el fragmento del primer filme en el que se ve a Picasso trabajando en su taller. Reacio a colaborar con el cine en sus primeros momentos, el artista malague?o se acab¨® prestando a que las c¨¢maras intentaran capturar la energ¨ªa y el talento insuperable con el que se enfrentaba a cada obra en la soledad de su taller.
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