La hijastra de Dal¨ª reivindica su lugar
C¨¦cile ?luard recuerda su vida rodeada de artistas surrealistas en un documental grabado pocos meses antes de su muerte hace un a?o
Gala Ivanovna Diakonova, la eterna musa de Salvador Dal¨ª, nunca tuvo especial inter¨¦s en ser madre. Quiz¨¢ por ello cuando estaba a punto de morir, su hija, C¨¦cile ?luard, fue a visitarla a Portlligat y el personal de servicio no la dej¨® pasar. La se?ora no quer¨ªa verla, le advirtieron, as¨ª que C¨¦cile tuvo que regresar a Francia sin despedirse de ella. Pese al paso de las d¨¦cadas, a los 97 a?os C¨¦cile a¨²n ten¨ªa clara su opini¨®n sobre su progenitora. ¡°Gala era dura. Dura e inflexible. Nos chocamos contra un muro. Es eso. Estaba en ella. Era su naturaleza¡±, resumi¨® con voz profunda y temblorosa C¨¦cile ante la c¨¢mara del director y artista visual Joan Bofill.
La hija de Gala y del poeta surrealista Paul ?luard apenas concedi¨® un pu?ado de entrevistas a lo largo de su vida. En 2015 Bofill, que le hab¨ªa mandado algunas cartas, organiz¨® varias sesiones para preguntarle por sus recuerdos. Sus declaraciones forman parte del documental C¨¦cile, hija de la raz¨®n (t¨ªtulo provisional), con el que el realizador barcelon¨¦s quiere aportar luz a su biograf¨ªa en un momento en el que, en paralelo, una vecina de Figueres, Pilar Abel, reclama en los juzgados ser hija de Dal¨ª.
¡°Fuimos trabando una amistad y descubr¨ª que la vida de C¨¦cile ten¨ªa que reivindicarse. Uno de sus tres hijos, Claire, me dijo: Tiene que ser cuanto antes porque mi madre est¨¢ empezando a perder la memoria¡±, relata Bofill. El resultado es una grabaci¨®n de cinco horas ¨ªntima y natural en la que los hijos de C¨¦cile tambi¨¦n ejercen de entrevistadores. La descendiente de Gala falleci¨® meses despu¨¦s, ahora justo hace un a?o, el 10 de agosto de 2016.
El director tuvo acceso a fotograf¨ªas y cartas in¨¦ditas, entre ellas las cari?osas misivas que Gala envi¨® a su hija ¡°pr¨¢cticamente durante toda su vida¡±, remarca Bofill, lo que complicar¨ªa la teor¨ªa de que en verdad la repudi¨®. Claire, hija de C¨¦cile, opina que probablemente Gala ya estaba en coma y que fue su entorno quien orden¨® no dejar a C¨¦cile despedirse de su madre. ¡°Es muy poco probable que Dal¨ª hubiese dicho esto nunca. Ella siempre tuvo una muy buena relaci¨®n con Dal¨ª. Era simp¨¢tico e intentaba agradar a C¨¦cile, me explic¨® ella. Solo se llevaban 14 a?os¡±, opina Bofill.
Gala abandon¨® a su marido e hija tras conocer a Dal¨ª en Portlligat
El trabajo quiere demostrar que nada es solo blanco o negro en las contradictorias aventuras familiares. Y es que, para empezar, C¨¦cile creci¨® en una casa en la que, adem¨¢s de sus padres, tambi¨¦n viv¨ªa Max Ernst, con quien Gala y Paul ?luard manten¨ªan un tri¨¢ngulo amoroso. De ni?a, C¨¦cile correteaba alrededor del director de cine Luis Bu?uel y los artistas y poetas Marcel Duchamp, Andr¨¦ Breton o Ren¨¦ Magritte. A finales de la d¨¦cada de 1920 Salvador Dal¨ª invit¨® al matrimonio ¡ªy a C¨¦cile¡ª a Cadaqu¨¦s junto a un grupo de amigos que hab¨ªa conocido en Par¨ªs. Tras ese verano Elena, as¨ª era su nombre verdadero, abandon¨® a su marido y a C¨¦cile y se qued¨® en Portlligat con Dal¨ª, su pareja para el resto de su vida. A partir de entonces la abuela paterna educ¨® a la ni?a, que estudi¨® en internados. ¡°Al principio Dal¨ª y Gala vivieron en una barraca de pescadores. La casa de entonces no ten¨ªa nada que ver con la que conocemos hoy d¨ªa. En cambio, la familia de ?luard ten¨ªa recursos¡±, dice Bofill.
En 2015 Joan Bofill contact¨® con ella y grab¨® cinco horas de entrevistas
El autor de La libertad o el amor (1927) volvi¨® a casarse con Nusch, modelo de Joan Mir¨®, Pablo Picasso, Man Ray y de tantos otros. C¨¦cile est¨¢ enterrada junto a ella. ¡°No era una segunda madre. Una segunda madre no existe creo. Pero la m¨ªa era tan terrible¡±, se arranc¨® C¨¦cile ante Bofill. El productor del documental cree que el sentimiento negativo hacia Gala se limita a la infancia.
Ernst y Picasso ¡ªal que le uni¨® una gran amistad¡ª pintaron a C¨¦cile, y Ray la fotografi¨®. Tanto la musa de Dal¨ª como ?luard siempre se refirieron por escrito a ella como ¡°mi peque?a¡±. ¡°Es como si para ellos no hubiera crecido¡±, afirma Bofill.
Su padre le regalaba dibujos de Picasso despu¨¦s de rega?arla. Sin embargo, Gala la dej¨® fuera del testamento y Dominique, la ¨²ltima esposa ?luard, consigui¨® que renunciase a la herencia del poeta. Cuando muri¨® Gala, C¨¦cile lleg¨® a un pacto con el Gobierno espa?ol. ¡°Nunca le import¨® el dinero realmente, simplemente trat¨® de reivindicarse. C¨¦cile, por desgracia, siempre estorb¨® a su entorno. Ella solo quer¨ªa vivir en paz¡±, reflexiona Bofill.
?l la encontr¨® tras bucear en el list¨ªn telef¨®nico franc¨¦s mientras preparaba su anterior documental, Raymond Roussel: Le Jour de Gloire, y se qued¨® de una pieza cuando la anciana descolg¨® el aparato. El filme, para el que Bofill est¨¢ conversando con otros potenciales productores, se estrenar¨¢ el a?o que viene. C¨¦cile, que se cas¨® cuatro veces, nunca entendi¨® el inter¨¦s que despertaba por haber vivido junto a los mejores artistas del siglo XX. ¡°?Mi vida? Mi vida es muy ordinaria¡±, le gustaba repetir.
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