La batalla sanitaria de Trump
Conviene ver de qu¨¦ se lamentan en EE UU para apreciar mejor qu¨¦ significa tener un sistema de salud universal y de calidad
Seis meses de pesadilla. Desde que Donald Trump gan¨® las elecciones, millones de norteamericanos han vivido sin aliento esperando a ver en qu¨¦ quedaba la contrarreforma sanitaria del nuevo presidente. EEUU nos queda un poco lejos, pero conviene ver de qu¨¦ se lamentan all¨ª para apreciar mejor qu¨¦ significa tener un sistema p¨²blico de salud, universal y de calidad como el que tenemos aqu¨ª, que protege a todos por igual independientemente de su posici¨®n social.
Trump hab¨ªa anunciado que acabar¨ªa con el Obamacare, el sistema implantado en 2010 bajo la presidencia de Barack Obama, gracias al cual m¨¢s de 20 millones de ciudadanos sin cobertura sanitaria tienen ahora un seguro m¨¦dico que cubre sus contingencias de salud. Aunque el presidente ha querido presentar su proyecto de reforma como una mejora y un ahorro al mismo tiempo, pronto ha quedado claro que no contiene mejora alguna y que el ¨²nico ahorro que contempla es para los ricos, a los que se propone eximir de los impuestos que se introdujeron para financiar la Ley de Asistencia Sanitaria Asequible que ahora se quiere desmantelar.
Pero el derribo no est¨¢ resultando tan f¨¢cil como Trump esperaba. En marzo tuvo que suspender la votaci¨®n del proyecto en la C¨¢mara de Representantes por no tener votos suficientes y ahora la deserci¨®n de varios senadores republicanos le ha obligado a retirarlo del Senado. Unos dicen que es demasiado corto, otros que la alternativa no est¨¢ clara, pero una cosa es lo que se dice y otra lo que ocurre. Adem¨¢s de la oposici¨®n frontal del Partido Dem¨®crata y de una movilizaci¨®n sin precedentes de las organizaciones m¨¦dicas y de pacientes, Trump se ha encontrado con que muchos de los senadores de su partido temen las consecuencias electorales de un cambio que perjudica de forma directa a muchos de sus votantes. Porque Trump gan¨®, y ah¨ª est¨¢ la triste paradoja de esta historia, gracias al voto popular de mucha gente pobre que pens¨®, ingenuamente, que una persona que hab¨ªa tenido ¨¦xito en los negocios, hablaba claro, despotricaba contra el sistema y promet¨ªa redimirles del abandono de las ¨¦lites, repartir¨ªa prosperidad para todos y les proteger¨ªa.
Antes del Obamacare, EEUU era el pa¨ªs que m¨¢s proporci¨®n del PIB destinaba a Sanidad y sin embargo ten¨ªa 45 millones de personas sin ninguna cobertura sanitaria. Con la reforma de Obama, la tasa de poblaci¨®n sin cobertura ha pasado del 18% al 7,8%. Cuando se opon¨ªan a la reforma, los republicanos ten¨ªan la ventaja de que se discut¨ªa sobre predicciones, futuribles. Ahora mucha gente ha podido comprobar la diferencia entre tener o no tener seguro m¨¦dico. Por eso ya no resulta tan f¨¢cil convencerles de que hay que desmantelar el Obamacare porque es s¨ªmbolo de la ¡°burocracia y el intervencionismo¡± y hay que devolver a los ciudadanos la libertad de elegir. El argumento de la libertad como el ¡°aut¨¦ntico refugio de los canallas¡±, seg¨²n ha escrito el Premio Nobel de Econom¨ªa Paul Krugman.
El Obamacare establece la obligaci¨®n de que todos los ciudadanos tengan un seguro m¨¦dico. En contrapartida, las compa?¨ªas de seguros no pueden, como hac¨ªan antes de la reforma, rechazar a nadie alegando una condici¨®n m¨¦dica preexistente, por ejemplo una diabetes. La reforma se ha financiado con impuestos a las rentas m¨¢s altas que han permitido crear un fondo federal para subvencionar a quienes, teniendo ingresos, no pueden pagar una p¨®liza, y para ampliar el Medicaid, el sistema p¨²blico que atiende a los m¨¢s pobres y que en este momento cubre a 62,4 millones de norteamericanos, el 19% de la poblaci¨®n.
La reforma de Trump pretende eliminar los impuestos a las rentas m¨¢s altas, acabar con la obligatoriedad del seguro y reducir tanto el Medicaid como el Medicare, que atiende a los jubilados. Tambi¨¦n pretende sustituir las subvenciones directas por un sistema de desgravaci¨®n lineal del coste de la p¨®liza. La Oficina Presupuestaria del Congreso, un organismo oficial pero independiente, ya ha advertido que la aplicaci¨®n de este proyecto significar¨¢ que 19 millones de personas se queden sin cobertura sanitaria en un a?o y 24 m¨¢s en una d¨¦cada. Antes del Obamacare, la primera causa de quiebra familiar eran las deudas m¨¦dicas. Estados Unidos puede volver a aquella situaci¨®n en que, para muchas familias, un diagn¨®stico de c¨¢ncer significa la ruina, y si no tiene nada que vender o hipotecar, la muerte por no poder costear los tratamientos. Hay reformas que salvan vidas. Volver atr¨¢s significa muerte. As¨ª de terrible.
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