Pol¨ªtica ling¨¹¨ªstica universitaria
Desde 1980, ning¨²n gobierno de Catalu?a ha fijado una pol¨ªtica ling¨¹¨ªstica universitaria integral con criterios homog¨¦neos para todas las universidades
Hace quince d¨ªas particip¨¦ en la Setmana del Parlament Universitari, un curso de formaci¨®n destinado a estudiantes de las universidades catalanas donde, a partir de simulaciones tutorizadas de la actividad parlamentaria, conocen la estructura, las funciones y el funcionamiento de la c¨¢mara legislativa. Me invitaron para hablar de pol¨ªtica universitaria en una comisi¨®n parlamentaria ficticia en la que se gener¨® un apasionante debate entre alumnos-diputados sobre el valor de la docencia, el reconocimiento de la investigaci¨®n, la pol¨ªtica de profesorado, las tasas universitarias y, tambi¨¦n, sobre la pol¨ªtica ling¨¹¨ªstica universitaria.
Desde 1980, ning¨²n gobierno de Catalu?a ha fijado una pol¨ªtica ling¨¹¨ªstica universitaria integral con criterios homog¨¦neos para todas las universidades, a diferencia de lo ocurrido en la educaci¨®n preuniversitaria. La excusa de tal desidia ha sido el manido recurso de preservar el principio de autonom¨ªa universitaria, que desde hace a?os se vulnera sistem¨¢ticamente en Catalu?a. En ausencia de pautas pol¨ªticas, la pol¨ªtica ling¨¹¨ªstica universitaria la han desarrollado los vicerrectorados responsables de este ¨¢mbito, quedando al albur de las sensibilidades ling¨¹¨ªsticas del equipo rectoral de turno. Afortunadamente, los servicios ling¨¹¨ªsticos universitarios siempre han demostrado una gran profesionalidad, han cubierto las carencias de los vicerrectores y, en realidad, han sido los principales impulsores de la pol¨ªtica ling¨¹¨ªstica de nuestras universidades.
Una de las supuestas prioridades ling¨¹¨ªsticas de la Secretar¨ªa de Universidades, ha derivado en fracaso y marcha atr¨¢s. Me refiero a la acreditaci¨®n de un nivel B2 de lengua extranjera para obtener la titulaci¨®n universitaria, que, tras el anuncio de algunos centros de no aplicar el requisito, se decidi¨® aprobar una moratoria de cuatro a?os. Sin cobertura legal, sin recursos econ¨®micos, sin una respuesta satisfactoria de los alumnos y sin una adecuada planificaci¨®n, el fiasco de la idea original del exconsejero Mas-Colell estaba anunciado. Por otro lado, el debate sobre el multilig¨¹ismo sigue inmerso en conceptos vagos y contradictorios, y la administraci¨®n universitaria es incapaz de precisar qu¨¦ es un entorno universitario multiling¨¹e, c¨®mo se acredita, qu¨¦ actividades acad¨¦micas engloba, a cu¨¢ntas (y cu¨¢les) lenguas implica, etc., mientras seguimos sin ser multiling¨¹es.
Normativamente, hay pocos art¨ªculos que se refieran a la pol¨ªtica ling¨¹¨ªstica universitaria y, los pocos que hay, o no se han desarrollado o no se han aplicado. El art¨ªculo 35.1 del Estatuto de Catalu?a de 2006, que escap¨® de la sentencia 31/2010 del Tribunal Constitucional, establece que ¡°el catal¨¢n debe utilizarse normalmente como lengua vehicular y de aprendizaje en la ense?anza universitaria¡±, pero todav¨ªa no sabemos en qu¨¦ se concreta este derecho ling¨¹¨ªstico. Yo pregunto a los responsables de las pol¨ªticas universitarias ?cu¨¢les son los objetivos que tienen de porcentajes de docencia impartida en catal¨¢n en los grados? ?Les perece bien (o se ajusta al art¨ªculo 35.1 del Estatuto) que de la actual oferta de unos 500 grados universitarios aproximadamente una decena se puedan estudiar ¨ªntegramente en catal¨¢n? ?Y si consideramos, como es l¨®gico, que los doctorados y m¨¢steres oficiales son ¡°ense?anza universitaria¡±, cumplen con el precepto estatutario? ?C¨®mo es posible garantizar que el catal¨¢n sea ¡°lengua vehicular y de aprendizaje en la universidad¡± si todav¨ªa hoy los programas de contrataci¨®n de profesorado de la Generalitat, como el Serra H¨²nter, permiten llegar a obtener una plaza sin saber ni una palabra de catal¨¢n? No hay criterio ni objetivos.
Tampoco queda muy claro si el gobierno de Catalu?a pretende que el catal¨¢n sea una lengua de prestigio universitario, puesto que penaliza a conciencia la investigaci¨®n universitaria escrita en la lengua propia de Catalu?a. No se promocionan las tesis doctorales escritas en catal¨¢n, ni se fomentan revistas cient¨ªficas en catal¨¢n con par¨¢metros bibliom¨¦tricos de calidad, ni se reconoce oficialmente la investigaci¨®n excelente escrita en catal¨¢n para obtener acreditaciones, tramos u otros reconocimientos cient¨ªficos. Y si no lo hace el gobierno de Catalu?a, es evidente que no lo har¨¢ ning¨²n otro gobierno del mundo.
Hace cuarenta a?os, cuando le preguntaron al presidente Adolfo Su¨¢rez si habr¨ªa ense?anza en vasco o en catal¨¢n, respondi¨®: ¡°Su pregunta, perdone que le diga, es una tonter¨ªa. Encuentre primero a un profesor que pueda ense?ar qu¨ªmica nuclear en vasco o en catal¨¢n. Seamos serios¡±. A muchos de los que todav¨ªa hoy critican aquella respuesta, como los responsables de pol¨ªtica universitaria en Catalu?a, si ahora les pregunt¨¢semos si es posible una buena investigaci¨®n universitaria escrita en catal¨¢n responder¨ªan exactamente lo mismo: "su pregunta, perdone que le diga, es una tonter¨ªa; seamos serios".
Jordi Matas Dalmases es catedr¨¢tico de Ciencia Pol¨ªtica de la UB.
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