Olga Cuesta: ¡°Se ha banalizado comer sin gluten¡±
La Asociaci¨®n de Cel¨ªacos de Catalu?a registra un aumento del 600% de reclamaciones en restaurantes que se anuncian como sin gluten
La presidenta de la Asociaci¨®n de Cel¨ªacos de Catalu?a, Olga Cuesta, no lo duda: ¡°Se ha banalizado comer sin gluten¡±. Y en parte, es culpa de la ¡°moda"? que se ha extendido en los ¨²ltimos tiempos independientemente de si hay un problema de intolerancia a esta prote¨ªna, como les pasa a los cel¨ªacos. Debido a esta tendencia, muchos establecimientos que no siguen bien los protocolos para garantizar que lo que sirven es sin gluten ofrecen este tipo de alimentaci¨®n sin garant¨ªas. Por eso, la Asociaci¨®n de Cel¨ªacos de Catalu?a ha iniciado la campa?a Las trazas cuentan. La asociaci¨®n ha registrado un aumento del 600% de incidencias y reclamaciones entre 2014 y 2017 en restaurantes que se anuncian como sin gluten pero que no garantizan la elaboraci¨®n ni manipulaci¨®n de estos alimentos, por lo que acaban conteniendo trazas.
¡°Un cel¨ªaco necesita un diagn¨®stico claro¡±, apunta Cuesta, que lamenta que se haya despreciado la problem¨¢tica del gluten. La celiaqu¨ªa es una patolog¨ªa cr¨®nica que se presenta en individuos gen¨¦ticamente predispuestos. La ingesta de gluten, una prote¨ªna presente en cereales como el trigo, el centeno, la espelta, el kamut, la cebada, la avena o el triticale, les da?a las vellosidades del intestino delgado, de tal forma que no absorben todos los nutrientes de la alimentaci¨®n. Si no se tratan, ¡°los cel¨ªacos siempre est¨¢n bajo m¨ªnimos¡±, dice Cuesta.
Los s¨ªntomas de la celiaqu¨ªa son variados y m¨¢s claros en los menores. En adultos, incluso hay casos asintom¨¢ticos, de forma que el diagn¨®stico se alarga. Algunos de los s¨ªntomas digestivos son diarrea, estre?imiento o dolores abdominales, pero tambi¨¦n hay otros como la fatiga, la p¨¦rdida de peso, la infertilidad, la osteoperosi o la depresi¨®n.
De media, un adulto tarda siete a?os en ser diagnosticado. ¡°Es una enfermedad muy camale¨®nica, a los cel¨ªacos hay que buscarlos¡±, cuenta Cuesta, y todav¨ªa hoy, que hay mucha m¨¢s informaci¨®n, se calcula que el 80% de los que la padecen no est¨¢n diagnosticados. En cifras generales, el 1% de la poblaci¨®n tiene esta intolerancia. Lo m¨¢s grave es que puede acabar con un linfoma, un c¨¢ncer intestinal.
La misma presidenta de la asociaci¨®n fue diagnosticada con 40 a?os, despu¨¦s de mucho tiempo de no encontrarse bien pero no saber qu¨¦ le pasaba. El diagn¨®stico de su hija fue clave para darse cuenta de que ella ten¨ªa el mismo problema. El protocolo que se sigue pasa por el m¨¦dico de cabecera primero, por hacerse una serolog¨ªa, derivar el paciente al especialista, y hacer una biopsia que confirme la celiaqu¨ªa, y despu¨¦s ir al digest¨®logo, que determina la dieta m¨¢s conveniente.
Aunque la oferta para cel¨ªacos aparentemente se ha multiplicado, en la pr¨¢ctica siguen teniendo bastantes problemas cuando quieren comer fuera de casa. La mayor¨ªa de establecimientos que han florecido en los ¨²ltimos dos a?os no ofrecen las garant¨ªas que necesitan, de forma que solo se pueden fiar de los locales que tienen el sello de la asociaci¨®n, que es la encargada de auditar bares y restaurantes sin la colaboraci¨®n de la administraci¨®n.
¡°Se ha perdido el rigor que necesitamos¡±. Para llevar a cabo la dieta correctamente no solo el alimento debe estar libre de gluten, sino que necesitan que en la elaboraci¨®n y el servicio no haya contaminaci¨®n cruzada, que puede generar trazas en los alimentos. Adem¨¢s, la dieta sin gluten no es recomendable para las personas que no tienen ning¨²n problema con esta prote¨ªna, porque en los productos libres de gluten, para compensar la elasticidad que da esta prote¨ªna a los alimentos se a?aden m¨¢s grasas y az¨²cares.
Ayudas p¨²blicas e inspectores
Adem¨¢s de las trazas, el otro gran problema que tienen es el precio de los alimentos sin gluten. Aunque las marcas blancas han ayudado a moderar un poco los precios, la cesta de la compra sigue siendo 100 euros m¨¢s cara para una persona que tiene que comprar el pan, la pasta y los cereales sin gluten. Adem¨¢s, como que se trata de una enfermedad con base gen¨¦tica, normalmente, afecta a m¨¢s de un miembro de la misma familia.
¡°En ¨¦poca de crisis nos hemos encontrado con casos de gente doblemente castigada y que han tenido que dejar de comprar alimentos sin gluten a los hijos y ponerlos en riesgo¡±, explica Cuesta, que preside la asociaci¨®n creada hace 40 a?os para ayudar a las personas afectadas por esta enfermedad, que no reciben ning¨²n tipo de ayuda p¨²blica. ¡°C¨®mo el tratamiento es una dieta, no se ve como un tratamiento¡±, lamenta. ¡°Nosotros pedimos que la administraci¨®n cubra este coste¡±, a?ade, como pasa en otros pa¨ªses europeos.
La otra principal reivindicaci¨®n de la Asociaci¨®n de Cel¨ªacos es que se formen a los inspectores sanitarios para que comprueben si los establecimientos acreditados sin gluten cumplen los protocolos. De momento, es la asociaci¨®n quien gestiona el sello de los establecimientos y lo revalida. Por eso piden que los inspectores sanitarios del ¨¢mbito de la restauraci¨®n tambi¨¦n tengan formaci¨®n en este campo y certifiquen si los locales cumplen las exigencias.
Los comedores escolares son otro de los puntos conflictivos. No son partidarios de los puntos que se dan a las familias con esta problem¨¢tica para tener ventaja a la hora de escoger centro, sino ¡°que se garantice un men¨² sin gluten¡± en todos los comedores. "Cada semana tenemos incidencias con escuelas", apunta Cuesta. Desde la asociaci¨®n intentan hacer de mediadores e ir poniendo soluciones a estos problemas mientras est¨¢n en conversaciones con la administraci¨®n para que sea m¨¢s activa.
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