Una verg¨¹enza
Antes de favorecer intereses privados con el dichoso tranv¨ªa por la Diagonal, ati¨¦ndanse los intereses p¨²blicos: los del metro, sus trabajadores y toda la ciudadan¨ªa
Es mejor que comience por admitirlo: el t¨ªtulo de este art¨ªculo es un plagio descarado. Se lo rob¨¦ a una pasajera de mediana edad que permanec¨ªa apretujada cerca de m¨ª en un vag¨®n de metro lleno a rebosar el pasado 3 de julio a las 18.30. Nos mov¨ªamos por el tramo central de la l¨ªnea azul (la 5) del suburbano de Barcelona y, aunque hac¨ªa ya media hora de la te¨®rica finalizaci¨®n de la segunda franja de huelga, los trenes circulaban fuera de horario, la aglomeraci¨®n en los andenes era espectacular y, encima, el interior de los vagones semejaba a una sauna: cuando los convoyes est¨¢n parados, el aire acondicionado deja de funcionar, y se necesitan horas para que la climatizaci¨®n recupere una temperatura soportable.
Fue en ese contexto que la se?ora en cuesti¨®n, comentando con una vecina de infortunio la penosa situaci¨®n que compart¨ªamos cientos de personas, me brind¨® el titular: ¡°Esta huelga del metro es una verg¨¹enza¡±. Conste que me fij¨¦ bien en ella, y ni era una concejal de la oposici¨®n municipal, ni parec¨ªa una representante de la oligarqu¨ªa derechista, conjurada para empa?ar el brillo de la gesti¨®n municipal de Ada Colau y los suyos.
Este pasado d¨ªa 10 fue el d¨¦cimo lunes laborable consecutivo de huelgas en el metropolitano barcelon¨¦s; la d¨¦cima vez desde el 24 de abril en que ese conflicto laboral complica y amarga el inicio de la semana a cientos de miles de usuarios. Pero el ¨²nico mensaje de Transports Metropolitans de Barcelona a la ciudadan¨ªa afectada, el que aparece en las pantallas de las estaciones, es: ¡°TMB recomienda utilizar transporte alternativo¡±. La compa?¨ªa y los responsables pol¨ªticos que est¨¢n por encima de ella parecen confiar en que el problema se convierta en una rutina sufrida con resignaci¨®n: ya se sabe, los lunes hay huelga de metro, como los viernes congesti¨®n en las v¨ªas de salida de la capital...
Estoy convencido de que negociar con un comit¨¦ de empresa dominado por la CGT no es tarea sencilla ni c¨®moda. Con todo, el panorama al otro lado de la mesa no parece m¨¢s halag¨¹e?o: a la presidenta de TMB y concejal de movilidad del Ayuntamiento de Barcelona, Mercedes Vidal Lago, no ha de resultarle f¨¢cil el salto desde el activismo vecinal al liderazgo de una plantilla de 7.500 trabajadores, desde la protesta y la pancarta al parad¨®jico ¡ªpara ella¡ª papel de patronal enfrentada a los sindicatos. Para una militante de Comunistes de Catalunya (denominaci¨®n actual del antiguo PCC, la escisi¨®n prosovi¨¦tica del PSUC en 1981) resulta sin duda muy irritante tener que enfrentarse con los libertarios de la CGT y no poder aplicarles ¡ªes una met¨¢fora, naturalmente-las f¨®rmulas empleadas por Lenin frente a la revuelta de los marinos de Kronstadt, o por Comorera y Jos¨¦ D¨ªaz durante el Mayo barcelon¨¦s de 1937.
En todo caso, si el conflicto est¨¢ enquistado, si la se?ora Vidal Lago ya ha advertido de que no va a hacer m¨¢s propuestas a los trabajadores, si estos han rechazado el laudo arbitral de la Generalitat y anuncian huelgas para el Once de Septiembre y para la Merc¨¨, el Gobierno municipal tiene una alcaldesa y unos tenientes de alcalde que deber¨ªan involucrarse a fondo en el litigio y buscarle una soluci¨®n. O, por lo menos, hacer un ejercicio de transparencia y de pedagog¨ªa ciudadana que ser¨ªa muy coherente con el perfil ideol¨®gico de Barcelona en Com¨²: ?cu¨¢les son, tras tantos meses de negociaci¨®n, los obst¨¢culos que bloquean un acuerdo? ?Los altos sueldos ¡°secretos¡± de los directivos de TMB? Pues que se explique y se hagan p¨²blicas esas n¨®minas fuera de convenio. ?Los contratos temporales que la empresa no quiere convertir en fijos? Pues que se diga, se cuantifiquen y TMB argumente su posici¨®n.
Lo que no es aceptable es dejar que la situaci¨®n se pudra y los usuarios se fastidien. Lo que resulta escandaloso es llenarse la boca con la movilidad ¡°sostenible¡± e ¡°inclusiva¡± y declararle la guerra al coche privado, pero a la vez asistir impasibles al aumento de la congesti¨®n de tr¨¢fico y de la contaminaci¨®n todos los lunes, porque la huelga dispara el n¨²mero de veh¨ªculos particulares en circulaci¨®n. Antes de favorecer intereses privados con el dichoso tranv¨ªa por la Diagonal, ati¨¦ndanse los intereses p¨²blicos: los de una empresa p¨²blica, sus trabajadores y toda la ciudadan¨ªa metropolitana.
Joan B. Culla i Clar¨¤ es historiador.
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