Pactos y pactos
?Se imaginan las reacciones, si el salvavidas del PP gobernante y corrupto hubiera sido CDC, o el PDECat?

El ventajos¨ªsimo acuerdo presupuestario conseguido por el Partido Nacionalista Vasco con el Gobierno de Mariano Rajoy la semana pasada da pie a reflexiones de alcance diverso. Es notable, por ejemplo, ver a Ciudadanos uniendo sus votos a los del PNV (137 del PP+32 de C¡¯s+5 de los jeltzales+1 de Coalici¨®n Canaria = 175) para consolidar el privilegio fiscal vasco; ese mismo privilegio que ¡ªen teor¨ªa¡ª el partido naranja quiere suprimir en nombre de ¡°la igualdad entre todos los espa?oles¡±. ?Qu¨¦ lejos queda aquella cancioncilla que Albert Rivera y sus padrinos intelectuales entonaban una d¨¦cada atr¨¢s, seg¨²n la cual ¡°los territorios no tienen derechos, s¨®lo los tienen las personas¡±!
En clave catalana, el unionismo m¨¢s rampl¨®n y m¨¢s reiterativo se ha lanzado sobre la ocasi¨®n para subrayar que, ¡°a veces, cinco diputados valen m¨¢s que diecisiete¡± (los que suman ERC y PDeCAT); para enfatizar ¡°el modelo de Ort¨²zar y Urkullu¡± por contraste con la ¡°irrelevancia¡± actual del nacionalismo catal¨¢n en Madrid; para contraponer el ¡°pragmatismo¡± de unos al ¡°fundamentalismo¡± de los otros. Seg¨²n ciertas versiones, empresarios an¨®nimos ¡ªporque no tengo noticia de que ni el C¨ªrculo de Econom¨ªa ni ninguna patronal se hayan pronunciado al respecto¡ª ¡°reclaman a la Generalitat que negocie como el PNV¡±.
Las opiniones son libres, pero los hechos son sagrados. Y el interesado coro al que acabo de referirme finge ignorar unos cuantos, sobre todo uno: que las negociaciones, los acuerdos y las concesiones, de car¨¢cter econ¨®mico o competencial, entre los sucesivos Gobiernos centrales y el nacionalismo vasco no tienen, en la pol¨ªtica espa?ola, un impacto, unos efectos ni remotamente comparables a los del m¨¢s m¨ªnimo amago de compromiso con Catalu?a.
El PNV acaba de suscribir con Rajoy un entendimiento vital para el futuro parlamentario de ¨¦ste, y lo ha hecho en el momento en que los esc¨¢ndalos de corrupci¨®n devoran al PP en toda la Espa?a donde ha gobernado o gobierna. Sin embargo, fuera de alguna queja de EH Bildu o del Podemos vasco, tal circunstancia no ha sido objeto de reproche alguno en el resto del pa¨ªs. Y bien, ?se imaginan ustedes las reacciones, si el salvavidas del PP gobernante y corrupto hubiera sido CDC, o el PDECat? No se lo imaginen, no hace falta: basta bucear en la hemeroteca del trienio 1993-96, cuando los convergentes hac¨ªan de muleta de un felipismo sacudido por los esc¨¢ndalos y forzado a ceder el 15% del IRPF: ¡°no puede ser que las regiones ricas sean cada vez m¨¢s ricas, y las pobres m¨¢s pobres¡±, clamaban los portavoces de la derecha espa?ola antes de preguntarse ret¨®ricamente ¡°en nombre de qu¨¦ idea pol¨ªtica, de qu¨¦ principio ¨¦tico se puede apoyar a este Gobierno [DEL PSOE] mendicante y claudicante¡±.
Ahora, en cambio, no hay ni mendicidad ni claudicaci¨®n, ni tampoco chantaje. Si, en lugar de Josu Erkoreka augurando ¡°15 a?os de paz fiscal¡±, hubiesen dicho algo parecido Joan Tard¨¤ o Gabriel Rufi¨¢n tras un hipot¨¦tico acuerdo presupuestario entre el Gobierno y ERC, la polif¨®nica del unionismo habr¨ªa corrido a recordar que lo contrario de la paz es la guerra, y que ese lenguaje belicista y agresivo trasluc¨ªa el fondo totalitario del soberanismo...
PP y PNV afirman al un¨ªsono que su acuerdo ¡°no perjudica a nadie¡±. Pero es evidente que la rebaja en 569 millones de euros del Cupo anual, m¨¢s la devoluci¨®n a Euskadi de 1.400 millones supuestamente cobrados de m¨¢s por el Estado en la ¨²ltima d¨¦cada s¨ª perjudica, pues detrae recursos de la caja com¨²n; vamos, que la sobrefinanciaci¨®n vasca es infrafinanciaci¨®n de los dem¨¢s. Esta realidad palmaria ha provocado fugaces s¨ªntomas de malestar o decepci¨®n en Galicia, en Valencia, en Extremadura o en Andaluc¨ªa. Pero ni el PSOE andaluz ni el extreme?o han destapado el tarro de los agravios territoriales, como s¨ª hicieron cuando Catalu?a reclam¨® un pacto fiscal; y a nadie se le ha ocurrido recoger firmas contra el acuerdo Rajoy-PNV, menos a¨²n llevarlo al Constitucional. Nadie, tampoco, ha tachado a los nacionalistas vascos de ventajistas, fenicios, semitas ¡ªep¨ªtetos familiares a los o¨ªdos del nacionalismo catal¨¢n desde hace d¨¦cadas¡ª; nadie, en fin, ha sugerido que, si los vascos quieren privilegios, antes ¡°devuelvan¡± a los inmigrantes espa?oles establecidos en Euskadi.
Y, por favor, no me digan que el problema es la ¡°deslealtad¡± catalana. Lustros antes del proc¨¦s, en el z¨¦nit de ETA y del PNV de Arzalluz, Madrid pactaba con Vitoria sin esc¨¢ndalo alguno.
Joan B. Culla es historiador.
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