¡°Con el proyecto Castellana Norte, Madrid dice al mundo que ha vuelto¡±
El arquitecto Richard Rogers y su socio Simon Smithson, al frente del plan Distrito Castellana Norte, dialogan sobre la ambiciosa intervenci¨®n urban¨ªstica en la capital
En la planta 14 del rascacielos Leadenhall, conocido por los londinenses como el rallador de queso, se piensa el futuro de Madrid. Aqu¨ª tiene su centro de operaciones el arquitecto Richard Rogers (Florencia, 1933), premio Pritzker en 2007, al frente hoy de un equipo de dos centenares de profesionales. Una planta di¨¢fana, sin despachos, en medio de la City londinense, flanqueada por la catedral de San Pablo, el rascacielos de Lloyd's ¡ªdise?ado, como este, por el propio Rogers¡ª y el pepinillo de Norman Foster.
Desde el Pompidou parisino, que levant¨® con Renzo Piano a finales de los setenta, hasta la T-4 de Barajas, Rogers ha repartido joyas arquitect¨®nicas por el mundo. Pero detr¨¢s del creador de iconos existe un urbanista ¨²nico, un pensador de ciudades responsable de las transformaciones de Londres y de Barcelona, a cuyas alcald¨ªas asesor¨® durante sus respectivos replanteamientos recientes.
Ahora es el turno de Madrid. Su estudio ¡ªRogers Stirk Harbour+Partners¡ª es el encargado del megaproyecto Distrito Castellana Norte, antes conocido como Operaci¨®n Chamart¨ªn. Un plan de regeneraci¨®n urbana, desbloqueado despu¨¦s de diversos avatares, llamado a transformar el norte de la capital. Aspira a ser un centro de negocios que atraiga inversi¨®n extranjera. Pero, a la vez, quiere ser un barrio que respire el esp¨ªritu de Madrid y una apertura de la ciudad a la sierra. De todo ello hablan con EL PA?S el propio Rogers y su socio Simon Smithson, gran conocedor de Madrid, ciudad que disfrut¨® durante m¨¢s de diez a?os durante la construcci¨®n de la T-4.
Pregunta. ?Qu¨¦ pueden esperar los ciudadanos de Madrid de este proyecto?
Simon Smithson. Lo primero es la recuperaci¨®n del lugar. Es un gran roto en la ciudad, como si arrancas un gajo desde la M-30, que necesita ser reparado. Es una zona perdida y afecta dram¨¢ticamente a la conectividad en el norte de Madrid. Tambi¨¦n est¨¢ el AVE. Atocha est¨¢ al limite, no hay capacidad para absorber nuevos trenes. Y por otro lado, Espa?a emerge de un periodo dif¨ªcil. Este es un proyecto importante para decir al mundo: Madrid ha vuelto.
Richard Rogers. Las zonas de alrededor de las estaciones suelen estar poco cuidadas, pero tienen potencial para ser el coraz¨®n de la urbe. Las ciudades tienen esqueleto, coraz¨®n, cerebro, manos. En este proyecto veremos las ¨²ltimas tendencias en transporte. Hay un alineamiento de necesidades que nunca ha existido antes: el Estado debe solucionar la estaci¨®n de Chamart¨ªn, la ciudad necesita mostrar que est¨¢ de vuelta y quiere ser una gran capital de Europa, y el norte de Madrid tiene problemas de conectividad que deben resolverse.
P. Recorrer la Castellana de sur a norte es viajar por la historia de la ciudad. ?Qu¨¦ contar¨¢ de ella este tramo?
S. S. Cierto, es asombroso: la Castellana cuenta la historia del desarrollo del pa¨ªs. Esa es la ra¨ªz de nuestro an¨¢lisis. El primer tramo era un paseo al borde de la ciudad, a la que ibas para luego volver al centro. Despu¨¦s el barrio de Salamanca, Nuevos Ministerios, Azca, las cuatro torres¡ cada trozo de la Castellana representa los valores de una ¨¦poca. Esta secci¨®n del paseo deber¨ªa volver a sus or¨ªgenes. Hay algo maravilloso en cu¨¢n incrustado est¨¢ el concepto de paseo en la cultura espa?ola. Que la Castellana vuelva a ser un paseo es una idea bella.
P. Ustedes defienden las ciudades densas.
R. R. Las ciudades deben ser compactas. Una ciudad densa utiliza la mitad de energ¨ªa que una extendida. Lo vertical es m¨¢s sostenible, es m¨¢s eficiente utilizar un ascensor que un coche. Defiendo que debemos construir nuevos pueblos dentro de las ciudades, no fuera de ellas. Lo sostenible es desarrollar nuevos centros.
P.??C¨®mo se evita que un distrito de negocios se quede sin vida fuera del horario de oficina?
R. R.?Ese es el mayor desaf¨ªo y la parte m¨¢s interesante del proyecto. No queremos crear guetos, es importante la mezcla de usos. Pero no se trata solo de las proporciones entre los diferentes usos, sino de las din¨¢micas que creas. Las ciudades son ecuaciones qu¨ªmicas.
S. S.?Azca, por ejemplo, tiene mezcla de usos pero es un desierto, no funciona. Hay algo muy particular en el car¨¢cter de Madrid, una mezcla de trabajo y placer que le da personalidad a las calles. La calidad de vida va a ser uno de los ejes. Nos gustar¨ªa crear un distrito de negocios que hable de estar en Madrid. Para una compa?¨ªa internacional que busca un sitio para instalarse, Madrid tiene que ofrecer lo que ofrecen las otras capitales y algo propio.
P.?Se habla de seis grandes rascacielos, ?es as¨ª?
S. S. No es una idea cerrada. Los edificios altos ser¨¢n importantes, pero lo m¨¢s importante es crear un distrito de negocios vibrante con usos mixtos.
P.?Construir en Madrid, por su historia reciente, tiene el estigma de la especulaci¨®n y la corrupci¨®n. ?C¨®mo se puede combatir?
S. S.?Ese modelo de entender los proyectos como operaciones inmobiliarias no ha funcionado. Pero hay otra manera. Esto, por muchas razones, es construir ciudad, y eso no es una operaci¨®n inmobiliaria. Va mucho m¨¢s all¨¢ del simple juego de n¨²meros. Hacer una buena ciudad es interesante para todos, incluidos los promotores.
P. Adem¨¢s de la afirmaci¨®n internacional de la que hablaban, tambi¨¦n hay una afirmaci¨®n local, acerca del tipo de ciudad que quiere ser Madrid para los madrile?os.
S. S.?Lo principal es la tremenda capacidad de los madrile?os de ocupar y animar las calles, pero debe haber espacios adecuados. Las Tablas, San Chinarro¡ han sido muy exitosos en proporcionar vivienda para familias j¨®venes, funcionan muy bien a ese nivel, pero no funcionan a nivel de ciudad. Hay que crear un centro de negocios que hable de Madrid. Hay que crear espacios que inviten a la ocupaci¨®n, a la manera en que lo hacen tan bien los ciudadanos de Madrid.
P.??C¨®mo ser¨¢n las zonas verdes?
S. S.?Volviendo a las maravillas del lugar, tiene el Pardo en la puerta. ?Tienes jabal¨ªes a cinco kil¨®metros del centro de Madrid! Hay una reserva de la naturaleza a la que ahora es dif¨ªcil de acceder, ser¨ªa maravilloso abrirla. Nuestra visi¨®n es una red verde que empiece en el nuevo parque nacional en la sierra y sea conducida a la ciudad, tray¨¦ndola casi al centro. Traer las monta?as.
Explorando los usos temporales
Un proyecto de la envergadura de Distrito Castellana Norte tarda en completarse m¨¢s de veinte a?os. Por eso son clave, defiende Rogers, los ¡°usos temporales¡±. ¡°Va a llevar mucho tiempo desarrollar todo el lugar, pero eso no debe impedir utilizar trozos del lugar entretanto¡±, explica. ¡°Lo sustancial es empezar por los espacios verdes, la infraestructura urbana. Luego se pueden hacer peque?as unidades de negocio dirigidas a comunidades particulares, vivienda asequible en edificios temporales. Todo eso debe ser explorado¡±, a?ade Smithson.
El arquitecto conf¨ªa en que el consenso que parece haber ahora entre las partes implicadas permita avanzar r¨¢pido. ¡°Un edificio tarda en hacerse de cinco a 10 a?os, pero un proyecto urban¨ªstico como este tarda de 20 a 30. Eso son entre cinco y ocho gobiernos. Es un proyecto ¨²nico en una generaci¨®n, las normas no est¨¢n hechas para proyectos as¨ª. La escala temporal del proyecto requiere que todos lo contemplen de una manera diferente. Y ahora todos reconocen que es importante que tenga ¨¦xito¡±.
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