?Se puede o no se puede?
Borrell advierte que la socialdemocracia se convertir¨¢ en el partido del conformismo si no se enfrenta a la pol¨ªtica econ¨®mica neoliberal
Algunas de las cosas que han pasado durante las elecciones presidenciales en Francia han ratificado los peores temores de la izquierda en Espa?a. Entre estos temores destaca uno muy paralizante, porque alimenta una fuerte sensaci¨®n de impotencia: la comprobaci¨®n de que la distancia existente al final de la legislatura entre la c¨²pula del partido socialista franc¨¦s y sus bases sociales y electorales es inmensa y tiende a crecer.
Lo que provoc¨® estos temores no eran las malas expectativas electorales y su rotunda confirmaci¨®n en las urnas. Tampoco vienen solo de que Fran?ois Hollande ganara las elecciones presidenciales de 2012 con el compromiso de forzar el abandono de las pol¨ªticas de austeridad impuestas por la Uni¨®n Europea (UE) y luego se olvidara de su promesa. ?l y su primer ministro Manuel Valls aplicaron con entusiasmo desde el Gobierno las recetas del neoliberalismo dictadas por la UE y eso les enemist¨® directamente con sus bases sociales, claro. Todo esto ha sido grave y ha mermado la enorme confianza depositada en el partido en 2012, pero hay m¨¢s cosas. Lo que ha provocado la estupefacci¨®n y el alejamiento masivo de los electores ha sido la ins¨®lita maniobra de Hollande y Valls al final de la legislatura consistente en negar su apoyo al candidato de su partido a la presidencia de la Rep¨²blica, Beno?t Hamon, y d¨¢rselo a otro candidato, el liberal Emmanuel Macron. Con la relevante particularidad de que Hamon hab¨ªa sido designado candidato mediante el voto directo de los afiliados y simpatizantes socialistas en unas primarias.
Si Hollande, que fue primer secretario del PSF hasta su acceso a la presidencia de la Rep¨²blica, y Valls, que adem¨¢s de exprimer ministro con Hollande fue el candidato derrotado por Hamon en las primarias socialistas, se atrevieron a actuar directamente contra Hamon y recomendaron a los franceses que votaran al candidato liberal ?qu¨¦ cabe esperar del partido socialista? Valls proclam¨® su diagn¨®stico: Este partido est¨¢ muerto. Si todos sus afiliados hicieran como ¨¦l, es decir, hicieran campa?a por el candidato de otro partido en unas elecciones, pues s¨ª, estar¨ªa bien muerto.
Acontecimientos como estos inciden directamente en algunos de los debates pol¨ªticos espa?oles m¨¢s candentes. Incluso provocan una sensaci¨®n de d¨¦j¨¤ vu. En Espa?a hemos visto a la c¨²pula socialista forzando el apoyo de su grupo parlamentario a la investidura de un presidente de Gobierno conservador, Mariano Rajoy, que es un entusiasta de las pol¨ªticas neoliberales (adem¨¢s de jefe de un partido con unos insoportables niveles de corrupci¨®n). No es lo mismo que Hollande y Valls aupando a Macron, pero suena muy parecido, sobre todo porque tambi¨¦n se ha hecho en contra de la opini¨®n de las bases sociales y electorales del partido socialista y en contra del secretario general designado por los afiliados en unas primarias.
Otro de los aspectos que las elecciones francesas realzan en el escenario espa?ol es la emergencia y el reforzamiento del partido que se sit¨²a a la izquierda del socialista. En Francia ha sucedido lo que antes hab¨ªamos visto ya en Espa?a. Lo que Podemos aportaba como intento de recuperaci¨®n de la intransigencia en el rechazo de las pol¨ªticas econ¨®micas aplicadas y sus destructivas consecuencias sociales ha tenido su correlato al norte de los Pirineos con la marca de La France Insoumise. All¨ª como aqu¨ª, esta emergencia ha sabido introducir una buena dosis de esperanza en los medios progresistas y los sectores sociales perjudicados por las pol¨ªticas dictadas desde Bruselas, pero al mismo tiempo ha demostrado que con el voluntarismo no basta, que su innegable fuerza es de momento insuficiente para sustituir a la vez a lo que durante d¨¦cadas han representado conjuntamente los partidos comunistas y socialistas.
Esta batalla francesa y la que se libra ahora mismo en Espa?a en el seno del PSOE y entre el PSOE y Podemos lleva a recordar aquel principio de la evoluci¨®n seg¨²n el cual la necesidad crea el ¨®rgano. El que fue ef¨ªmero aspirante del PSOE a presidente del Gobierno, Josep Borrell, lo subray¨® la semana pasada en la presentaci¨®n en Barcelona de su libro sobre la crisis del PSOE. La hegemon¨ªa de las pol¨ªticas econ¨®micas neoliberales ha provocado la respuesta y el crecimiento de los que dicen ¡°s¨ª se puede¡± combatirlas y sustituirlas, mientras el partido socialista corre el riesgo de quedarse como un partido conformista, el de los que dicen ¡°no se puede¡±.
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