La venta ilegal de mojitos en las playas resiste al acoso policial
Guerra de zonas por nacionalidades entre los vendedores ilegales
La Guardia Urbana de Barcelona destina cada verano a sus cinco kil¨®metros de playa a 90 agentes para perseguir conductas fuera de la ley. Polic¨ªas de paisano o con uniforme vigilan una zona donde se entremezclan miles de ba?istas, turistas, vendedores ilegales y peque?os ladrones. Este grupo, creado en 2012, intenta mantener a raya la delincuencia y la venta ambulante irregular en la zona entre los meses de mayo y el final de verano. Saben como los vendedores ilegales dividen las playas por nacionalidades. El trabajo se complica si entre ellos se ¡°pisan¡±. Es entonces cuando no dudan en utilizar la violencia.
¡°Buenos d¨ªas. Venga aqu¨ª, por favor¡±, conmina un agente a un improvisado camarero en la playa del Bogatell. A 15 metros de distancia, el vendedor ambulante ilegal responde con una sonrisa. El mojitero no tiene ninguna intenci¨®n de huir. Sabe que lo que lleva en la bandeja, vasos de una suerte de combinados de ron , acabar¨¢n en la basura. Interceptado, camina lento, sin prisas. Ahora se trata de ganar tiempo, explica Pepe, el agente de la Guardia Urbana que lo ha interceptado: ¡°Saben que as¨ª el resto de mojiteros tienen tiempo para huir¡±.
La forma de actuar de los vendedores es sobradamente conocida por el cuerpo de polic¨ªas locales que ven impotentes c¨®mo escapan muchos. ¡°Mientras interceptamos a unos, pueden escapar los otros¡±, explica este polic¨ªa municipal, que en verano deja el uniforme en el armario y sale a patrullar en bermudas, con una mochila a las espaldas y una gorra calada. Adem¨¢s, la red de vendedores utiliza una f¨®rmula para que las detenciones supongan los menores da?os. ¡°Nunca llevan demasiado dinero encima ya que se lo podemos confiscar. Uno de ellos no lleva mercanc¨ªa y es el que va recogiendo el dinero de las ventas¡±, dice Carol, otra de los miembros de la Polic¨ªa que se encarga del control de las playas. Como consecuencia, es imposible confiscar grandes sumas de dinero. Los vendedores ambulantes no tienen ni cuentas corrientes ni propiedades. En ocasiones se trasladan a Barcelona para hacer el agosto en las playas y, luego, cuando acaba la temporada, se buscan la vida en otro pa¨ªs. No son agresivos con los agentes y saben que, como mucho pueden perder, en cada identificaci¨®n, lo que lleven encima.
¡°Hay dos grupos diferenciados de paquistan¨ªes e indios que no dudan en ser violentos entre ellos para controlar zonas¡±, asegura Pepe. Los pakistan¨ªes son los que venden en Sant Miquel y Sant Sebasti¨¤. La Barceloneta y el Somorrostro es territorio de los vendedores indios.
Los vendedores que son interceptados por los urbanos saben c¨®mo volver cuanto antes a la venta. ¡°Te ense?an la ¨²ltima multa. As¨ª, saben que no les llevamos a Extranjer¨ªa porque ya han sido identificados¡±, explica la agente Carol.
¡®Kits¡¯ de ropa para v¨ªctimas de hurtos
"Es lamentable cuando topas con personas a las que han hurtado y se han quedado con lo puesto: solo un ba?ador", se lamenta Pepe, uno de los agentes de la unidad de playas de la Guardia Urbana de Barcelona.
Consciente de que es habitual que los hurtos acaben con ba?istas sin ninguna de sus pertenencias y sin ning¨²n billete para volver a su alojamiento, la polic¨ªa municipal de Barcelona, despu¨¦s de que los ba?istas presenten una denuncia, entrega un kit con un pantal¨®n, una camiseta, unas chanclas y un billete de metro a todas las v¨ªctimas de robos "para que no tengas que ir desnudos hasta su casa", detalla Carol. Seg¨²n la Polic¨ªa local de Barcelona, el a?o pasado se entregaron 120 kits.
Pareos y gafas
En el caso de que porten alg¨²n tipo de material, los productos como pareos, gafas de sol u otros complementos son requisados, mientras que los alimentos son lanzados a la basura. Las condiciones con las que los vendedores ambulantes guardan los productos alimentarios deja mucho que desear. Los agentes saben donde hallarlos: desde papeleras y contenedores a las mismas tapas del sistema de cloacas. Dentro de un contenedor, en una bolsa manchada, aparecen botellas de ron, limonada fluorescente y ¡°la novedad de este a?o: sangr¨ªa¡±. Un an¨¢lisis elaborado por el laboratorio MicroBac a petici¨®n de EL PA?S hall¨® restos de E.Coli, es decir, restos fecales, en proporciones mucho m¨¢s elevadas de las permitidas en los productos que ofrecen.
La actuaci¨®n policial a pie de playa se complementa desde el mar por agentes que navegan en embarcaciones semir¨ªgidas. Es la forma de aumentar el control sobre los vendedores ambulantes que, cada vez que ven polic¨ªas cerca, se aproximan a la l¨ªnea del mar para esconderse de los agentes que patrullan por la playa.
En verano de 2016, el grupo de playas intervino 202.730 bebidas e interpuso 20.697 denuncias por venta ambulante (14.294 por comida o bebida). Solo en junio y julio de este a?o pusieron 7.217 multas a vendedores ambulantes de bebidas y alimentos, y decomisaron 133.622 bebidas.
Otro de los problemas a?adidos es que en alguna ocasi¨®n ofrecen sustancias estupefacientes a ba?istas, por lo que la infracci¨®n administrativa se convierte en delito. La zona m¨¢s conflictiva del patrullaje de Pepe y Carol se encuentra en las playas del barrio de la Barceloneta. Polic¨ªas y vendedores se conocen. Ha corrido la voz de que los urbanos est¨¢n por la zona y muchos de ellos sonr¨ªen, sin nada susceptible de ser confiscado, sentados en sombras del paseo. ¡°Hay d¨ªas en que les identificamos hasta media docena de veces¡±, lamenta Pepe. Cerca del monumento de l'Estel Ferit, en la playa de Sant Miquel, es una zona calientedonde ¡°sobre todo personas procedente de ?frica se dedican a traficar con drogas¡±. Pero donde los urbanos ponen especial hincapi¨¦ es en detectar a ladrones que aprovechan el relax de los ba?istas para apropiarse de sus pertenencias.
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