Una Catalu?a m¨¢s liberal
Es notable que al cumplirse 20 a?os de la muerte del economista Lucas ¡ªLluc¡ª Beltr¨¢n no se repase la historia del ideal liberal
Si primar los derechos de la naci¨®n sobre los derechos individuales hizo dif¨ªcil que el nacionalismo convergente adquiriera una identidad liberal, pactar con la CUP ya ha llevado a Junts pel S¨ª a un extremo de complicidad iliberal. Tampoco tiene aspecto demoliberal precipitar la convocatoria de un refer¨¦ndum al margen del Estado de Derecho, que es un Estado vertebrado por la ley. El inicio de la desconexi¨®n expr¨¦s se concret¨® al modo de las pr¨¢cticas parlamentarias que en los a?os treinta llevaron al desprestigio del parlamentarismo. Tampoco es liberal dar por sentado que el ¨²nico futuro de Catalu?a es la secesi¨®n, negando la condici¨®n de dem¨®cratas a quienes no lo creen as¨ª. Ahora mismo, los escraches de la CUP son el anti Estado de Derecho. Georges Sorel aleccion¨® al fascismo, comunismo y anarco-sindicalismo. Sin violencia, no hab¨ªa pol¨ªtica. La CUP le sigue con sus propuestas ultraradicales, unilateralmente secesionistas y antisistema: sostiene que har¨¢ falta violencia pol¨ªtica para que ¡ªcomo hip¨®tesis¡ª el Estado sienta la urgencia de la fuerza bruta. Es decir: hay que llevar la secesi¨®n unilateral al l¨ªmite, hasta que el Estado espa?ol entre ¡°en contradicci¨®n antidemocr¨¢tica¡± y tenga que recurrir ¡°a alg¨²n tipo de fuerza legal o incluso a la fuerza bruta¡±. En fin, acaparar la violencia pol¨ªtica para tensar al m¨¢ximo la circunstancia.
Es notable que al cumplirse los veinte a?os de la muerte del economista Lucas -Lluc- Beltr¨¢n no se haya aprovechado para repasar la historia del ideal liberal en Catalu?a. Significativamente, ha sido hasta ahora un liberalismo en conexi¨®n con el humanismo cristiano, en las ant¨ªpodas de la caricatura del neoliberalismo salvaje que aparece en las pancartas antisistema. Catalu?a ha sido y es ¡ªa pesar de los nuevos intervencionismos¡ª un pa¨ªs que avanza gracias a la iniciativa privada y a la econom¨ªa de mercado. Nacido en Tarragona, Beltr¨¢n Fl¨®rez (1911-1997) algo sab¨ªa de Catalu?a. Despu¨¦s de pasar por la London School of Economics y seguir en directo el pensamiento liberal ¡ªen plena pol¨¦mica entre Hayek y Keynes¡ª, el joven Lluc Beltr¨¢n fue secretario particular de Camb¨®, quien apreciaba especialmente sus an¨¢lisis. A lo largo de toda su vida fue amigo de Joan Sard¨¤. Juntos escriben Els problemes de la banca catalana en 1933. Gran tema, como se ha visto. Indagaron las causas de la insolvencia financiera ¡ªcuenta el profesor Huerta de Soto en su magn¨ªfica semblanza de Beltr¨¢n¡ª que en su d¨ªa hab¨ªa acabado con el Banco de Barcelona y luego con el Banco de Catalu?a. Durante la guerra civil, asesor¨® a Josep Tarradellas advirtiendo que, en buena parte, el bando republicano perd¨ªa por la pauperizaci¨®n de su peseta. A su regreso despu¨¦s del largo exilio, Tarradellas le nombr¨® patrono de la Fundaci¨®n Montserrat Tarradellas, en Poblet.
Efectivamente, algo sab¨ªa de Catalu?a. Hablaba de una escuela centrista catalana en la que destacaban sucesivamente el esp¨ªritu ilustrado de Antoni de Capmany, Balmes y luego Ma?¨¦ i Flaquer, tan olvidado quien sabe si por desidia o con toda la intenci¨®n. Para Beltr¨¢n, Joan Maragall era una s¨ªntesis espiritual de aquel humanismo. Eran idealistas y a la vez pragm¨¢ticos, consideraban positiva la integraci¨®n cohesiva de Catalu?a en Espa?a porque ¡ªcomo escribi¨® Lucas Beltr¨¢n en el centenario de Camb¨®¡ª ¡°la idea de romper los v¨ªnculos que desde tantos siglos han unido a Catalu?a con el resto de Espa?a les pareci¨® absurda y nefasta¡±. Era la ruta equivocada. En la posguerra, comenz¨® su carrera acad¨¦mica, al tiempo que dedicaba muchas horas al Servicio de Estudios del Banco Urquijo en Madrid, por donde pasaron los mejores economistas de la ¨¦poca. Con los planes de estabilizaci¨®n, el papel de los economistas catalanes es determinante y ah¨ª estuvo Lluc Beltr¨¢n como Secretario General del Plan de Desarrollo. A¨²n con la dictadura de Franco, Espa?a dejaba atr¨¢s la autarqu¨ªa econ¨®mica, algo decisivo para la din¨¢mica econ¨®mica de Catalu?a.
Por las mismas razones, Beltr¨¢n propugn¨® un europe¨ªsmo operativo y realista. Pero parece claro que definirse como cristiano penitente y liberal impenitente no ayuda. Ahora un catalanismo innovador solo podr¨ªa ser cre¨ªblemente liberal sin supeditarse a las pol¨ªticas identitarias, rupturistas y antieconom¨ªa de mercado, especialmente de grupos como la CUP. Bastar¨ªa con repasar lo escrito por Lluc Beltr¨¢n. El acreditado sistema de controles y equilibrios institucionales, de contrapesos y frenos, padece en Catalu?a un deterioro agravado por el secuestro expr¨¦s con que la CUP restringe al Gobierno de Junts pel S¨ª.
Valent¨ª Puig es escritor
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