El c¨¢non subvertido
Ahora la estatua del Disc¨®bolo es un hombre de raza negra y la Venus de M¨¦dici tiene genitales masculinos y pechos femeninos
Ahora la estatura del Disc¨®bolo es un hombre de raza negra y la Venus de M¨¦dici tiene genitales masculinos y pechos femeninos, es hermafrodita. El artista Mateo Mat¨¦ (Madrid, 1964) subvierte de esta manera los longevos c¨¢nones de belleza y equilibrio haciendo leves intervenciones, con precisi¨®n cirujana, en estatuas cl¨¢sicas grecolatinas. ¡°A veces basta con a?adir 20 gramos de escayola para cambiar los significados¡±, dice el artista. Con estas breves reformas estas estatuas, que representan el ideal humano occidental y patriarcal, se parecen m¨¢s a Espa?a y al mundo. Forman parte de la instalaci¨®n site specific titulada Canon, que se puede ver en la sala Alcal¨¢ 31 (en ese n¨²mero de esa calle) de la Comunidad de Madrid hasta el 23 de julio.
Al entrar el visitante se enfrenta a un laberinto en el que, si evita las trampas y los caminos ciegos, llega a recorrer la veintena de estatuas ¡°tuneadas¡± que tambi¨¦n tienen como correlato el trayecto vital y sus diferentes fases. Porque la existencia no transcurre siempre por donde queremos ni resulta ser lo que nos esperamos: no hay vidas can¨®nicas. Por el final el Cad¨¢ver de Ren¨¦ de Chalon, m¨²sculo y hueso, con el coraz¨®n (literalmente) en la mano, ejerce de t¨¦trico memento mori.
Calvicie, carnes fl¨¢cidas, arrugas, mutantes raros: nos encontramos por aqu¨ª a un Adonis (obeso), con unos notorios kilos de m¨¢s, la Venus del Esquilino (embarazada), el Disc¨®bolo en reposo (viejo), el Hipoc¨¦falo, hombre con cabeza de caballo, o un praxiteliano Apolino convertido en Apolina. ¡°Lo que observo es que el canon grecolatino, que est¨¢ obsoleto y roto mil veces, sigue vigente en nuestras sociedades, por ejemplo a trav¨¦s del cine o la publicidad¡±, dice el artista. Y no solo en el ideal atl¨¦tico y soldadesco de las esculturas masculinas: ¡°Las mujeres se representan en el canon griego como veintea?eras arist¨®cratas preparadas para la maternidad y la gesti¨®n de un hogar¡±.
El objetivo es disolver lo apol¨ªneo y mostrar ciertas divegencias significativas; as¨ª hacer que el espectador ¡°experimente ese ruido entre lo que uno piensa que vive y lo que vive en realidad, y que la pr¨®xima vez que vea este tipo de im¨¢genes las vea ¡®manchadas¡±, dice Mat¨¦. ¡°No se trata tanto de romper con estas figuras como de solaparles otra imagen¡±.
Las reproducciones escult¨®ricas han sido realizadas en el taller de vaciados de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y dialogan con una serie de reproducciones prestadas para la ocasi¨®n por el Museo Nacional de Escultura, con sede en Valladolid. ¡°La idea era acudir al origen, a esos moldes originales (que a su vez son copias de copias de copias) que han creado la norma para los artistas¡±, dice Mat¨¦. Son las im¨¢genes que se copian a carboncillo en escuelas y facultades de Bellas Artes y se graban a fuego en la mente de los creadores. Y a partir de ah¨ª hacer ese hackeo. ¡°Concibo al artista como a un tenista, que, de un golpe, desv¨ªa la trayectoria de la vida con la misma energ¨ªa¡±, apunta Mat¨¦
?Pero no est¨¢ la diferencia, lo ajeno a lo normativo, cada vez m¨¢s aceptada en nuestras sociedades? ¡°Es cierto que estamos en ello, y las leyes ya existen, pero esa supuesta libertad para expresarse y comportarse como uno siente o desea a veces solo se da en grandes ciudades y en ciertos pa¨ªses¡±, opina el artista.
La obra se inscribe en uno de los intereses de Mat¨¦, el estudio de la relaci¨®n del arte con el poder. En este sentido ha llevado a cabo propuestas como la instalaci¨®n ?rea restringida, que dibujaba mapas con cintas dentro de las salas de artes, fronteras que eran estrictamente vigiladas por los guardas del museo y las c¨¢maras de seguridad, o Paisajes uniformados, en el que compara los estampados de las vestimentas de camuflaje con la mancha en el lienzo de los pintores impresionistas. ¡°Un invento tan bello como el impresionismo pudo traducirse en c¨®digos militares¡±, dice el artista. Una denuncia de la obsesi¨®n por la vigilancia y el control o la militarizaci¨®n de los espacios art¨ªsticos y hasta dom¨¦sticos.
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