Puigdemont se ofrece a ir al Congreso y Rajoy exige que se vote su proyecto

Carles Puigdemont quiere acudir ¡°lo m¨¢s pronto posible¡± al Congreso de los Diputados a explicar su plan de convocar un refer¨¦ndum de independencia en Catalu?a el 1 de octubre. El presidente catal¨¢n ha enviado este viernes una carta a la presidenta de la C¨¢mara, Ana Pastor, en la que solicita poder participar en un debate, siempre y cuando no haya votaci¨®n posterior. La respuesta fue tan r¨¢pida como contundente desde La Moncloa: Puigdemont no puede ¡°poner obst¨¢culos a que el Congreso d¨¦ su opini¨®n a trav¨¦s de una votaci¨®n parlamentaria¡±. Pero la C¨¢mara lo estudiar¨¢.

La presidenta del Congreso, Ana Pastor, tiene previsto solicitar un informe a los letrados de la C¨¢mara para saber c¨®mo puede comparecer Puigdemont. El reglamento solo contempla esta posibilidad cuando se defiende una proposici¨®n de ley que parta de un Parlamento aut¨®nomo o una propuesta de reforma del Estatuto, siempre y cuando posteriormente ese debate derive en una votaci¨®n. La v¨ªa reclamada por la Generalitat solo ser¨ªa posible a trav¨¦s de una comparecencia extraordinaria en la Comisi¨®n Constitucional, en la que podr¨ªan participar los portavoces parlamentarios y cualquier ministro.

Pero el Gobierno se niega de forma tajante a permitir la exigencia de la Generalitat y, a trav¨¦s de un comunicado, ha respondido a la propuesta remitida al Congreso por Puigdemont. En esa nota, el Ejecutivo de Rajoy afirma que el presidente auton¨®mico se tiene que explicar, pero rechaza que sea ¨¦l quien ponga las reglas de su comparecencia parlamentaria. ¡°No puede condicionar ning¨²n formato parlamentario¡±, reza el comunicado enviado por la tarde, que deja la decisi¨®n en manos del Congreso.

En los ¨²ltimos meses, el Gobierno catal¨¢n ha reiterado que solo ha obtenido dos tipos de respuestas por parte del Ejecutivo del PP a sus peticiones. O silencios, como el que sigui¨® al documento con 46 reivindicaciones que Puigdemont traslad¨® a Rajoy, o negativas, como la carta con la que respondi¨® a su propuesta de negociar los elementos clave del refer¨¦ndum de independencia. Una propuesta que Rajoy se niega a negociar porque considera que eso supondr¨ªa quebrantar la soberan¨ªa del conjunto de los espa?oles. En ese sentido de las negativas interpreta tambi¨¦n el Govern el comunicado de ayer.

Con la carta enviada por Puigdemont a Pastor, la Generalitat pretend¨ªa dejar la iniciativa en manos del Ejecutivo central, aunque la misiva iba dirigida al Congreso. De hecho, Puigdemont quiere contar en la C¨¢mara con un debate de la mayor trascendencia y, por lo tanto, en el que participe el presidente del Gobierno. Pero sin votaci¨®n. La carta deja claro que la voluntad de Puigdemont es ¨²nicamente explicar y que el Congreso escuche ¡°las razones por las cuales¡± se ha llegado ¡°hasta aqu¨ª¡± y por qu¨¦ la Generalitat ¡°solicit¨® dialogar sobre la propuesta de refer¨¦ndum¡±. No evita batirse con el resto de l¨ªderes parlamentarios, pero se niega a que luego haya una votaci¨®n. El motivo es que se quiere impedir un revolc¨®n, dada la amplia mayor¨ªa antirefer¨¦ndum que se aglutina alrededor del PP, PSOE y Ciudadanos. En cambio, desde La Moncloa quieren escuchar el plan unilateral de la Generalitat y tambi¨¦n el contenido de la Ley de Transitoriedad Jur¨ªdica; y, despu¨¦s, valorar el proyecto con una votaci¨®n.

La carta mantiene viva la oferta de di¨¢logo de Puigdemont, pese a que las entidades independentistas le instan a centrarse en el refer¨¦ndum unilateral. Pero tambi¨¦n es un reflejo de las dudas que asisten al Gobierno catal¨¢n una vez que se ha anunciado la fecha de la consulta y la pregunta.

La Generalitat y el propio Puigdemont han cambiado de criterio en varias ocasiones sobre c¨®mo ten¨ªa que responder a la propuesta lanzada por la vicepresidenta del Gobierno, Soraya S¨¢enz de Santamar¨ªa, para que el Gobierno catal¨¢n llevara su plan de refer¨¦ndum al Congreso. La respuesta de la Generalitat, todav¨ªa en caliente, fue contundente: ¡°No¡±. Quer¨ªan evitar una bochornosa derrota como la que sufri¨® el plan Ibarretxe y reclamaban un pacto previo entre Ejecutivos. Puigdemont dej¨® entonces en manos de La Moncloa o del Congreso la iniciativa. Esta no lleg¨®, y ahora en parte se rectifica la estrategia. Pero la pelota vuelve a estar en el tejado del Palau de la Generalitat. A la espera de lo que digan los letrados del Congreso.