¡°Ser¨ªa inmoral imitar la locura de Nijinsky¡±
Baryshnikov interpreta el diario del bailar¨ªn en el TNC
La reuni¨®n de Mja¨ªl Baryshnikov y Vaslav Nijinsky, dos de los m¨¢s grandes bailarines de todos los tiempos, no ha sido, parad¨®jicamente, para danzar. En Letter to a man,el espect¨¢culo que han creado Robert Wilson y Baryshnikov sobre el alucinado diario de Nijinsky, Baryshnikov no baila, a excepci¨®n de alg¨²n apunte de paso truncado, ni imita a la legendaria figura de los ballets Rusos de Diaghilev y su m¨ªtico salto.
La obra, recalc¨® Baryshnikov al presentarla en el Teatre Nacional de Catalunya (TNC), donde la interpreta hoy y hasta el 2 de julio, ¡°es una pieza teatral y no de danza¡±, un destilado del texto de Nijinsky y su idiosincrasia, y una reflexi¨®n sobre la ambivalente potencia del acto creador y de la literatura. ¡°No es una imitaci¨®n de Nijinsky en su insanidad mental¡±, recalc¨®, ¡°eso ser¨ªa inmoral¡±.
Vaslav Nijinsky, inconmensurable bailar¨ªn y core¨®grafo que sacudi¨® los esp¨ªritus de su tiempo, sufr¨ªa, seg¨²n sus bi¨®grafos, lo que hoy llamar¨ªamos des¨®rdenes esquizofr¨¦nicos, con alucinaciones, complejos de persecuci¨®n y grandeza, y otros s¨ªntomas. Probablemente era tambi¨¦n bipolar. El estr¨¦s causado por distintos factores de su vida como la necesidad de ¨¦xito y los conflictos emocionales, unido a una vulnerabilidad psicol¨®gica constitucional, le llevaron a desarrollar la enfermedad.
Es sabido que Nijinsky, bisexual, pas¨® adem¨¢s por fases de onanismo compulsivo, algo que le acercaba a su famoso fauno.
Su famoso diario, escrito a toda pastilla en 45 d¨ªas entre el 19 de enero y el 4 de marzo de 1916 en un ruso que tira para atr¨¢s aunque sepas ruso (Nijinsky bailaba como un ¨¢ngel pero hab¨ªa sido pobremente escolarizado), es un documento sobrecogedor, a menudo ilegible, en el que se repiten sentencias obsesivamente y aparecen recurrentemente los nombres de Dios y de Diaghilev, el mentor, pigmali¨®n y amante del bailar¨ªn. Alguien ha dicho que el diario es el mayor relato escrito de un gran creador descendiendo a los abismos de la psicosis.
Baryshnikov, que dijo que su principal miedo es a perder la salud mental, se mostr¨® muy conmocionado por ese diario, el centro de todo el espect¨¢culo. Letter to a man (el t¨ªtulo procede de la ¨²ltima parte del diario, una carta desgarradora a Diaghilev en forma de poema), ¡°no es un espect¨¢culo sobre la vida de Nijinsky, sus ¨¦xitos en los escenarios de San Petersburgo y Par¨ªs con los c¨¦lebres Ballets Rusos¡±, subray¨®; ¡°no es sobre un bailar¨ªn sino sobre un artista¡±.
Destac¨® el inter¨¦s del diario, ¡°que fue un best seller en su ¨¦poca y que aqu¨ª hemos usado como material teatral¡±. Explic¨® que fue Wilson quien propuso utilizar el diario de Nijinsky y que lo que ha hecho el director es una adaptaci¨®n que recoge sobre todo los temas que m¨¢s le interesaban de un material muy extenso, entre ellos un pasaje sobre las fronteras y su abolici¨®n, y sobre el socialismo, tambi¨¦n sobre Dios y sobre el sexo¡±. Es sabido que Nijinsky, bisexual, pas¨® adem¨¢s por fases de onanismo compulsivo, algo que le acercaba a su famoso fauno.
¡°Yo aparezco con un frac, una prenda simb¨®lica que hace referencia al matrimonio de Nijinsky con el arte, a su compromiso total, que era de una gran honestidad¡±, continu¨® Baryshnikov. ¡°Tambi¨¦n me muestro con la cara pintada de blanco, algo que lleva la firma de Bob, aunque esto no es teatro psicol¨®gico, sino expresionista, muy estilizado. La obra no trata sobre un personaje perturbado sino sobre un proceso hacia la oscuridad¡±.
En la banda sonora de Letter to a man figuran temas tan inesperados como uno de Tom Waits y dos de Bob Dylan. Baryshnikov, como queda dicho, no baila, ni imita a Nijinsky para nada, aunque existe una partitura del movimiento muy calculada. ¡°No interpreto a Nijinsky sino sus palabras¡±.
Para el bailar¨ªn fue muy ¨²til la ayuda que le prest¨® a fin de adentrarse en el mundo de Wilson el actor William Dafoe, con el que trabaj¨® bajo la batuta del director en Old Woman.
Baryshnikov, que explic¨® que hab¨ªa cenado en casa de Cesc Gelabert (al que le produce un nuevo espect¨¢culo) y record¨® con cari?o y nostalgia su actuaci¨®n en el Liceo en 1969, en Don Quijote, dijo que ¡°el cuerpo y la edad¡± le encaminan a apartarse de los proyectos de danza para dedicarse al puro teatro, con dos proyectos a la vista.
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