Los museos salen del armario
Museos, salas de exposiciones y artistas se suman a la celebraci¨®n del World Pride abordando con sus colecciones temas de identidad y orientaci¨®n sexual
San Sebasti¨¢n: joven soldado semidesnudo. Atado a un ¨¢rbol o a un poste, lo que hace que su cuerpo, bien torneado como corresponde a su profesi¨®n, dibuje una curva sinuosa. Rostro con la mirada perdida y el gesto justo que precede al gemido de placer o al de dolor, es muy fina esa frontera... hay quien ni siquiera la pone. ?M¨¢rtir romano o icono gay?, ?cuerpo que se ofrece o que se retuerce?, ?protector de la peste o del sida, que no deja de ser una de las pestes actuales?
?Cu¨¢ntas lecturas tiene una obra de arte? En 2017 deber¨ªa estar claro que no hay una visi¨®n ¨²nica de casi nada y la que se ha impuesto a lo largo de los siglos se va desmontando. As¨ª, la historia del arte deja de ser un camino fijo, guiado por las flechas y catenarias de los museos que no dejan al espectador salirse del recorrido. Muchos de los contenedores, protectores y constructores de las artes pl¨¢sticas, ya sean museos, fundaciones, salas de exposiciones o galer¨ªas, quieren ir m¨¢s all¨¢ de una simple apertura de puertas, de hacerse m¨¢s sociales. Quieren vivir la calle, volverse reversibles, mostrar todas sus facetas, decir lo indecible (lema del D¨ªa Internacional de los Museos, celebrado el 18 de mayo) y se unen a la celebraci¨®n del World Pride de este a?o. Usando la frase popular: salen del armario. Dejan abiertas las puertas del ropero, como abierta y colorida est¨¢ la Puerta de Alcal¨¢ en el logotipo oficial de esta celebraci¨®n mundial.
¡°Es obligaci¨®n de las instituciones pensar en la diversidad de p¨²blicos y de las colecciones, normalizar lo que hasta ahora, por el peso de la tradici¨®n, no se ha podido contar¡±, argumenta Ana Moreno, jefa del ¨¢rea de Educaci¨®n del Museo Thyssen. Esta pinacoteca ha organizado un itinerario titulado Amor diverso, un recorrido que aborda conceptos como identidad y orientaci¨®n sexual a trav¨¦s de 15 obras de la colecci¨®n, desde San Sebasti¨¢n de Bronzino, de 1533, hasta obras contempor¨¢neas de Hockney o Bacon. En la acera de enfrente, su vecino, el Museo del Prado, tambi¨¦n alumbra con una nueva luz 30 de sus piezas en La mirada del otro, un programa que invita al visitante a contemplar la realidad hist¨®rica e incontestable que es que siempre han existido identidades de g¨¦nero que se salen de la divisi¨®n binaria normativa (mujer y hombre) y relaciones sentimentales entre personas del mismo sexo. La semana pasada, durante la presentaci¨®n de este recorrido, Carlos G. Navarro -uno de los comisarios del itinerario- dijo que esta idea era a¨²n impensable en algunos de los que considera ¡°museos hermanos¡± como el Hermitage de San Petersburgo, o los Museos Vaticanos.
Sin embargo, en otros m¨¢s peque?os de la capital se ha trabajado en programas muy elaborados. Es el caso del Museo de Am¨¦rica y de su programa Trans, que va m¨¢s all¨¢ de una exposici¨®n. Son cinco muestras, encuentros, mesas redondas y un cat¨¢logo que supera el modelo convencional de an¨¢lisis y compendio de obras. Es una suerte de ensayo con una amplia visi¨®n art¨ªstica, hist¨®rica, antropol¨®gica y legal sobre la transexualidad como una de las caracter¨ªsticas comunes a todos los grupos humanos, en todas las culturas y en cualquier ¨¦poca. En las cr¨®nicas de los primeros que llegaron a Am¨¦rica ya hay constancia de este hecho, como se puede ver en la carteler¨ªa de Trans. Diversidad de Identidades y Roles de G¨¦nero. Por ejemplo, en el Vocabulario castellano zapoteco, texto an¨®nimo del siglo XVI, existen m¨²ltiples t¨¦rminos para nombrar la diversidad sexual: hombre no austero ni vano, mujer, hombre amujerado, mujer varonil, puto sodomita, puto que se hace mujer. Las obras expuestas muestran como la culpabilizaci¨®n y la invisibilidad de estas condiciones llega con la occidentalizaci¨®n (entre 2008 y 2016, al menos 2.343 personas han sido asesinadas en todo el mundo por ser transexuales, seg¨²n la organizaci¨®n Transgender Europe). Las piezas van desde las fotograf¨ªas contempor¨¢neas de Mar S¨¢ez, en las que retrata el universo ¨ªntimo de la pareja formada por Vera, una transexual, y su novia Victoria; pasando por las instant¨¢neas de Nuria L¨®pez, que abordan la identidad de g¨¦nero en el istmo de Tehuantepec (M¨¦xico) inmortalizando con su c¨¢mara a las muxes, mujeres trans consideradas como un tercer g¨¦nero; hasta las cer¨¢micas de entre los siglos IV y IX, que representan a sacerdotes vestidos con piel de mujer.
Que los dioses no se ajusten ni al g¨¦nero ni a las relaciones heteronormativas es un com¨²n denominador en muchas culturas, ya sean deidades de la Grecia cl¨¢sica o de la Am¨¦rica prehisp¨¢nica. No ocurre lo mismo en la Iglesia cat¨®lica, en la que Cristo, salvo contadas excepciones, no aparece desnudo, lleva un pa?o de pureza para tapar sus atributos (nadie duda que masculinos). El escultor florentino del siglo XVI Benvenuto Cellini ¨Cjuzgado por sodom¨ªa- lo represent¨® desnudo en la cruz, una imagen que se conserva en el Monasterio de El Escorial y a la que se le a?adi¨® posteriormente el pa?o de pureza. El artista madrile?o Mateo Mat¨¦, en su exposici¨®n Canon, en la sala Alcal¨¢ 31 rompe la norma para abrir hueco a la diversidad y muestra una copia de este crucificado totalmente desnudo. Tambi¨¦n cuestiona la belleza cl¨¢sica, a?adiendo edad, peso o genitales masculinos a las Venus m¨¢s famosas de la historia del arte.
Con el concepto del pa?o de pureza juega tambi¨¦n David Trullo, el artista que ha metido sus obras en las vitrinas del Museo de Artes Decorativas para que dialoguen con la colecci¨®n o para que se enfrenten a ella, para revisitar las piezas en clave homoer¨®tica. ¡°La intenci¨®n no es provocar, quiero que al visitante se le despierte algo, que se d¨¦ cuenta de algo en lo que no haya ca¨ªdo¡±, dice Trullo, que equipara la reliquia al fetiche. ?No hay quien venera un trozo de tela que supuestamente perteneci¨® a Cristo como otro puede alabar una prenda ¨ªntima de un amante? Tambi¨¦n trabaja con el concepto del beso como acto ¨ªntimo pero tambi¨¦n pol¨ªtico, reivindicativo: enfrenta una xilograf¨ªa modernista de Peter Behrens en la que dos seres (no se distingue su g¨¦nero) se besan con su fotograf¨ªa de dos luchadores mexicanos en la misma actitud. En esta l¨ªnea actuar¨¢ la artista Yolanda Dom¨ªnguez, que el pr¨®ximo 27 de junio instalar¨¢ en la plaza de Pedro Zerolo El muro de los besos prohibidos para denunciar a todos eso pa¨ªses en los que est¨¢ prohibido besar a quien se ama si no se est¨¢ dentro de la norma.
?Qu¨¦, d¨®nde y cu¨¢ndo?
Programa Trans. Museo de Am¨¦rica. Hasta el 24 de septiembre.
Queer Cabinet. Museo Nacional de Artes Decorativas. Hasta el 2 de julio.
Mateo Mat¨¦. Canon. Sala Alcal¨¢ 31 de la Comunidad de Madrid. Hasta el 23 de julio.
La mirada del otro. Escenarios para la diferencia. Museo del Prado. Hasta el 10 de septiembre.
Amor Diverso. Museo Thyssen. Itinerario.
Subversivas. CentroCentro. Hasta el 1 de octubre.
San Sebasti¨¢n, el Apolo cristiano. Museo de Historia de Madrid. Hasta el 30 de julio.
El muro de los besos prohibidos. Plaza de Pedro Zerolo. 27 de julio, 18,30.
El fin de esas prohibiciones es una de los motivos por los que se celebra el World Pride en Madrid. Se cumplen 40 a?os desde que el 26 de junio de 1977 se celebr¨® en Espa?a la primera manifestaci¨®n en la que lesbianas, gais, bisexuales y transexuales salieron a la calle, momento en el que todav¨ªa estaban vigentes algunas leyes franquistas, poco a poco el cariz de las reivindicaciones fue tomando m¨¢s color hasta llegar a la celebraci¨®n de este a?o, en el que seg¨²n la organizaci¨®n se esperan unos tres millones de personas por las calles de Madrid. Estas cuatro d¨¦cadas de lucha se ilustran a trav¨¦s de Subversivas, una exposici¨®n en CentroCentro en la que se muestran documentos, fotograf¨ªas, v¨ªdeos, campa?as publicitarias, recortes de prensa y algunos objetos como un aparato de electroshock de mediados del siglo XX con el que se pretend¨ªa curar a los homosexuales. Ponerle puertas y una l¨®gica al amor a la que este no responde. ?C¨®mo se representa Eros? Como un ser asexuado, un infante que todav¨ªa no tiene definidos sus rasgos ni masculinos, ni femeninos.
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