Vuelve al Parque del Sureste una lib¨¦lula protegida
La especie ¡®Coenagrion mercuriale¡¯ reaparece al lado de la incineradora de Valdeming¨®mez tras 35 a?os sin ning¨²n avistamiento en esa zona
Como un cuento de hadas. As¨ª describe el entom¨®logo Jos¨¦ Ignacio L¨®pez Col¨®n el hallazgo de dos poblaciones de la lib¨¦lula protegida Coenagrion mercurialeen sendos manantiales del Parque Regional del Sureste. ¡°Y nada menos que a un kil¨®metro de la incineradora de Valdeming¨®mez, ?qui¨¦n lo iba a decir!¡±, se asombra todav¨ªa el investigador. La delicada especie, con un espectacular cuerpo azul y negro y alas casi transparentes, precisa para vivir de un bien escaso hoy en d¨ªa, sobre todo en una ciudad como Madrid: agua muy limpia y con cierta corriente.
La lib¨¦lula est¨¢ considerada por la Uni¨®n Europea como de inter¨¦s comunitario para cuya conservaci¨®n es preciso designar zonas de protecci¨®n. Se deber¨ªa encontrar en Europa meridional y central y norte de ?frica (Magreb), pero en muchos pa¨ªses se ha extinguido o su presencia es muy rara. Solo existen poblaciones pr¨®speras en Italia, Francia meridional (sur y suroeste), donde la especie se encuentra en declive manifiesto, y en Espa?a.
?L¨®pez Col¨®n recibi¨® el encargo de la Consejer¨ªa de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid de realizar un estudio para comprobar si la Coenagrion mercuriale viv¨ªa en el Parque Regional del Sureste. Exist¨ªan citas antiguas de su presencia en la zona de hace m¨¢s de 35 a?os. No solo localiz¨® esa lib¨¦lula, sino 16 m¨¢s, que sumadas a las 17 de las que ya se conoc¨ªa su existencia suponen el 65% de las 51 especies presentes en la regi¨®n. En Espa?a hay catalogadas 77.
El investigador se encontr¨® con un vasto territorio de 31.550 hect¨¢reas por indagar. Se visti¨® de explorador, se calz¨® el cazamariposas y, sobre todo, cont¨® con la ayuda del equipo del parque, que desempe?¨® un papel fundamental en la localizaci¨®n de la lib¨¦lula. ¡°Tuvimos suerte, nada m¨¢s empezar el trabajo me pasaron una foto y dije: esta es la que estaba buscando¡±, relata. Se acerc¨® a donde se hab¨ªa tomado la imagen, en un manantial del arroyo Valdeming¨®mez que va seco en verano salvo el tramo en el que brota el agua. ¡°Sale un poco arriba y no le da tiempo a estar contaminado¡±, concreta el entom¨®logo. Pero, por mucho que busc¨®, no logr¨® ver ning¨²n ejemplar.
L¨®pez Col¨®n no desisti¨® y continu¨® la observaci¨®n convencido de que la encontrar¨ªa en el entorno. Hasta que un d¨ªa se le ocurri¨® una idea que result¨® ser genial: se meti¨® dentro del peque?o manantial que estaba lleno de juncos. ¡°Y all¨ª estaba y hab¨ªa estado todo el tiempo, pero como vuelan entre los juncos, a medio metro por encima de la l¨¢mina de agua, no hab¨ªa forma de verla¡±, aclara.
Con ese diminuto mundo se conforman. All¨ª encuentran peque?os insectos con los que alimentarse. Tambi¨¦n depredan sobre las larvas de los mosquitos, lo que revaloriza su papel biol¨®gico como uno de los controladores naturales de esas poblaciones que generan gran alarma social cuando se reproducen de forma incontrolada.
L¨®pez Col¨®n emprendi¨® a continuaci¨®n un estudio del resto del parque, pero solo encontr¨® otro manantial que reun¨ªa las condiciones adecuadas, y all¨ª estaba tambi¨¦n la Coenagrion mercuriale. ¡°En el parque existen numerosos humedales, pero solo siete manantiales, de los que algunos est¨¢n secos y otros dos llevan agua contaminada¡±, comenta. En su opini¨®n, la lib¨¦lula los recolonizar¨ªa si estuvieran en buenas condiciones.
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