Misteriosas garant¨ªas
Si Puigdemont no logra garant¨ªas, mejor que no convoque el refer¨¦ndum porque es de temer que ser¨¢n solo para la CUP
Ma?ana termina la incertidumbre. Hasta ahora no tenemos la menor idea respecto al significado de la palabra garant¨ªas cuando sale de la boca presidencial de Carles Puigdemont. Es un significado tan vac¨ªo como la p¨¢gina de internet denominada garanties.cat, en la que se supone que se nos explicar¨¢ en qu¨¦ consisten los imprescindibles mecanismos necesarios para organizar un refer¨¦ndum de autodeterminaci¨®n el 1 de octubre.
La primera y m¨¢s fundamental garant¨ªa para un refer¨¦ndum, en el que el conjunto de una poblaci¨®n decida separarse del ¨²nico Estado democr¨¢tico que ha conocido en su vida, no est¨¢ escrita en ning¨²n c¨®digo ni contemplada por ninguna ley, y consiste en que sea todo el conjunto de poblaci¨®n el que se sienta concernido y convocado a expresarse, y no solo una parte, por amplia que esta sea. Sin partidarios de mantener los lazos con Espa?a que se sientan impelidos a participar en el refer¨¦ndum no tendr¨¢ legitimidad suficiente la expresi¨®n del deseo o voluntad democr¨¢tica de quienes quieren separarse.
Una votaci¨®n a la b¨²lgara, por encima del 90 por ciento, solo se puede producir en pa¨ªses o territorios colonizados u ocupados, pero tiene nula credibilidad cuando se trata de sociedades modernas y plurales, donde hay sentimientos e identidades tan matizadas y compartidas como sucede en Catalu?a, debidamente corroborados por las encuestas, elecciones y consultas informales hasta ahora celebradas. De ah¨ª los esfuerzos de la campa?a del s¨ª por animar la campa?a del no, tan intensos casi como los realizados para combatir a quienes se oponen a la idea misma de un refer¨¦ndum.
Habr¨¢ que ver por tanto qu¨¦ garant¨ªas dar¨¢ ma?ana Puigdemont a quienes no quieren la independencia de Catalu?a para estimularles a que vayan a votar. Si el presidente consigue convencerles, puede darse por seguro que el refer¨¦ndum tiene el ¨¦xito asegurado, mientras que si ocurre lo contrario, por mucho que gesticule la CUP, no habr¨¢ dudas sobre su fracaso.
No ser¨¢ f¨¢cil convencer a quienes no quieren que Catalu?a se constituya en una rep¨²blica aparte de Espa?a de que su opini¨®n contar¨¢ y de que es una justa abierta, es decir, que incluso su posici¨®n puede resultar victoriosa. En primer lugar porque llevamos ya cinco a?os de Proceso y no hace falta demostrar que la fiesta no se ha hecho para ellos, sino para los independentistas. A pesar de los devaneos entre el derecho a decidir e independencia, consultas y declaraciones unilaterales, cada una de las piezas de este artefacto, incluidos los medios de comunicaci¨®n p¨²blicos catalanes, est¨¢ pensada para alcanzar la independencia, no para que los catalanes se expresen y decidan sobre las cuestiones pol¨ªticas que les conciernen.
Es de temer, por tanto, que las ¨²nicas garant¨ªas exhibidas por Puigdemont tengan como destinatarios a esos socios de la CUP que con tantas reticencias y reproches le sostienen ¡ªcomo la cuerda sostiene al ahorcado, por cierto. Hay antecedentes sobre el tipo de garant¨ªas de que se trata, especialmente en las explicaciones del ex juez Vidal y del ex cantante Llach respecto a la capacidad represiva de una supuesta legalidad catalana en posici¨®n de superioridad respecto a cualquier otra legalidad. Tambi¨¦n las hay en la moci¨®n parlamentaria de JxS? y CUP que prev¨¦ retirar las ayudas los medios que no accedan a publicar la publicidad del refer¨¦ndum. Y en la vulneraci¨®n de los derechos de los diputados y grupos parlamentarios que representan a la poblaci¨®n m¨¢s ajena o contraria al independentismo.
Estas garant¨ªas son iliberales, es decir, garantizan que el r¨¦gimen que est¨¢n engendrando no ser¨¢ en ning¨²n caso una democracia liberal con divisi¨®n de poderes, Estado de derecho, primac¨ªa de la ley y esos 'controles y contrapesos' a la americana que incluyen unos medios de comunicaci¨®n fuertes y capaces de criticar a los gobiernos en la l¨ªnea de Thomas Jefferson, que prefer¨ªa un r¨¦gimen con prensa y sin gobierno que otro con gobierno pero sin prensa. Donald Trump ronda muy cerca de todo esto.
Las otras garant¨ªas son n¨ªtidas y no ofrecen espacio para la controversia. El Consejo de Europa, a trav¨¦s de la Comisi¨®n de Venecia, las ha enumerado y analizado exhaustivamente. Hay una sola legalidad constitucional, que hay que cumplir. Hay que obedecer a los tribunales. No se puede reformar las leyes electorales durante el a?o anterior a una consulta como esta. No se puede celebrar un refer¨¦ndum de autodeterminaci¨®n de forma unilateral, sino que hay que pactarlo con el Estado del que se quiere separar. Es decir, debe ser constitucional y acordado. Con esta garant¨ªa los adversarios de la independencia de Catalu?a se sentir¨ªan impelidos a ir a votar con la misma intensidad que lo har¨ªan los partidarios e incluso quienes todav¨ªa estas alturas no tienen una posici¨®n bien clara.
Si Puigdemont no las consigue, mejor que no convoque el refer¨¦ndum porque es de temer que sus garant¨ªas ser¨¢n solo para la CUP y excluir¨¢n a la mitad aproximada de la poblaci¨®n catalana. En el momento en que suceda, el presidente habr¨¢ definitivamente dejado de serlo de todos los catalanes para convertirse en un mero jefe de partido.
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