La peque?a revoluci¨®n de las aulas valencianas de dos a?os
Un centenar de colegios p¨²blicos acoger¨¢n el curso que viene a 1.700 ni?os del primer ciclo de infantil
Un total de 1.728 ni?os de dos a?os empezar¨¢n el curso que viene a ir a clase en colegios p¨²blicos valencianos. Se trata de la consolidaci¨®n de una peque?a revoluci¨®n: hasta 2015 los centros educativos p¨²blicos solo aceptaban alumnos desde los tres a?os. Es tambi¨¦n la iniciativa m¨¢s novedosa del plan de la Consejer¨ªa de Educaci¨®n para aumentar el n¨²mero de alumnos matriculados en el primer ciclo de la educaci¨®n infantil, el que va de cero a tres a?os, por los beneficios que ello reporta a medio y largo plazo.
¡°Numerosos estudios destacan que la participaci¨®n en la educaci¨®n infantil produce un efecto positivo, acreditado por pruebas internacionales como Pisa. Un beneficio que alcanza a los ni?os en general y que resulta particularmente importante entre los m¨¢s desfavorecidos¡±, se?ala Miguel Soler, secretario auton¨®mico de Educaci¨®n. Las familias con menos recursos son, adem¨¢s, las que m¨¢s dificultades tienen para acceder a escuelas infantiles privadas, donde el curso de dos a tres a?os cuesta unos 280 euros al mes.
El dirigente socialista menciona, entre otros, el resumen ejecutivo sobre la educaci¨®n en la primera infancia elaborado por Eurydice, organismo dependiente de la Comisi¨®n Europea, en 2014: ¡°La participaci¨®n en la educaci¨®n infantil produce un efecto positivo en la puntuaci¨®n de lectura de los ni?os desfavorecidos superior al que se observa en quienes gozan de una posici¨®n m¨¢s acomodada¡±.
Ello no es sorprendente, afirma Soler, ya que los ni?os de familias de nivel sociocultural alto pueden adquirir habilidades similares en casa sin necesidad de ir a escuelas infantiles. ¡°La actuaci¨®n temprana es un factor fundamental en la compensaci¨®n de las desigualdades de origen, como acreditan las pruebas estandarizadas que se hacen a los 12 y 15 a?os, en las que se analiza su trayectoria educativa y el sector social de procedencia. Y es relevante, sobre todo, a partir de los dos a?os¡±.
¡°Es mejor por el ahorro, pero tambi¨¦n por la docencia¡±
¡°A los que estamos aqu¨ª nos ha tocado el gordo. Y no solo porque el ahorro econ¨®mico es muy importante, sino porque la docencia es mejor que en una guarder¨ªa privada¡±, afirma Daniel Ibarra, padre de Andr¨¦s, uno de los alumnos de dos a?os del colegio Federico Garc¨ªa Lorca de Valencia. ¡°Utilizan una metodolog¨ªa muy innovadora, con muchos talleres abiertos a los padres. No se limitan a cuidar y estimular a los ni?os¡±, a?ade Pamela Echalar, la madre de Andr¨¦s.
Aunque ahora est¨¢ funcionando bien, el arranque del programa no fue f¨¢cil, afirma Pilar Ponce, directora del Federico Garc¨ªa Lorca, un centro situado al norte de Valencia, entre la calle Clariano y la avenida de Catalu?a. Una de las cuestiones que se plantearon fue c¨®mo incluir la nueva aula dentro de la organizaci¨®n del ciclo de Infantil.
La clase empez¨® a funcionar como un ¡°ap¨¦ndice¡± del colegio, se?ala la maestra, Concha Barcel¨®, pero ha acabado configurada como un aula abierta a toda la comunidad educativa, tanto a los padres como al resto del colegio, especialmente al ciclo de Infantil. ¡°Dispones de una libertad que en otros niveles del ciclo no hay. Como no tengo que hacer nada, puedo hacerlo todo¡±, a?ade Barcel¨®, que ten¨ªa experiencia previa en el segundo ciclo de Infantil y en Primaria. La filosof¨ªa que aplican la maestra y la educadora se basa en el respeto y la creatividad: ¡°Que el ni?o juegue, experimente y sea feliz¡±.
Para acoger un aula de dos a?os, el centro debe tener un espacio apropiado disponible, y el consejo escolar y el claustro del centro han de solicitar incorporarse a la iniciativa. La Generalitat ha puesto en marcha, adem¨¢s, un plan espec¨ªfico para el profesorado.
Educaci¨®n se marc¨® como objetivo incrementar la oferta en esta etapa al inicio de la legislatura. La cuesti¨®n, explica Soler, era c¨®mo hacerlo en un contexto en el que la apertura de nuevos centros estaba pr¨¢cticamente descartada. ¡°Bastante tenemos que construir en todos los niveles educativos¡±, comenta el secretario auton¨®mico en referencia al proyecto de suprimir los barracones, las aulas prefabricadas en las que al final de la pasada legislatura estudiaban 18.000 alumnos de la red p¨²blica.
Soler conoc¨ªa la experiencia desarrollada en Cantabria de incorporar aulas de dos a?os en colegios de infantil y primaria. Estudi¨® el proceso que hab¨ªa seguido esta comunidad para ponerlas en marcha y ya en el curso de 2015 a 2016 se implantaron de forma experimental en 35 centros en la Comunidad Valenciana. Este curso se han abierto en otros 34 centros. Y el que viene se extender¨¢n a 27 m¨¢s. En total, 96 colegios.
Las nuevas aulas han sido dotadas de medios poco habituales tanto en escuelas infantiles privadas como en otras etapas educativas de la red p¨²blica. Cada aula tiene un m¨¢ximo de 18 alumnos, cuando la normativa permite elevar la ratio a 20. Y en cada clase hay una maestra y, adem¨¢s, una educadora. Esta ¨²ltima est¨¢ fundamentalmente destinada a la clase de dos a?os, pero tambi¨¦n se incorpora al ciclo de infantil del centro.
¡°De este modo conseguimos al mismo tiempo una oferta de dos a?os en centros p¨²blicos con una muy buena atenci¨®n al alumnado. Y que la educadora sirva de apoyo al resto de ciclo de infantil. Sobre todo en el curso de tres a cuatro a?os y especialmente en el primer trimestre, cuando los ni?os acaban de entrar en el colegio y requieren m¨¢s apoyo¡±.
La elecci¨®n de los centros donde se implantan las aulas se basa en la demanda potencial. La consejer¨ªa observa el n¨²mero de ni?os de cero a tres a?os en cada municipio y cruza el dato con la oferta para esa etapa, empezando por la de la Generalitat, siguiendo por la municipal y terminando por la privada. El programa tiene a¨²n mucho recorrido por delante, indica Soler: ¡°El objetivo es que, a medio y largo plazo, haya plazas suficientes como para que todas las familias que as¨ª lo deseen puden llevar a sus hijos¡±.
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