Masiva manifestaci¨®n por la vivienda en Barcelona que reclama que bajen los precios del alquiler
Vecinos y colectivos de toda Catalu?a acuden a la capital catalana en defensa del derecho a una casa y apuntan a una huelga para no pagar las rentas
Una manifestaci¨®n masiva ha recorrido este s¨¢bado por la tarde las calles de Barcelona para protestar contra el precio de los alquileres y defender el derecho a la vivienda. Con el lema ¡°?Se acab¨®! Bajemos los alquileres¡±, convocados por el Sindicato de Inquilinas y con el apoyo de los grandes sindicatos y entidades vecinales (hasta 4.000 asociaciones, seg¨²n la organizaci¨®n), a la capital catalana han llegado manifestantes de toda Catalu?a, muestra de que la emergencia habitacional ha rebasado las grandes ciudades y se extiende por el territorio. La portavoz del Sindicato de Inquilinas, Carme Arcarazo, ha asegurado que la protesta es ¡°hist¨®rica y marcar¨¢ un punto de inflexi¨®n¡±. En la ciudad, es la m¨¢s grande de las que se han hecho por la vivienda. ¡°Basta de destinar la mitad de nuestros sueldos a pagar vivienda, basta de meter nuestras cosas en cajas cada vez que se nos acaba el contrato, se acab¨® que los rentistas sean cada vez m¨¢s ricos y nosotros cada vez m¨¢s pobres¡±, ha a?adido. ¡°Y a los pol¨ªticos¡±, ha advertido, ¡°basta de excusas sobre competencias, porque hay un partido que lo gobierna todo, que se llama Partido Socialista¡±. La organizaci¨®n ha cifrado la asistencia en 170.000 personas y la Guardia Urbana en 22.000.
En las 30 columnas organizadas por los convocantes est¨¢n representados numerosos barrios de Barcelona y su entorno, pero tambi¨¦n otras localidades del resto de Catalu?a. A la protesta se han sumado vecinos de pueblos del Pirineo donde las segundas residencias suman hasta el 90% de la vivienda, municipios de las costas Daurada o Brava donde los trabajadores del sector tur¨ªstico no tienen donde vivir, y capitales como Tarragona o Girona y ciudades del entorno (Reus o Salt), donde conviven fen¨®menos propios de grandes urbes con altos ¨ªndices de vulnerabilidad. La marcha ha arrancado en un ambiente festivo, con participantes de perfiles muy variados y familias enteras. Entre las consignas m¨¢s coreadas, ¡°No se entiende, gente sin casas y casas sin gente¡±, ¡°Ninguna vecina, fuera del barrio¡±, ¡°Rentistas, tenemos las llaves¡± o ¡°Ni un euro m¨¢s, huelga de alquileres¡±.
La manifestaci¨®n apunta a cuatro demandas concretas: bajada del precio de los alquileres a la mitad; contratos indefinidos; recuperar pisos vac¨ªos, tur¨ªsticos y alquileres de temporada para los vecinos; y prohibir los pisos que no sean para vivir. En el horizonte, los convocantes apuntan a una huelga de alquileres y recuerdan que desde 2018 ya hay edificios propiedad de grandes tenedores o multipropietarios que han dejado de pagar parcialmente aumentos ilegales o que consideran abusivos. La diferencia, la consignan en un juzgado. En la protesta han participado cargos electos de los comunes, ERC y la CUP.
La protesta de Barcelona llega tras la masiva marcha de Madrid el pasado 13 de octubre y movilizaciones similares en otras ciudades espa?olas como M¨¢laga o Sevilla. Y en el ¨¢mbito dom¨¦stico, precedida de anuncios en materia de vivienda y para contener el turismo masivo por parte de la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona, que las entidades consideran que llegan tarde y son insuficientes. Catalu?a es la ¨²nica comunidad aut¨®noma que aplica la regulaci¨®n de los precios del alquiler prevista en la ley estatal de vivienda, aunque la medida no cuenta con un r¨¦gimen sancionador ni inspecciones que garanticen su aplicaci¨®n. Adem¨¢s, para esquivarla, los propietarios han desviado masivamente la oferta al alquiler por meses.
Barcelona es desde hace d¨¦cadas un laboratorio de la vivienda en Espa?a: aqu¨ª irrumpieron masivamente los pisos tur¨ªsticos, aterrizaron el capital global y los fondos de inversi¨®n, pero tambi¨¦n aqu¨ª surgieron movimientos por el derecho a la vivienda como la PAH, la Asamblea de Barrios por el decrecimiento tur¨ªstico (ABDT) o el Sindicato de Inquilinas. Y fue donde las Administraciones, en parte empujadas por los activistas, vieron venir lo que se ven¨ªa encima y legislaron de forma pionera. Pese a todo, el mercado parece ir por delante (a los alquileres de temporada se suman ahora habitaciones a precios desorbitados) y hace tiempo que el precio medio de los alquileres ha superado el salario m¨ªnimo. Cuando la renta se desmadra y es el principal gasto de las familias, es tambi¨¦n el principal factor de empobrecimiento y desigualdad, coinciden todos los actores.
Algunos datos para ilustrar el contexto de la protesta. En Barcelona, alquilar un piso requiere m¨¢s de la mitad del sueldo medio y vivir solo es pr¨¢cticamente imposible. Casi la mitad de los pisos de alquiler de la ciudad son de propietarios que tienen m¨¢s de cinco viviendas. Y la ABDT ha estimado que, en conjunto, la oferta tur¨ªstica legal e ilegal suma 190.000 camas. Mientras, la capital catalana es la ciudad espa?ola donde m¨¢s visados se han concedido a extranjeros extracomunitarios por comprar pisos de m¨¢s de 500.000 euros, doblando los que se han concedido en Madrid o M¨¢laga. En Catalu?a, los precios de los alquileres han subido tres veces m¨¢s que los ingresos de las familias en los ¨²ltimos 20 a?os.
Entre los manifestantes no han faltado vecinos de edificios que se han convertido en s¨ªmbolos de la lucha por la vivienda en Barcelona, como Casa Orsola (donde la protesta ha parado para leer el manifiesto) o los de la calle de Tarragona. Tambi¨¦n de barrios de rentas modestas y golpeados por los desahucios como Nou Barris, y otros que claman contra la incipiente gentrificaci¨®n, como El Clot. En la protesta no faltaban vecinos que no viven de alquiler, que tienen el piso pagado e incluso alquilan el de solteros o el de la suegra, pero aseguran que est¨¢n en la protesta por sus hijos.
Por parte de colectivos llegados de fuera de Barcelona han participado Pirineu Viu, que agrupa municipios desde el Valle de Ar¨¢n y Lleida hasta Girona. ¡°El problema de la vivienda debido a las segundas residencias afecta a pueblos grandes y peque?os, pero se acent¨²a en dos zonas: entorno a las pistas de esqu¨ª, con hasta un 90% de viviendas vacacionales, que de media se ocupan solo 10 noches al a?o; y La Seu d¡¯Urgell y su comarca, donde se traslada el enorme problema que tiene Andorra con la vivienda¡±, explica Bernat Lavaquiol, miembro de la plataforma y candidato de la CUP por Lleida en las ¨²ltimas elecciones auton¨®micas.
Desde el Sindicato de Vivienda de Reus (Tarragona), Guillem Jov¨¦ relata que en esa ciudad conviven una elevada subida de precios con la irrupci¨®n de fondos de inversi¨®n y con ocupaciones por parte de colectivos vulnerables y racializados a quienes nadie quiere alquilar pisos. ¡°Las cl¨¢usulas abusivas o el incumplimiento de la ley del alquiler provoca adem¨¢s que profesores con contratos de trabajo indefinido que llegan a la ciudad se vean obligados a firmar falsos contratos de temporada, o que no encuentren pisos en Reus, que tambi¨¦n expulsa vecinos a su entorno¡±, asegura. Ciudades medianas como Reus (108.000 habitantes) comparten con otras como Girona la presencia de ¡°burgues¨ªa local que act¨²a como poder informal en sus propiedades¡±, a?ade.
En tren y coches particulares se han desplazado tambi¨¦n vecinos y activistas de Girona y su entorno. En el Sindicato de Inquilinas de la zona, Aliou Diallo, con un pie en la ciudad y otro en la vecina Salt, da cuenta del doble conflicto que se vive all¨ª: ¡°Por un lado, desahucios que afectan a familias con ni?os y que est¨¢n causando un problema del que los docentes han alertado que afecta al funcionamiento de escuelas e institutos, o racismo por parte de propietarios y familias vulnerables que no pueden pagar... y por otro, la turistificaci¨®n y gentrificaci¨®n de Girona capital, donde parte del parque se ha desviado a alquiler tur¨ªstico o de temporada porque las inmobiliarias se saltan la regulaci¨®n de precios¡±.
Otras dos movilizaciones se han llevado a cabo este s¨¢bado en Espa?a contra el alto precio de los alquileres. En Jerez de la Frontera (C¨¢diz), la protesta ha sido organizada por la plataforma ciudadana Jerez por la Vivienda. Entre los miles de asistentes que se concentraron este medio d¨ªa hab¨ªa representantes de Izquierda Unida, que han subrayado la necesidad de regular las viviendas tur¨ªsticas, ampliar el parque p¨²blico, limitar los precios para combatir la especulaci¨®n inmobiliaria y garantizar el derecho a una vivienda digna, informan medios locales. La otra convocatoria ha sido en Burgos, donde se ha anunciado la creaci¨®n del Sindicato de Vivienda de Burgos. Los organizadores han insistido en que solo el a?o pasado se registraron 250 desahucios en la localidad, una realidad que atribuyen a las elevadas rentas.
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