M¨¢s de 14.600 ni?os catalanes faltan a clase de forma regular
Aunque los absentistas aumentaron un 11% en un a?o, Ense?anza sostiene que la cifra est¨¢ estabilizada y no hay un crecimiento significativo
Hacer pellas, novillos o campana. Son los motes que se usan en el argot estudiantil para referirse al hecho de que un alumno, en edad de escolarizaci¨®n obligatoria, falte a clase. Sin embargo, si la ausencia es reiterada y no justificada se trata de absentismo escolar, un fen¨®meno que, por los riesgos psicosociales que conlleva, requiere la intervenci¨®n del colegio y de los servicios sociales del territorio. En el curso 2014-2015, ¨²ltimo a?o del que se tienen cifras, 14.618 ni?os de infantil, primaria y secundaria eran absentistas regulares, esto es, que faltaban a m¨¢s del 25% de las horas lectivas. Se trata de un 11% m¨¢s que el a?o anterior.
"Se recoge todo el absentismo porque los centros pasan lista de los alumnos todos los d¨ªas. Pero se considera preocupante a partir de que falten a m¨¢s del 25% de las horas lectivas¡±, puntualiza Jordi Mir¨®, director general de Atenci¨®n a la Familia y a la Comunidad Educativa del Departamento de Ense?anza. En el curso 2014-2015 se registraron 6.017 casos de absentismo en educaci¨®n infantil, 4.050 en primaria y 4.551 en secundaria. En total, se trata de un 11% m¨¢s que el a?o anterior, aunque Ense?anza sostiene que la cifra est¨¢ estabilizada. ¡°Que haya un solo ni?o absentista ya es un problema, pero no ha crecido significativamente. La situaci¨®n est¨¢ estabilizada pero hay que minimizarla y estamos trabajando en ello¡±, apostilla Mir¨®.
Cada caso es singular y se trata de un fen¨®meno en el que inciden muchos factores, sostienen los expertos. Para empezar, existen diferencias entre la ausencia a clase de un alumno de infantil y uno de secundaria. ¡°En t¨¦rminos generales, cuando los absentistas son ni?os es por problemas familiares y cuando son adolescentes es porque los padres no pueden con ellos¡±, se?ala Carlos Alarc¨®n, miembro de la comisi¨®n de infancia del Colegio de Trabajo Social de Catalu?a. En cualquier caso, agrega, el absentismo ¡°es un indicador de infancia en riesgo¡±.
¡°Hay muchos tipos de absentismo. El cr¨®nico, por ejemplo, se ve m¨¢s entre la poblaci¨®n gitana. Y aqu¨ª intervenimos con promotores escolares que act¨²an en 11 zonas y ya hemos conseguido reincorporar al 52% de los absentistas¡±, apunta Mir¨®. Tambi¨¦n existe otro estacional, se?ala, m¨¢s com¨²n en determinadas etnias centroafricanas durante las ¨¦pocas del a?o en las que hacen viajes familiares a sus pa¨ªses de origen. Adem¨¢s, agrega el alto cargo de Ense?anza, hay otra clase de absentismo vinculado a alg¨²n conflicto familiar o en el centro, como puede ser un caso de acoso escolar.
En cualquier caso, si se detecta que un alumno est¨¢ faltando a clase con frecuencia, la intervenci¨®n corre a cargo, en primer lugar, del centro educativo, que dispone de un protocolo de actuaci¨®n seg¨²n la gravedad del caso. ¡°El 90% de las veces se soluciona en el centro educativo, porque son los que est¨¢n en mejores condiciones para intervenir. Hablamos con la familia y el alumno y buscamos medidas para recuperar al absentista¡±, dice Mir¨®.
Un indicador de riesgo
En caso de que la intervenci¨®n del centro falle o no sea suficiente, el centro deriva el caso a los servicios sociales del territorio. ¡°Nosotros intervenimos porque es un indicador de infancia en riesgo¡±, apunta Alarc¨®n.
Los servicios sociales ponen especial atenci¨®n al entorno familiar. ¡°Se cita a los padres y, seg¨²n la edad, al alumno, y hacemos un diagn¨®stico social para ver d¨®nde est¨¢ la dificultad¡±, apunta Alarc¨®n. El trabajador social asegura que el absentismo suele ser el punto de partida de algo m¨¢s profundo. ¡°Es un s¨ªntoma m¨¢s y tiene que ver con una situaci¨®n y relaci¨®n parental que est¨¢ da?ada. Hay que hacer una exploraci¨®n con la familia y ver qu¨¦ recursos tienen¡±, agrega.
Las cifras del absentismo escolar
Curso 2010-2011: 13.852 ni?os faltaron a m¨¢s del 25% de las horas lectivas. De infantil y primaria, 8.734; de secundaria, 5.118.
Curso 2011-2012: Hubo 15.543 absentistas. De infantil y primaria, 10.452; de secundaria, 5.091.
Curso 2012-2013:?Faltaron 14.522. De infantil y primaria, 9.641; de secundaria, 4.881.
Curso 2013-2014: Se registraron 13.174 casos. De infantil y primaria, 8.695; de secundaria, 4.479.
Curso 2014-2015: Hubo 14.618 casos. De infantil, 6.017; de primaria, 4.050; de secundaria, 4.551.
El absentismo puede darse en ni?os de todos los estratos sociales, pero Alarc¨®n asegura que, en cualquier caso, ¡°es un elemento m¨¢s de riesgo de exclusi¨®n social¡±. Por eso la intervenci¨®n tiene que ser inmediata y eficiente, adaptada a la realidad de cada caso. ¡°Si hablamos de casos de menores donde para los padres no es prioritario que vayan al colegio, hay que hacer una intervenci¨®n de concienciaci¨®n, como dar ayudas a domicilio para echar una mano en las din¨¢micas familiares de dar de desayunar a los ni?os o llevarlos al colegio¡±, apunta el trabajador social.
Con todo, los servicios sociales b¨¢sicos tienen competencia para asistir los casos en los que el riesgo para el menor es leve o moderado. Cuando se cruza esta barrera y asumen que los ni?os corren un riesgo m¨¢s elevado en su n¨²cleo familiar, derivan el caso a los Equipos de Atenci¨®n a la Infancia y la Adolescencia (EAIA), los servicios sociales especializados en menores. ¡°Si solo hay absentismo, es dif¨ªcil que se derive el caso a la EAIA. Eso se hace cuando constatas que las necesidades del ni?o no est¨¢n siendo cubiertas y hay un posible da?o al menor¡±, concluye Alarc¨®n.
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