Retorcidos por el dolor

a noche del viernes cuando termino Betroffenheit,la coreograf¨ªa de dos horas de duraci¨®n de la canadiense Crystal Pite, el p¨²blico que llenaba el Mercat de les Flors no solo aplaudi¨® sino que rugi¨® entusiasmado puesto en pie ante el dolor, la belleza y calidad artista que destila este espect¨¢culo. Su ¨²nica pega es que los numerosos textos se recitan en ingl¨¦s sin subtitular por expresa petici¨®n de la core¨®grafa, que tampoco ha concedido ninguna entrevista, lo que resta compresi¨®n a esta desbordante tragedia.

Crystal Pite (Terrace, Canad¨¢, 1970) es una de las core¨®grafas m¨¢s interesante de la actualidad a la que solicitan el Nederlans Dans Theater (NDT), el Ballet de la ?pera de Par¨ªs o el Royal Ballet entre otros. En su visita al Mercat ha tra¨ªdo el ¨²ltimo montaje para su compa?¨ªa radicada en Vancouver, Kidd Pivot y en colaboraci¨®n con la agrupaci¨®n teatral Electric Company Theatre, titulado Betroffenheit, palabra alemana que significa consternaci¨®n y que retrata la idea que sustenta a la obra. Crystal Pite cre¨® la pieza junto a su colaborador el bailar¨ªn y dramaturgo, Jonathon Young, que perdi¨® a su hija, a un sobrino y a una sobrina durante un incendio en unas vacaciones familiares.

La pieza no se presenta como una terapia cat¨¢rtica sino que su protagonista, el propio Jonathon Young bucea y se estimula a trav¨¦s de la danza en su intento por sobrevivir. La primera parte del espect¨¢culo muestra la desesperaci¨®n de Young. Su locura, las adicciones como tabla de salvaci¨®n y el mundo del cabaret, como s¨ªmbolo de ficticia alegr¨ªa, se exhiben mediante un fecundo y expresivo trabajo coral en que los magn¨ªficos bailarines de la Kidd Pivot hipnotizan al espectador. Cuerpos que se retuercen por el dolor o bailan jazz o claqu¨¦ con el fin de arrastrar al protagonista de nuevo a la vida. El fragmento en que salen a escena unas marionetas de ni?os carbonizados hel¨® la sangre del espectador.

La segunda parte de Betroffenheit es puro lirismo esc¨¦nico. Young ha aceptado su dolor y la locura se va alejando de su cerebro, no as¨ª de su coraz¨®n. En la oscuridad del inmenso escenario del Mercat el grupo va encontrando la serenidad. La excelente puesta en escena, la adecuada m¨²sica en cada momento y muy especialmente los excelentes int¨¦rpretes lograron que el dolor que encierra esta obra se convirtiera en sublime.